¿Puede la arquitectura influir en la materialización de un ecologismo práctico? Pues sí, más bien, debe influir. La arquitectura es la herramienta que necesitamos para crear ciudades más amables con el medio ambiente natural. Hay que centrar los esfuerzos en distinguir ambos mundos, reforzando sus vínculos, pero equilibrando sus fuerzas, porque ninguno de los dos desaparecerá y en el futuro ambos dependerán uno del otro.
Es un absurdo creer que ciudades como Nueva York, Madrid, Londres o Beijing desaparecerán cubiertas por tejados verdes, o que sus aires se tornarán límpidos y etéreos de un día para otro. La realidad nos enseña que las intervenciones puntuales, si se hacen con criterio, generarán un futuro más verde en las urbes. Esta semana os traemos un edificio de uso mixto que se presenta como un icono medioambiental en Melbourne, Australia.
El edificio se llama Collins Arch, y presume de ser el primer edificio de uso realmente mixto de Australia, pero, ¿por qué presumen de esto? El inmueble alcanza las 42 plantas de altura, y se distribuye en dos torres de 164 metros, unidas en la parte más alta con un espectacular puente aéreo. Dada su forma, su posición dentro de la ciudad y su estética, tiene todas las papeletas para que el término icono le encaje como un guante.
El complejo se encuentra en el número 447 de Collins Street, sobre un solar de 6.000 metros cuadrados, y con una superficie construida de 162.500 metros cuadrados. En su interior encontramos residencias de lujo, un hotel cinco estrellas, oficinas, comercios, restaurantes y, lo que realmente lo convierte en un recinto con uso mixto: un parque público y un anfiteatro escalonado.
Si te lo preguntas, el coste de la operación, comandada por el promotor Cbus Property, alcanzó los 1.250 millones de dólares australianos, equivalente a 788 millones de euros. La responsabilidad que se depositó sobre los estudios de arquitectura no fue poca, el diseñador principal Shop Architects y el socio en el terreno Woods Bagot seguro estaban muy motivados para ejecutar un feliz trabajo.
Este impresionante proyecto terminó en 2020 y nació de un concurso internacional. Los ganadores crearon dos edificios unidos por lo alto y lo bajo, en los que las primeras 15 plantas de la torre Este pertenecen al Hotel W Melbourne. Este hotel cuenta con 294 habitaciones, bares, restaurantes, gimnasio y piscina. Un servicio de lujo cuyos precios oscilan desde 210 a 5.000 euros la noche, en agosto.
El resto de la torre está compuesto por 184 residencias de lujo, mientras que los otros 49.000 metros cuadrados de la torre contigua son oficinas. En ellas han desembarcado algunas de las empresas más grandes del país, y es que la torre Oeste es la de los negocios.
Las torres han sido diseñadas con pequeños voladizos por un lado, y fachadas inclinadas por el otro que da al río Yarra. Un diseño diferente que ha hecho que en los ángulos se permita la construcción de terrazas capaces de alojar techos verdes, y facilitar la habitabilidad en las residencias, puesto que su forma impide la proyección de sombras en el río, proveyendo de luz solar al interior de los edificios. A esto también contribuye los cristales de piso a techo que se han colocado en cada una de las viviendas.
Las residencias del complejo tienen desde una a cuatro habitaciones, siendo las más exclusivas las que se sitúan en lo alto del edificio. Unas de las más exclusivas son los dos áticos de 330 metros cuadrados que los promotores esperan vender por 8,5 millones de dólares australianos, unos 5,40 millones de euros. Las mejores vistas tienen los precios más elevados, eso es así desde que el mundo es mundo.
Una espectacular piscina de 25 metros espera en el puente aéreo de 14 metros de ancho y ocho plantas de alto, coronado con un Sky Garden sólo para residentes y usuarios. En lo bajo, un podio que abarca las dos torres permite el acceso a todos los usuarios de las distintas partes: trabajadores, residentes, visitantes y público del centro comercial.
Y en las orillas del podio, encontramos 1.900 metros cuadrados de espacio público abierto, un parque que han llamado Market Street Park y que cuneta con un anfiteatro escalonado. El parque fue diseñado por el estudio paisajístico Oculus, que ha tenido el honor de crear el primer parque de Melbourne en 40 años. Un parque que además es Eco, pues incorpora agua de lluvia reutilizada como riego.
El Collins Arch pretende llevarse el galardón Greenstar 5 estrellas, alcanzando la Excelencia Australiana para la sostenibilidad, aunque para ello debe cumplir cinco puntos:
Si este edificio no lo consigue, no sé yo cuál podrá. Antes de terminar, es de justicia nombrar a una empresa imprescindible en este proceso: Multiplex. Ésta fue la contrata principal que llevó a cabo el levantamiento del complejo. Siempre hay que reconocer a las empresas del sector que, muchas veces, son artistas imprescindibles del éxito.
*Fotografías cortesía de Trevor Mein.
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