¿Eres golos@? No dejes de visitar el museo Nestlé
La empresa rinde homenaje a la historia con la inauguración de su capricho más simbólico, un museo en Suiza para disfrute de todos.
Justo en el lugar donde un ayudante de farmacia alemán, Henri Nestlé, decidió mezclar leche, harina de trigo y azúcar para obtener la fórmula magistral que le catapultó al estrellato y salvó la vida de incontables niños, se erige hoy un museo dedicado exclusivamente a su legado.
Inaugurado hace una semana, Nest, el museo de la marca Nestlé, repasa los logros alimenticios que la empresa ha conseguido desde que naciese en 1866. De la leche condensada al Nescafé, pasando por su omnipresente chocolate con leche que hoy comercializa bajo diferentes marcas.
Nestlé es a Vevey lo que la Cibeles a Madrid. Desde que en el siglo XIX, el farmacéutico alemán decidiese establecerse en la dirección que hoy ocupa el museo por su posición estratégica entre las vías de tren y el canal de Monneresse, la marca ha abanderado el desarrollo de esta pequeña ciudad a la rivera del Lago Leman, a poco más de una hora del aeropuerto de Ginebra. Durante tres años, el arquitecto David Lindford ha dirigido la construcción de este nuevo espacio que, además de ser un lugar cultural, aspira a convertirse en uno de esos edificios de los que los residentes presumen.
Nestlé significa pequeño nido en la lengua nativa de su creador, de ahí su archiconocido logo en el que un pájaro alimenta a sus crías. Y de ahí también el nombre de esta nueva pieza para la colección: nest (nido en inglés). El museo es el resultado de la unión de la fábrica de pan, la zona de producción y la residencia del maestro Nestlé a través de una estructura de cristal con forma de hélice. Tres edificios que han sido renovados y que dan al centro histórico de Vevey una nueva simbología.
Concebida como un lazo de unión entre el pasado y el futuro, la visita se desarrolla en cuatro zonas. La primera es Fondations que repasa el origen de la marca; la segunda, Zeitgeist, revela cómo el marketing ha convertido a la marca en un agente reconocible a lo largo de nuestras vidas y nos invita a compartir las memorias que sus productos despiertan en nosotros; en la tercera, Forum, se explica cómo la marca se enfrenta a los problemas contemporáneos como la escasez de alimento y agua; y, por último, en Visions, la zona más vanguardista del complejo, diez experiencias multimedia esperan al visitante en una gran plataforma suspendida.
Aunque hoy en día tiene la mira puesta en el continente africano por su potencial a largo plazo, Nestlé ha conseguido convertirse en un abanderado de la cultura suiza y especialmente de la ciudad que la vio nacer, a la que además de exponer mediáticamente, le da trabajo con muchísima frecuencia.
Nest espera alcanzar los 250.000 visitantes para 2019. Es una cifra muy dulce, pero quizá demasiado ambiciosa, teniendo en cuenta su proximidad a Montreaux, un enclave con una gran oferta turística y que en este mismo año se inaugura también en la ciudad el Museo Homenaje a Charles Chaplin. Solo el tiempo dirá si, como manda la tradición de la marca, lo uno alimenta a lo otro.
Para celebrar su 150 aniversario, Nestlé ha reducido precio de muchos de sus productos en Suiza, pero lo encomiable de su museo es que anhela convertirse en la campaña de marca que resiste el paso del tiempo.