Nos rendimos ante lo evidente. Queremos ver la Aurora Boreal y después de un tiempo reuniendo la cuantía necesaria para el precioso viaje, decidimos que no nos vale sólo con verla sino que queremos disfrutarla a tope en un lugar cómodo, elegante, moderno y, por supuesto, con los mejores estándares actuales del lujo. Si este es tu caso, estás en el lugar correcto, leyendo el artículo necesario: te presentamos el Arctic TreeHouse Hotel, en Finlandia.
El Arctic TreeHouse Hotel se ubica en plena Laponia finlandesa, en el círculo polar ártico, lo cual nos viene muy bien para nuestro propósito. Además reúne las cualidades que estamos buscando: rodeado de espesa naturaleza, el hotel ofrece confort de lujo, manteniendo una extraña correlación entre las tradiciones locales de Laponia y el moderno diseño escandinavo. El diseño, de hecho, es tan simple como elegante. Los inmuebles tienen forma de paralelepípedos ortoedros de madera, eso sí, con una cara de cristal.
Según los promotores se trata del sueño de la infancia. Aquel que emana de los más sinceros vínculos que establecemos con la naturaleza. El complejo nace de la necesidad de acercarnos a ella de forma respetuosa, para empaparnos de su presencia en el lugar más frío del planeta, el Ártico. Los diseñadores que cogieron el testigo de este encargo fueron los arquitectos Emma Johansson (no confundir con la ciclista) y Mikko Jakonen, ambos del Studio Puisto. Toda una declaración de intenciones dado que se podría traducir como Estudio Parque.
Para aumentar el contacto de los usuarios con la naturaleza, se decidió que el hotel no se ubicaría concentrado en un mismo espacio. De esta forma, el complejo se desarrolla en 32 edificaciones distintas, distribuidas a pares por la ladera natural. Las construcciones están inmersas en el corazón del bosque, orientadas hacia el norte, donde se ubica una pared de vidrio que ofrece las vistas más espectaculares que el lugar te puede dar, el bosque iluminado por los cielos árticos, una combinación perfecta.
Obviamente, para poder contemplar la maravillosa Aurora Boreal desde la cama de este confortable hotel, la primera condición es que el inmueble esté dotado de un efectivo aislamiento exterior. La segunda es que el cristal esté bien limpio (por supuesto) y, la tercera, pero no menos importante, que la iluminación del complejo no dañe la visibilidad. Para ello el equipo al cargo tuvo muy en cuenta que no se produjera contaminación lumínica, permitiendo, al mismo tiempo, que exista suficiente visibilidad para moverse con seguridad por la zona.
Si te animas a visitar el hotel, llegarás a una explanada donde se ubica el aparcamiento del recinto, en el número tres de Tarvantie. Desde allí entrarás al edificio principal, con forma de copo de nieve de cinco puntas (como una estrella ¿eh?) en el que se ubica la recepción y el fabuloso restaurante. Tienen una enorme chimenea central que no me extrañaría que saliera en alguna de esas películas que nos enseña Amalia Enríquez, tiempo al tiempo… todo bajo una cubierta inclinada de madera, el material reinante del lugar.
Pero, si hay algo que define la arquitectura de este complejo, es la sostenibilidad. Los edificios está ejecutados con madera finlandesa. De hecho, esta juega un papel fundamental en la economía del país, siendo la presencia de sus productos muy prolija en el resto del orbe. En España exportan empresas como el Grupo Koskisen o Zurtek, con gran éxito, todo hay que decirlo. Los edificios han sido rápidamente ejecutados gracias a la intervención de esta materia prima. De hecho, en 2015 se planteaba el diseño y un año más tarde ya estaba ejecutado.
Una de las características de los edificios, es que se sostienen gracias a pilares desnudos, haciendo que floten sobre el verde del bosque, o sobre el blanco de la nieve, según se tercie. Su envolvente de tejas de madera se confunde fácilmente con las escarpadas texturas de los árboles. A ello ayuda también el techo verde que corona cada habitáculo, que sirve como gestor del agua de lluvia o del relente. En el interior, madera con texturas y tonos más suaves proporcionan confort acústico (hay que ver para todo lo que sirve la madera), a la vez que mantienen el aire interior saludable.
El impacto sobre la ladera es tan pequeño, que el complejo se puede desmontar sin que el bosque sufra casi ningún deterioro. Solo las (necesarias) instalaciones de agua para su evacuación y suministro, y las instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones, quedarían como testigos de la creación del hotel. Instalaciones fácilmente eliminables, por supuesto. De los 32 habitáculos, siete tienen una pequeña cocina y cinco casas tienen dos habitaciones para grupos de seis personas, con su propia chimenea y sauna (por si vais en grupo).
Pero, como no sólo de arquitectura vive el hombre, los finlandeses han pensado que sería bueno comer con calidad. Así que allí mismo se ubica el restaurante Rakas, en el edificio con forma de copo de nieve, en el que podrás degustar la comida típica con toque actual. Prepara el paladar para carne de reno, pescado fresco del lago, hongos y bayas. Y un largo etcétera que el chef convertirá (por ejemplo) en platos como reno ahumado en frío, reno salado y ahumado, arenque marinado con grosella negra, patatas laponas marinadas con eneldo, champiñones con infusión de tomillo, queso azul finlandés… Y para terminar, un postre como el caramelo salado o la grosella negra.
Si quieres celebrar con esa persona tan especial que ocupa un espacio junto a ti o tienes a alguien al que quieras agasajar con esmero, te ofrecen un comedor privado, con el que regalarle una cena espectacular. Con servicio de alto nivel proporcionado por un chef cuya dedicación será íntegra, al lugar lo llaman Sydänkäpy (amor, vamos), tan solo por 485 euros por persona (89 más por acompañante adicional) o 579 euros si la cena viene acompañada de chimenea bajo el cielo ártico, en fin, lo voy a dejar aquí…
Bueno, algo más, por si no lo había mencionado, el hotel tiene otra sorpresa más. No tan sólo ha sido promovido por los propietarios del parque temático de Santa Claus, también se ubica a escasos minutos de él, en concreto el SantaPark Arctic World está a 100 metros, a 2,2 kilómetros del Pueblo de Santa Claus y a tan sólo ocho kilómetros de Rovaniemi, la capital de la Laponia Finlandesa. Si estás pensando en ver la Aurora Boreal, para mí que este será un lugar digno de tal hazaña.
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