Lo mejor de Suiza… ahora en Marbella

Cuando hablamos de excelencia académica internacional, Suiza aparece en el inconsciente colectivo para representar aquello destinado a élites minoritarias. Además de internados y universidades, Suiza se reserva el pódium en la industria del hospitality, contando con las mejores escuelas para dirección hotelera. Lo que algunos no saben es que una de estas escuelas tiene sede en la Costa del Sol. “Hablamos de Hotelería, no de Hostelería”, aclara Carlos Díez de la Lastra, director general de Les Roches Marbella.

Por lo que parece, se trata de una confusión habitual. “Hostelería hace referencia de manera más específica a la restauración y ocio, mientras que hotelería abarca el negocio vinculado a toda la actividad de alojamiento hotelero, que incluye restauración y hostelería en sus establecimientos”. En España sabemos de ambas cosas y es que nuestro país está entre los tres destinos más solicitados del planeta y, según el último informe bianual del Foro Económico Mundial, tenemos el sector turístico más competitivo del mundo gracias a la riqueza de nuestros recursos culturales, las infraestructuras y la adaptación a los hábitos de consumo digitales.

Suiza está en el top mundial de hotelería. “Efectivamente, Suiza es el país de referencia”, confirma Díez de la Lastra. El Top 3 de las mejores Escuelas de Dirección Hotelera a nivel mundial está ocupado por escuelas suizas, un privilegio que actualmente ocupan la École Hôtelière de Lausanne, Les Roches Bluche y Glion Institute of Higher Education. En 1954, Les Roches irrumpió en Suiza ofreciendo una alternativa a las escuelas centroeuropeas clásicas con un proyecto educativo más arriesgado que no tardaría en calar y crear escuela. El modelo Les Roches se convirtió en tradicional, explica Díez: “Un patrón de formación disciplinado, riguroso e internacional, orientado a cubrir las necesidades directivas de las principales cadenas hoteleras de lujo y que en 1995 llegaría a Marbella”.

¿Por qué Marbella? Dentro de España, Marbella es sinónimo de prestigio internacional y constituye uno de los destinos de lujo más solicitados, “al ser la ciudad andaluza con más hoteles de cinco estrellas, además de tener 15 campos de golf y 600 restaurantes con oferta gastronómica internacional”, según las cifras indicadas hace pocos meses por su alcalde, José Bernal, en la presentación del eslogan turístico de la ciudad, ‘Marbella, destino cinco estrellas’.

“Tenía que ser en España y tenía que ser en Marbella”, añade el director de la sede marbellí de Les Roches, “porque tenía un entorno único con unos parámetros socioculturales y geográficos perfectos para la formación de directivos expertos en servicios turísticos y de lujo, con una clara especialidad: la alta dirección hotelera”.

Una carrera de fondo hacia la alta dirección. Son varios los mitos que rodean a la labor de los directivos de hotel, todos ellos impregnados de ese cierto glamour que se presupone en un experto en relaciones públicas con conocimiento de muchos idiomas. Si bien los directores de hoteles de lujo han de hacer alarde de grandes capacidades de relación interpersonal y de saber estar, no es lo único ni no más importante en la alta dirección.  Según señala Carlos Díez, tan significativo o más para ser sobresalientes “será una capacidad analítica y de gestión y coordinación de procesos y equipos”.

Díez de la Lastra observa, entre los estudiantes de hasta 75 nacionalidades que se dan cita en el campus de Marbella, diferentes perfiles determinados por el origen cultural: “Aquellos que provienen de culturas más abiertas como la latina, normalmente requieren de un mayor trabajo en el desarrollo de las competencias de planificación y gestión de procesos, mientras que las culturas más frías necesitan un entrenamiento más intenso en las competencias interpersonales, clave para la relación con el cliente y la gestión de equipos en un sector de personas para personas”.

Y porque la élite no lo es todo, para llegar a ella los estudiantes tienen que aprender a “ser personas humildes con capacidad para contribuir en cualquier situación jerárquica y en cualquier equipo, aportando valor”, explica Hassan Djeebet, uno de los profesores de esta escuela universitaria y Manager de las prácticas de ‘Food & Beverage’.  En este sentido, los alumnos aprenderán desde abajo e interiorizando valores como la humildad. “¿Cómo, de lo contrario, corregir una bebida mal puesta o saber si una cama está o no bien hecha?”. “Desde el momento en el que ponen el pie en nuestro campus les enseñamos a hacer todo aquello que tenga que ver con el funcionamiento general de un hotel e inculcamos el servicio a los demás como corazón de nuestro negocio”, resalta su CEO.

Perfil internacional. Al margen de los que lo estudian por tradición familiar, la pasión por la industria de la ‘hospitality’ cuenta con perfiles emprendedores que sueñan con desarrollar un futuro prometedor montando su propio hotel. En general, “el tipo de persona que se decanta por esta profesión responde a un profesional con buenas competencias interpersonales y gusto por la gestión de equipos, además de apasionado por explorar nuevas culturas y por el servicio a los demás”, asevera Carlos Díez.

Las áreas de procedencia del alumnado son del 20 por ciento nacional y del 80 por ciento foráneo, según aclaran desde la institución y de acuerdo a la siguiente distribución: España (20%), resto de Europa (64%), Oriente Medio y África (6%), América (6%) y Asia y Australia (4%).

En este contexto tan internacional el idioma vehicular será el inglés, cuya competencia habrán de demostrar los candidatos como requisito para acceder a esta universidad, hasta el punto de que a los alumnos no les está permitido dirigirse en su idioma natal al personal del centro cuando estén en compañía de otros alumnos, ya que “eso crearía diferencias entre ellos”, explican desde la dirección del centro.

Internado, Instalaciones y entorno de lujo. El campus se compone de amplios jardines, varios restaurantes, residencia de estudiantes, biblioteca, zonas deportivas anexas o aulas académicas dotadas de las últimas novedades tecnológicas. Todo a disposición del alumno para que estudie en el mejor entorno posible y de la manera más confortable. “Cuenta con un hotel integrado para estudiantes, en la que viven todos los alumnos del primer año. Los de segundo año y el resto que lo deseen, se alojan en viviendas unifamiliares y apartamentos situados alrededor de la escuela y gestionados por nosotros”, explica Díez de la Lastra.

Además, “el centro dispone de instalaciones deportivas anexas, como las del Manolo Santana Racquets Club y cuenta con unas infraestructuras diseñadas para replicar todo lo crítico en la operación de un hotel o resort de lujo”.

Así y todo, el bienestar de los alumnos no se limita a las comodidades ni a una excelencia académica dotada de todos los recursos, sino que existe un departamento de atención al estudiante con un equipo dedicado plenamente a la integración del alumno desde su llegada al campus.  Siguiendo con un modelo anglosajón, se apoyan en la figura del mentor o prefact y “los estudiantes embajadores actúan de mentores durante esa primera fase del semestre ayudando a que los nuevos puedan encontrar en su camino: desde dónde comprar la camisa del impecable uniforme que les acompañará hasta fin de curso, hasta qué especialidad elegir en el último año de carrera. Si aún así no se integran, existe un servicio de Counseling”.

Requisitos para entrar y titulaciones. Al margen de los idiomas, el acceso al programa de grado exige tener finalizados los estudios de educación secundaria o equivalente en el país de origen y pasar una entrevista. Para los programas de postgrado, además, se pedirán estudios universitarios o un mínimo de experiencia laboral.

Dentro de los diferentes programas, que abarcan de uno a tres años y medio, Les Roches Marbella destaca por un singular sistema de prácticas internacionales desde el inicio de sus estudios, de manera que no solo se avance en la teoría, sino que a la par se le forma en un entorno real, en el que el estudiante “tendrá que tener capacidad de análisis y de toma de decisiones”, indican desde esta escuela. “Dependiendo del grado elegido, nuestros estudiantes pueden acceder a programas de intercambio entre nuestros campus internacionales en Suiza, China, Chicago y Jordania, además de participar en un intenso programa de prácticas internas y externas en establecimiento hoteleros internacionales”.

¿Cuánto cuesta estudiar aquí? Una de las barreras naturales se encuentra en las tasas académicas, no al alcance de todos los bolsillos y que se estipula entre los 14 mil euros de un postgrado hasta los 63 mil euros del título universitario en Administración Hotelera Internacional.  Para facilitar el acceso y premiar el esfuerzo, el centro maneja un programa de becas que cubren hasta el 50 por ciento de las tasas académicas, bajo la política de “atraer y exportar talento, premiando valores como la disciplina, la humildad y la rigurosidad”.