La historia del traje femenino de occidente ha sido una continua repetición de formas y siluetas, a través de las cuales los grandes modistos han ido confeccionando sus vestidos y trajes. Unas piezas que han marcado la historia de la moda, que han mostrado la evolución y empoderamiento de la mujer y que, todavía hoy, siguen inspirando a las nuevas generaciones de diseñadores y amantes de este arte.
A la hora de crear un traje, el modista puede tomar como referencia el patrón, los tejidos y la ropa interior. El patrón es la plantilla a través de la que se crean las formas, donde aparecen las siluetas que se quieren plasmar en el traje. Es el primer paso. Los tejidos cimentan la idea, marcan la figura del cuerpo, la abultan y crean efectos visuales sobre la misma. Y, por último, la ropa interior, que construye la forma del cuerpo vestido.
De todo ello, la exposición El cuerpo inventado se encarga de hacer un repaso de la evolución de la silueta femenina a través de las creaciones que grandes modistos nacionales e internacionales elaboraron para actrices, miembros de la realeza o simplemente como elementos de colección.
Durante el desarrollo de la I Guerra Mundial, la mujer había conseguido reivindicarse ante el hombre y conquistar una libertad a la cual ya no iba a renunciar. En el mundo de la moda esta libertad se reflejó en la creación de prendas cómodas y anchas, con las cuales la mujer se sentía libre y grácil y con las cuales podía salir y bailar. Para ello, se optó por una silueta tubular, una línea que envuelve el cuerpo femenino y lo convierte en un cilindro y que va a dominar el mundo de la moda a lo largo de las décadas 20 y 30.
La silueta tubular no es una novedad en el mundo de la moda, pues ya en la antigua Grecia, en los talares medievales y el corte imperio de principios del XIX se había utilizado. En esos años, modistas como Coco Chanel, Elsa Schiaparello o Jeanne Lavin serán las encargadas de mostrar ese ansia de libertad de la mujer y convertirse en grandes iconos de la moda. Más adelante, en los 70, la silueta tubular volverá a aparecen en el mundo de la moda con el movimiento hippy o disco, cuando Loris Azzaro o Pucci asombren con sus creaciones.
En 1947 se produce una revolución en el mundo de la moda. Aparece Christian Dior y con él una nueva silueta completamente opuesta a la tubular. Una silueta que acaba con la libertad de la mujer, con la libertad de movimiento y apuesta por la mujer flor, por una mujer que con sus vestidos marca los senos y la cintura, dejando las caderas libres: la silueta triangular.
La silueta de triángulo doble o silueta en X, al igual que la tubular, no es una invención de la época, sino una revisión de contorno que dominaba a finales del siglo XIX. Es en 1947 cuando Christian Dior a través de su colección Corolle decide recuperarla, con el objetivo de resaltar en sus creaciones la feminidad.
Esta silueta cosechó un gran éxito en la época, hasta el punto de que Dior construyó la imagen de la mujer de los 50. Para hacerla posible, se recurrió a la ropa interior femenina del siglo XIX, como los corsés y las enaguas, que ayudaban a las mujeres a estrechar su cintura y aumentar el volumen de las caderas. Con ello, volvía la mujer encorsetada, la mujer que usaba metros de tela que le impedían el movimiento y le quitaba libertad, pero a pesar de ello, va a ser una silueta que siempre va a estar presente en el mundo de la moda.
En los años 60 Mary Quant decide devolverle a la mujer esa libertad y optar por reflejar en la moda la juventud, la diversión y la felicidad que se vive en esos años. La diseñadora toma como referencia la silueta triangular y la hace evolucionar sobre el cuerpo femenino desembocando en la famosa minifalda.
Tras el encorsetamiento de la silueta triangular, llega todo un hito en la historia de la moda de occidente: la silueta globular. El autor de esta silueta tan novedosa y diferente es Cristóbal Balenciaga. El español opta por quedarse con la forma más pura del círculo, escondiendo la figura femenina y convirtiendo a la mujer en un mero soporte del traje.
Con esta silueta Balenciaga esconde la cintura, un elemento que siempre había estado presente en la historia de la moda de occidente, y apuesta por mostrar la sensualidad a través de la nuca y la espalda de la mujer. Se trata de un discurso reaccionario al canon tradicional de belleza que estaba impuesto en la mujer.
Debido a esto, no fue una tendencia dominante en el mundo de la moda, sino que se trata más de una corriente emergente que algunos diseñadores quisieron seguir y que, incluso en la actualidad, apuestan por ello. En España Agatha Ruiz de la Prada es una de las diseñadoras que más ha investigado sobre esta idea del cuerpo como soporte del traje.
Al final de la década de los 60 y a lo largo de los 70, fue la silueta anatómica la que dominó en la moda, una silueta muy cercana al tipo de moda que actualmente podemos ver. Esta silueta está muy relacionada con los movimientos obreros, la incorporación de la mujer al trabajo y la aceptación del deporte como ocio femenino.
Se apuesta por el pantalón como un básico en la moda femenina. La mujer necesita moverse y para ello el pantalón es lo más cómodo. Esta tendencia la siguieron las mujeres más vanguardistas entre las que destacan las actrices Marlene Dietrich o Katherine Hepburn, que se convertirán en referencias de la moda de la época.
Es en este momento cuando aparecen diseñadores tan icónicos como Yves Saint Laurent. Este último, cansando del encorsetamiento de la mujer de Dior, decide sacar su primera colección, convirtiéndose así en uno de los diseñadores más famosos. También Chanel, a la que le horroriza el trabajo de Dior, vuelve para crear el traje de chaqueta de mujer, una pieza icónica que ha pasado a la historia y que marca a la firma
En esta época la industria textil del prêt-à-porter toma el relevo a la alta costura y cubre las necesidades de las mujeres, ofreciendo ropa cómoda, e incorporando nuevos tejidos como la lycra, una tela elástica que, además, dibuja mejor la silueta femenina, se adapta a ella de mejor forma.
La moda además de ropa también es desnudo. Antiguamente los diseñadores se han dedicado a tapar el cuerpo, y a través de tejidos y cortes enseñar o sugerir determinadas zonas. En la actualidad la piel se convierte en un tejido más que muestra la belleza del cuerpo de la mujer.
Bajo este principio, en los años 90, Jean-Paul Gaultier crea el sujetador de senos cósmicos que todos conocemos gracias a Madonna, que lo lució durante su gira de conciertos Blond Ambition World Tour y con la que pasó a la historia de la música. Y es que el diseñador decide tomar la silueta de Dior, pero planteando una mujer diferente, una mujer que ya no es una mujer flor, sino que tiene poder y decisión. Para Jean-Paul Gaultier, Madonna representaba a esa mujer.
Si eres un amente de la moda, los grandes diseñadores y los vestidos de alta costura, no puedes dejar de visitar la exposición El cuerpo inventado. Hasta el 15 de diciembre en la sala AZCA, Avenida del General Perón 38-40, podrás hacer este recorrido por la historia de la moda del siglo XX. Porque la moda también es arte.
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