Barceló Aracena, un hotel ni reemplazable ni repetible

Hoy hablamos de un hotel genuino en un ecosistema natural único, el corazón de la Sierra de Aracena, y con las mejores vistas.

Isabel Chuecos-Ruiz. 04/01/2023
Foto: Barceló

Huelva es la provincia “arrinconada” de Andalucía con un “aire de desconocido” en su costa pero sobre todo en su interior. Y es precisamente ahí, en lo alto de un cerro en el corazón de una preciosa sierra, donde encontramos el Barceló Aracena. Un hotel-spa de 4 estrellas ubicado en un entorno natural privilegiado que se beneficia de la humedad que traen los vientos del Atlántico en el Parque Natural Sierra de Aracena y los Picos de Aroche. Sí, estamos en la provincia de Huelva, pero las comunicaciones son mejores con Sevilla, ya que estamos a 80 km de su aeropuerto.

Algo tan inesperado como una vista hipnotizante es lo que encontrarás al entrar en el hall del Barceló Aracena. Son pocas las explicaciones que hacen falta para entender un paisaje “de calado profundo” como ese, y en ausencia de palabras solo queda sentir, escuchar, descifrar el misterio y convertir esas pequeñas menudencias cotidianas en oro.

Barcelo Aracena
El hotel está en Aracena, un pueblo precioso en un entorno privilegiado. Foto: Barceló

Un buen lugar para conocer Aracena

Barceló Aracena, ubicado en el pueblo del mismo nombre, con callejuelas empedradas y casas encaladas de blanco, es el perfecto punto de partida para descubrir tanto la cultura gastronómica como la riqueza natural del entorno. El hotel fue renovado en enero de 2020 y dispone de 69 luminosas y modernas habitaciones; así como de 14 villas independientes, algunas con chimenea de 1 o 2 dormitorios, pensadas para estancias en las que los huéspedes busquen mayor intimidad.

Hay por tanto una difusión de la cultura local a través de una gastronomía de calidad. Tanto en su bar, que había sido un pub irlandés; como en la magnífica terraza del restaurante B-Heaven y vistas al castillo, donde degustar algunos de los platos estrella de la cocina onubense. No lo dudaría, una escapada gastronómica ideal para un viajero que busca esa belleza esencial de lugar auténtico en un entorno natural.

Barcelo Aracena
Una de las villas privadas del hotel. Foto: Barceló

Jabugo, una joya de la gastronomía local

La ruta del Jabugo es otra de las visitas obligadas si vas a Aracena, tierra de tesoros gastronómicos. Hablamos del jamón DOP Jabugo considerado una de las cuatro joyas de la gastronomía a nivel mundial.

Un producto reconocido que certifica el origen y la calidad de los jamones y paletas procedentes de cerdos de raza ibérica y criados en libertad en la dehesa exclusivamente con bellota y pastos naturales. Estos se elaboran en bodegas de los pueblos del entorno en el Parque Natural Sierra de Aracena, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Barcelo Aracena
La gastronomía, punto fundamental de un viaje a Aracena. Foto: Barceló

Queso de Aracena, el oro de la zona

El éxito de los quesos en Aracena tiene nombre propio. La Quesería Artesanal Monte Robledo de Aracena es precursora del queso de cabra elaborado a partir de leche cruda y con una curación natural.

Un producto que ha buscado recuperar y mantener los procesos la elaboración que sus antepasados cabreros ya hacían en la Sierra en este Parque Natural. Aclarar al lector que ambas visitas satisfacen tanto al paladar como al resto de sentidos.

Barcelo Aracena
Las habitaciones son luminosas y cómodas. Foto: Barceló

Qué ver cerca del Barceló Aracena

La cadena mallorquina Barceló Hotel Group es la 2ª cadena de España y la 31ª más grande del mundo con 245 hoteles. Esta apuesta por el mercado español y concretamente por Andalucía, convirtiéndose en la cadena hotelera líder en la región al gestionar 24 hoteles en 6 de sus provincias (Almería, Cádiz, Granada, Huelva, Málaga y Sevilla).

En los pueblos de alrededor se puede disfrutar de varios de los atractivos turísticos que el hotel ofrece a sus huéspedes, así como de actividades como el senderismo o la pesca.  Entre sus propuestas destaca la visita a la Gruta de las Maravillas (a solo 15 minutos a pie) en pleno casco urbano. Un “capricho” de la naturaleza con estalactitas y estalagmitas descubierta en el año 1914, que permite adentrarte en sus 1.200 metros en tres niveles de galerías.

minas riotinto
Las minas de Riotinto, uno de los atractivos de la zona. Foto Unsplash @charrisma

Otro lugar imprescindible a visitar, entre montes de encinas y castaños, es un paraje que mezcla naturaleza, historia y leyenda. La Peña Arias Montano, lugar de retiro-refugio del enigmático bibliotecario del rey Felipe II, es un hermoso valle declarado conjunto Histórico-Artístico donde se erige el santuario a la Virgen de los Ángeles. Un lugar en el que las energías confluyen y que se ha convertido a día de hoy en punto de peregrinación.

Y por último el Parque Minero Riotinto, un legado histórico desarrollado en las tierras de esta cuenca durante 5.000 años de actividad minera ya durante la Edad del Cobre y del Bronce. Un territorio de paisajes extraordinarios e irreales que no parecen de este mundo.

Barcelo Aracena
El establecimiento cuenta con rincones agradables e íntimos. Foto: Barceló

Barceló Aracena, un lugar de alta visibilidad

Mi recomendación es que te escapes al sur y descubras uno de los rincones más bonitos de Huelva. Un pueblo donde la vida es más intensa y el sol luce más fuerte. Y no porque no lo supiera antes de ir, sino porque allí uno tiene otra perspectiva, la atmósfera de calor, la buena gente… Allí todo es verdadero.

No tengo dudas, en Aracena hay una pulsión que te lleva a lo fundamental. Su historia gira en torno a una singular metáfora visual, se trata de detenerse a mirar. Y me he acordado de Jesús Quintero, el periodista entrañable, más conocido por “el loco de la colina”, onubense de corazón, que decía: “Aquí en Andalucía soy más feliz porque soy más yo”. Con esa melodía entreoída tan suya y su manejo del lenguaje “las primeras palabras que aprendí fueron luna y Rocío” allí, en ese pueblo conocí ambos, la luna y el rocío. Aracena te conquista y es ese el terrible riesgo de ir allí, que es querer siempre volver.

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