Cada estación del año tiene su aquél. Y cada uno de nosotros nuestras manías, yo la primera. Por ejemplo en primavera me gusta sentir el olor del rocío fresco del amanecer con una pincelada de pino y gardenia. En verano me encanta descubrir las tonalidades de la lavanda, la menta y la yerbabuena. En otoño disfruto de olores más contundentes que tienen que ver con el roble y la canela; y en invierno me envuelvo del olor a mandarina, a cedro… Llegan al hogar perfumes a recogimiento, a chimenea y a Navidad.
Para perfumar el hogar hay varias opciones pero yo me decanto por dos. Por un lado las velas. Ese invento maravilloso que te permite unificar sensaciones en las diferentes estancias y que se identifican tanto con las personas que conviven en ella. Y por otro los mikados, cada vez más elaborados, sostenibles y con fragancias innovadoras.
Si hablamos de velas, mi debilidad se llama Dyptique. En Saint-Germain-des-Prés, barrio bohemio y meca artística, intelectual y festiva del París de los años 60, nació una aventura creativa originada tras el encuentro de tres artistas multidisciplinarios, unidos por su sensibilidad ante la belleza, su amor por la naturaleza y una curiosidad insaciable.
Diptyque abre las puertas de un universo singular. Es un espacio situado entre el sueño y la realidad, entre lo íntimo y lo universal, donde la imaginación puede evadirse para liberar la creatividad. Son las velas de los sentidos. Mi favorita y la que no falta desde hace décadas en mi casa es un clásico de la Maison francesa, Tubéreuse.
Y en Navidad, elijo cualquiera de las creaciones mágicas, diseñadas en colaboración con la artista Lucy Sparrow, que reinventan los símbolos del invierno y los iconos de la Maison. La mini- vela Sapin es un clásico en la cena de Nochebuena.
Y si hablamos de difusores, España cuenta con una de las grandes empresas del sector aún por descubrir por muchos. Los laboratorios Neum Spain a través de su marca especializada en ambientación para el hogar, La Casa de los Aromas, cuenta con una colección innovadora, sostenible y de gran calidad. De sus dos packs para esta Navidad, el Spiced Apple y el Red Berris yo me quedo con el segundo. Es una fragancia 100% frutal con notas de frutos rojos, manzana verde y naranja.
La empresa familiar valenciana ha conseguido trasladar la energía y la alegría de su espíritu emprendedor a sus mikados. Sus perfumistas y desde sus laboratorios en Valencia buscan fragancias que acompañen a las personas, que transmitan relax, armonía y equilibrio. Esa sensación de entrar en casa y sentir cómo te envuelve la sensación a frescor limpio y acogedor es simplemente maravillosa.
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