Burning Man son dos de las palabras más buscadas estos días en Internet. La razón no es otra que la sonada infidelidad de Íñigo Onieva a Tamara Falcó. Una traición que tuvo lugar hace apenas dos semanas en el festival Burning Man, uno de los eventos más conocidos y extraños del mundo. Entre otras cosas, porque se celebra en un desierto, no se puede llevar dinero y el fuego es el gran protagonista.
Para hablar del origen del Burning Man hay que remontarse hasta 1986, cuando un grupo de jóvenes, después de una fiesta, quemaron en una playa de San Francisco una construcción gigante con forma de hombre.
Este hecho dio nombre al evento que, con el tiempo, pasó a convertirse en una tradición que cada vez atraía a más gente. A día de hoy el Burning Man es uno de los festivales más famosos del mundo y conseguir una entrada para asistir es toda una hazaña.
El Burning Man se celebra entre la última semana de agosto y la primera de septiembre en el Black Rock Desert de Nevada. Allí, en un desierto de arena blanca, se crea durante una semana toda una ciudad con caravanas, tiendas de campaña y construcciones que, nada más terminar el festival, desaparecen, dejando el desierto tal y como estaba.
En Black Rock Desert no hay electricidad, el dinero no tiene valor y la forma de vida es similar a la de los hippies de los 60. La idea es que los asistentes se lleven todo lo necesario para poder sobrevivir allí una semana. El motivo es que no hay tiendas y todo funciona con trueques, que se pueden basar en comida, trabajos, ropa o incluso besos y abrazos.
Cada año el festival tiene una temática diferente y todo gira en torno a ella: la decoración, la música o incluso los outfits. Y es que al igual que pasa con otros festivales como Coachella, la moda juega un papel fundamental.
Allí todo está permitido, por lo que las combinaciones de ropa suelen ser rompedoras, con toques futuristas y hippies. Aunque si lo deseas también puedes ir desnudo. Eso sí, en tu maleta no pueden faltar unas gafas anti ventisca o una máscara, ya que se producen tormentas de arena. Además, tienes que ir bien abrigado, pues entre el día y la noche llega a haber diferencias de hasta 40 grados.
El festival dura una semana. Siete días en los que la fiesta y la música son continuas. El colofón final llega cuando se quema The Man, que con el tiempo se ha convertido en una impresionante construcción de madera que puede llegar a alcanzar los 30 metros de alto.
Para ir al Burning Man necesitas suerte para conseguir una entrada… y mucho dinero. Y es que aunque cada año asisten más de 50.000 personas, es muy complicado hacerte con una de las entradas. El precio de las mismas está entre los 500 y 400 dólares, aunque cada año salen 4.000 tickets a 190 dólares, unos 197 euros. Sin embargo, solo pueden acceder a esas entradas quienes demuestren que no pueden pagar el precio original.
Pero el gasto del Burning Man no se limita a la entrada, ya que hay que viajar hasta el desierto de Nevada, algo que no es barato. Y para eso necesitas un permiso especial para poder acceder ya sea por coche o avión.
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