El poder terapéutico de viajar al Caribe
Jamaica y Samaná son dos destinos del Caribe perfectos para desconectar, olvidarnos de la rutina y centrarnos en nosotros mismos.
Que levante la mano a quien no le guste viajar. Descubrir nuevos destinos, culturas y gente siempre es placentero; pero más allá de ayudarnos a conocer mejor el mundo en el que vivimos, también nos aporta numerosos beneficios psicológicos. Podemos afirmar que viajar tiene un gran poder terapéutico que, en el mundo actual que vivimos, es imprescindible para cuidar de nuestra salud mental.
Para llevar a cabo este cometido no hay mejor destino que una playa paradisiaca. Un destino alejado del bullicio de una gran ciudad en el que podamos conectar con la naturaleza y una forma de vida más relajada y tranquila.
Viajar tiene beneficios psicológicos y terapéuticos
“Cuando practicamos actividades que son placenteras y nos gustan liberamos unas sustancias químicas en nuestro cerebro que se llaman endorfinas. Las endorfinas nos ayudan a reducir el cortisol y por ende el estrés y la ansiedad“, cuenta la psicóloga Ana Belén Medialdea.
Viajar libera esas endorfinas y nos ayuda a estimular el cerebro, haciendo que este se tenga que adaptar a una nueva situación. Esto nos aporta beneficios como aumentar la capacidad para resolver problemas, salir de nuestra zona de confort o fortalecer nuestra autoestima.
Y es que conocer lugares con culturas muy diferentes a la nuestra flexibiliza nuestros esquemas mentales. “Ayuda a entender que el mundo el más complejo de lo que pensamos, que hay más realidades y facilita que seamos más empáticos”, cuenta la psicóloga Ana Villarrubia.
“Nos permite conocer formas de ver la vida totalmente distintas a la nuestra, pero que son igual de válidas. Ayuda a relativizar y buscar soluciones alternativas a problemas del día a día en los que uno se enfrasca y que acaban siendo inútiles”, sentencia.
Samaná, un destino de República Dominicana por descubrir
Para descansar y abrir tu mente en escenarios que nada tienen que ver con los habituales hay dos destinos perfectos: República Dominicana y Jamaica.
En el primer caso hablamos de Samaná, un destino todavía desconocido para el turismo de masas y que se ubica en la costa noroeste del Caribe. Playas vírgenes, naturaleza salvaje y paisajes increíbles son las claves que describen este lugar, que fue elegido como una de las bahías más bonitas del mundo según la UNESCO.
Allí relajarte no es una opción. Desconectar de tu día a día se consigue visitando el Parque Nacional de los Haitises, la cascada Salto El Limón o la famosa Playa Rincón, un paraíso natural donde ver uno de los mejores atardeceres.
Soltour cuenta con viajes directos de Madrid a Samaná, para alojarte en uno de los hoteles más bonitos de la zona, Bahía Príncipe. Se trata de un resort integrado completamente en la naturaleza y con un estilo colonial, que le hace diferente a cualquier alojamiento típico del Caribe.
Jamaica, el destino perfecto para desconectar
Otra opción de viaje de descanso la ofrece Jamaica. Su paisaje, sus playas de arena blanca, sus ríos y su exuberante vegetación hace que sea todo un espectáculo para los sentidos. Además, tras la pandemia, el destino se ha centrado en buscar el bienestar de sus visitantes con una campaña turística que lidera sr. White, director de la JTB.
“Hemos lanzado una nueva campaña que invita a los visitantes a que vuelvan a ser su mejor versión de sí mismos en Jamaica. La salud y el bienestar juegan un papel importante en esta ‘vuelta a la normalidad, especialmente después del COVID-19, donde muchas personas han tenido pérdidas”, cuenta.
Un país perfecto para desconectar y en el que el sr. White recomienda una zona concreta que para muchos es desconocida. “Portland, en la parte este de la isla es un área relativamente intacta. Tiene una vegetación exuberante, una cocina auténtica, mariscos frescos, y hermosas playas y ríos que conforman un paisaje para que el visitante desconecte de verdad”.