Ir de compras puede resultar una actividad satisfactoria y casi de ocio si se realiza con ganas, con tiempo y sin ninguna presión. Pero igualmente puede convertirse en todo lo contrario si para llevarla a cabo estamos sujetos al reloj, no sabemos dónde buscar esa prenda que necesitamos o simplemente compramos por obligación. Para aliviar esta compra ‘obligada’ surgió hace tiempo la figura de los personal shoppers, personas que ayudan incluso online a llenar los armarios con la ropa adecuada y que ahora dan el salto a la moda infantil.
Lo hacen a través de DressKids, una empresa española enfocada al público infantil, cuyo objetivo es ayudar a los padres a comprar ropa para sus hijos de una forma sencilla, rápida y lo más importante, desde casa.
Su filosofía es que los papás que ya tienen demasiado lío con el trabajo, el cole, las extraescolares, la casa, etc. puedan pasar más tiempo de calidad con sus peques en lugar de invertirlo en tareas que habitualmente se les hacen cuesta arriba, a unos y a otros, como el shopping.
Así, la dinámica para usar el servicio de DressKids es especialmente fácil. Basta con rellenar unas breves preguntas sobre cómo es el niño, qué edad tiene, cuál es el estilo y el tipo de ropa que necesita; así como el presupuesto a gastar.
Y voilá! La empresa hace una selección de cinco prendas según las preferencias del usuario que en un máximo de 48 horas llegan a su destino. Sin trampa ni cartón y con el asesoramiento sin coste adicional de un Personal Shopper que estudia las posibilidades del mercado y hace la selección.
En este sentido, las cajas pueden contener prendas combinables entre sí (pack DressKids) o a gusto del consumidor en función de las necesidades del armario de sus hijos (pack personalizado). Es decir, que quien compra puede elegir que le lleguen a casa cinco pantalones; o tres partes de arriba y dos de abajo; un abrigo, dos chalecos y dos mallas, etc. Las posibilidades de elección son casi infinitas, igual que en las tiendas físicas, pero el proceso es mucho más cómodo.
De hecho, la firma no requiere el pago del paquete (salvo los gastos de envío) hasta que el usuario haya recibido las prendas en casa, haya verificado que le gustan y se las quiera quedar. Los creadores de DressKids defienden una total transparencia en el proceso de compra y no exigen el compromiso de quedarse con nada de lo que envían.
Si las prendas que su equipo ha escogido no le gustan o no le quedan bien al niño, el usuario puede devolverlas en uno de los más de 3.000 puntos concertados para ello con una bolsa incluida en el pack. Además, en el caso de que la compra sí sea satisfactoria, la marca aplica un descuento inmediato del valor de la misma del 25%.
Sin duda alguna el servicio personalizado y diferencial de DressKids supone una revolución en la compra de ropa infantil. Una forma de hacer fácil lo difícil y de ahorrar tiempo en una tediosa y estresante tarea que puede convertirse en un sencillo trámite para los padres y una continua sorpresa para los hijos. ¿Quién dijo que el shopping infantil fuera aburrido?
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