Cuando hablamos de edificios históricos, no necesariamente tenemos que imaginarnos construcciones que han permanecido en pie siglos. Au contrarie, que diría el clásico. Pueden ser inmuebles que por su singularidad constructiva, su especial ubicación, la motivación que impulsó su creación o, simplemente, por quién lo diseño, adquieran una relevancia histórica en su, relativamente, corta vida.
Este es el caso que nos ocupa hoy, un edificio ubicado en la capital de los Estados Unidos, Washington, y que está a cinco minutos de la Casa Blanca y del Capitolio. Su construcción se realizó en el año 1972, bajo la tutela del arquitecto consagrado Mies van der Rohe. Éste fue su último edificio construido, el único que hizo en Washington y la única biblioteca que diseñó.
A todo esto hay que añadir que fue uno de los primeros edificios modernistas de la época en la capital, creado con estructura de acero, muros de ladrillo y mucho vidrio, y que recibió el título de otra gran figura norteamericana: Martin Luther King Jr.
En el año 2017 frenó su actividad para remodelar sus instalaciones, y a finales de 2021 abrió sus puertas al público. Ahora alardea del mismo espíritu del pasado, pero con todos los requisitos del presente y un futuro apasionante.
El edificio contó con la extraordinaria diseñadora de la biblioteca más grande de Europa y que se ubica en Reino Unido. Hablamos de Francine MJ Houben, quién dirige el estudio Mecanoo.
Sabe bien cómo construir y diseñar este tipo de inmuebles. En este caso, lo hizo acompañada de dos equipos con base americana: OTJ Architects y Martinez + Johnson Architecture.
El edificio posee un tamaño de 39.600 metros cuadrados, su reforma se gestó en el año 2014, se encuentra en el 901 G Street Northwest, el costo del original fue de 18 millones de dólares, 15,77 de euros, y el de la modernización 211 millones, 185 de euros.
Posee cuatro plantas, una bajo rasante y tres sobre el nivel de calle. A estas se le ha añadido una quinta planta, eso sí, retranqueada respecto a las fachadas originales.
Pero gastarse 4.670 euros por cada metro cuadrado en la Biblioteca Conmemorativa de Martin Luther King Jr qué beneficios trae. Pues muchísimos. Por ejemplo tener una espectacular nueva entrada, moderna, con un enorme vestíbulo y mejor acondicionada acústicamente.
Además de tener una conexión con el exterior a través de enormes cristales. En el exterior, la fachada de metal negro da paso al vestíbulo con el mismo pavimento de granito natural.
Las cinco plantas del edificio se conectan gracias a dos escaleras con formas orgánicas, anchas de paso, para permitir el cómodo tránsito de varias personas, y con suaves curvas, flanqueadas por elegantes barandillas de metal y madera, sobre peldaños de terrazo.
La luz natural fluye por las cajas de escaleras a través de tres tragaluces circulares. Gracias a estas escaleras descubrimos los demás motivos por los que la modernización es todo un éxito.
La segunda planta, donde se ubica una colorida biblioteca infantil, está dividida en tres “zonas de edad”, que hará las delicias de los más infantes, gracias a un tobogán de madera que transita el mismo recorrido de las escaleras. Otro nuevo espacio es una cafetería en la planta baja, junto al vestíbulo.
Una cafetería a la que le han abierto un hueco en la pared de ladrillo para comunicarla con el exterior, creando una terraza que hace de nexo con la ciudad.
La reforma ha pensado en todo, poniendo a disposición del público en general espacios para adolescentes, bienes comunes digitales, centro de conferencias, archivos de colecciones especiales, laboratorios para la producción musical y la creación de arte, incluso otra cafetería en la planta cuarta. Aunque existen tres elementos que por si solos destacan sobre los demás.
La sala de lectura a doble altura es uno de estos tres elementos. Se ubica en la tercera planta, y tras eliminar el forjado superior, se conecta con la cuarta planta. Todo un acierto.
Además, el espectacular diseño del techo, obra de la artista Xenobia Bailey, popular por la utilización de estéticas tradicionales africanas en sus diseños, hipnotiza.
El segundo elemento transgresor que modifica el edificio original es un gran auditorio. Éste tiene una capacidad para 291 personas, se instala en la cuarta planta y sube hasta la quinta, la nueva planta ejecutada.
Este espacio provee al inmueble y a la ciudad de un nuevo lugar de grandes reuniones, un lugar acogedor con paredes revestidas de madera, esquinas curvas que no dañan la vista, y asientos en una grada a los que se llegan por dos escaleras, con luces led´s en sus peldaños.
Por último, el tercer elemento que suscita interés es la quinta planta. Una planta ejecutada encima del edificio original, pero retranqueada, de tal forma que no ofrece disrupción visual con el antiguo edificio.
Así, el pabellón acristalado trapezoidal posee un techo en voladizo, ideal para sentarte bajo él los días de lluvia, para esperar la entrada al auditorio, o para disfrutar, simplemente, del espectáculo.
Y el espectáculo es, sin duda, el jardín en la azotea. Dibujado en forma de caminos, para que los usuarios puedan configurar sus propios paseos entre maceteros angulares, encontramos un oasis literario, complementado con la cubierta verde de la quinta planta. Sin duda, el espacio más verde para el corazón de Washington. La intervención es todo un éxito, y la modernización de edificios protegidos siempre será necesaria.
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