Cinco países que triunfan con educación alternativa

Entre los modelos educativos más exitosos y ocupando los primeros puestos tras las últimas evaluaciones de PISA se encuentran los países asiáticos: Shanghái, Singapur, Hong Kong y otras provincias chinas, Corea del Sur y Japón.

Patricia Peyró. 04/10/2016

A la hora de pensar en el mejor modelo educativo, por defecto tendemos a pensar en los clásicos colegios ingleses, o en los internados de la Costa Este americana, cuando no de Suiza. Sin embargo y en lo que a resultados académicos se refiere, algunas evidencias cuestionan los métodos más tradicionales a favor de los mantenidos en algunos países alternativos en los que apenas reparamos, ya sea por la lejanía geográfica o, más comúnmente, por la falta de empatía cultural.

Niños en un aula clase
Los diferentes tipos educativos, en el ojo del huracán

Precisamente para abrir nuestra mentalidad a través de una medida objetiva y comparativa entre países, además de para reflexionar acerca de nuestros propios modelos educativos, cada tres años, la clasificación PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), se encarga de realizar estudios sistemáticos y comparativos de las diferentes propuestas educativas originadas en diferentes países a lo largo de todos los continentes.

Corea sel Sur sistema educativo
En Corea existe una gran presión hacia el éxito y la belleza

PISA examina al azar los conocimientos y habilidades de jóvenes estudiantes de 15 años en sus habilidades de comprensión lectora, matemáticas y ciencias, y en su prueba participan los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), organismo internacional en el que participa España desde su creación en 1961.

Si bien es un programa que ofrece resultados objetivos, sus resultados con frecuencia se han criticado por presentar análisis puramente cuantitativos, dejando de lado otras variables. Por el contrario, como proyecto, PISA constituye un importante instrumento para los centros educativos, en la medida en que facilita información de las variables evaluadas en comparación con otros centros similares y con otros valores nacionales e internacionales. Los resultados contribuyen a la reflexión de los resultados, favoreciendo la investigación y el desarrollo de sistemas educativos más eficaces.

Estudiantes asiáticas
Los buenos resultados académicos de los países asiáticos se relacionan con una cultura del trabajo y de exigencia

Asia, a la cabeza en educación. Entre los modelos educativos más exitosos y ocupando los primeros puestos tras las últimas evaluaciones de PISA se encuentran los países asiáticos: Shanghái, Singapur, Hong Kong y otras provincias chinas, Corea del Sur y Japón. Como sistemas alternativos al continente asiático y con un alto nivel de competencia se encuentran otros modelos como el finlandés o el canadiense. España, por su parte, se queda en una comedida posición 33 (sobre de 65), ocupando los últimos puestos algunos países latinos como Perú, Chile, México o Argentina.

Madre tigre, hijos leones. Desde hace algunos años se habla del modelo de ‘madre tigre’ -y criadora de ‘hijos leones’– para describir al modo en que las madres orientales inculcan el valor del triunfo como única forma posible de vida. Un triunfo, por otra parte, muy alejado de la facilidad que pudiera suponer una superdotación, y cien por cien basado en el esfuerzo, en la constancia y el trabajo. En el año 2011, y con la publicación de Battle Himn of the Tiger Mother’, su autora Amy Chua explica un modelo real en China, donde los hijos son un instrumento más de realización personal de los padres.

Amy Chua
Amy Chua es la autora del controvertido libro ‘Battle Himn of the Tiger Mother’. Compra aquí

Estos son los modelos asiáticos más exitosos pero también más controvertidos en educación, de acuerdo a las evaluaciones PISA.

Corea del Sur. Tan competente como duro, el sistema coreano es bien conocido por ser uno de los sistemas más exigentes del mundo, hasta el punto de que el éxito o el fracaso escolar son una medida sinónima del éxito y de la competencia social. Suspender se considera ‘una vergüenza’ para el alumno, que se ve presionado a estar al nivel de los demás, y que puede terminar las clases a las once de la noche. Esta exigencia, llevada al límite en la escuela, se transmitirá posteriormente al sistema laboral, asimismo uno de los más exigentes del mundo.

Si los niños van al colegio todos los días de la semana, los adultos coreanos apenas disfrutan de tres o cuatro días de vacaciones al año. Son una de las poblaciones con mayor índice de suicidios por sentirse tan presionados psicológica y socialmente hacia el éxito, un hecho tan conocido por los coreanos, que incluso han inventado apps para evitarlo.

Japón. Al igual que sus vecinos de continente, los japoneses son de principios muy exigentes, hecho cultural que transmiten desde bien iniciada la infancia. Su cultura de esfuerzo y de trabajo, unida a sus recursos tecnológicos, terminan en resultados excelentes, académicamente hablando. Los japoneses, por otra parte, son muy amigos del esfuerzo en la competencia de actividades extraescolares y es fácil ver a pequeños genios que tocan el piano o el violín desde edad temprana o que dominan el juego del ajedrez. Estas actividades, así como la de formar parte de algún club deportivo, forman parte de lo que se espera en cualquier niño japonés normal.

Singapur. Se dice que tiene de los mejores sistemas en educación primaria del mundo, y en los últimos años han despuntado en comparación con otros países. Su sistema de aprendizaje dista mucho de la memorización y se centra en un aprendizaje por conceptos, mucho más práctico y agradecido, además de basado en la solución de problemas. El papel del maestro es el de ayudarles a solucionar los problemas por sí mismos, sirviéndole al alumno de guía, más que inculcando fórmulas inflexibles. Psicológicamente, al igual que los japoneses, están presionados por sus familias hacia una cultura del esfuerzo y el mérito propios. Dentro del sistema educativo se favorece la segregación y formación de grupos permeables en función de los resultados, y que admiten nuevas incorporaciones en función de sus avances académicos. Esto permite que los profesores den clases más a medida de los conocimientos de los alumnos.

Shanghai. Los alumnos de Shangai van dos o tres cursos por delante que la media de los evaluados en PISA. Y es que en China, y particularmente, en Shangai, son de la escuela del éxito como consecuencia del esfuerzo y del trabajo duro. Tras su jornada escolar, a los niños les espera una segunda jornada posterior, bien en casa haciendo deberes, o asistiendo a clases particulares que exigirán, por su parte, un trabajo adicional que les mantendrá ocupados hasta la noche:  música, gimnasia, ballet… Su alta competitividad les hace comprometer todo su tiempo en actividades ‘provechosas’, renunciando al tiempo libre o a actividades con un propósito puramente lúdico.

Hong Kong. Hace eco del estilo oriental más duro, aunque ha heredado el sistema británico más competitivo. En el país asiático se le da gran importancia a la educación por considerarse el único sistema para alcanzar un éxito vinculado al estrato social y a la calidad de vida.

En Hong Kong se conjugan, pues, el sistema británico con una mayor exigencia asiática en la que se esperan grandes resultados, a razón de encomendarse a los deberes y actividades extracurriculares, para cuyo éxito en muchas ocasiones contarán con un tutor particular.

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