Las impresionantes flores de Dior
Una montaña de altivas flores azules y violáceas para cobijar la colección prêt-à-porter de Raf Simons para la Casa Dior. Un acierto de la oficina de Alexandre de Betak en la Semana de la Moda en París.
Fue dos semanas atrás. Los visitantes del museo Louvre del ala Este, vieron que una estructura se armaba en el patio. Una carpa como soporte a lo que sería la sorpresa final: una montaña de delphiniums para cobijar el desfile Primavera -Verano de Dior, la emblemática firma de alta costura francesa.
Alexandre de Betak fundó Bureau Betak en 1990 con apenas 22 años. Pero fue cuando dejó París y se instaló en Nueva York donde su carrera dio un salto significativo. ¿La llave? La organización de los desfiles de Victoria’s Secret el año 2000. Acostumbrado a ser el gestor de grandes eventos para la primeras firmas del lujo internacional, este año fue noticia por su espectacular matrimonio con la it girl argentina, Sofía Sánchez Barrenechea.
Algunos lo llaman el Fellini de los desfiles de moda por crear un ritmo y un lenguaje. Como la frase de Andy Warhol “en el futuro, todos serán mundialmente famosos por 15 minutos”, Betak comprimió a ese lapso el catwalk de las modelos. Cuánta información, belleza y coherencia artística puede proyectar un diseñador en 15 minutos es lo que define su éxito o su fracaso. Y, obviamente, Alexandre de Betak apuesta por el éxito de sus clientes.
El lugar escogido en esta ocasión fue el Cour Carrée, el cuadrilátero occidental del Museo del Louvre. Vallaron el lugar, marcaron el perímetro, colocaron las vigas y levantaron una carpa. Luego, un enrejado de metal y madera, una capa de espuma Oasis para mantener hidratadas las flores y una fina capa de césped donde incrustaron delphiniums en tonos azules y violáceos.
La montaña artificial tenía dos alturas. Los invitados entraban por una escalera que los conducía a una estancia inmaculada. La disrupción la otorgaban unos brazos mecánicos color celeste con una bola de luces led que parecían escrutar cada rincón. Y una extensión de la loma con delphiniums fue el marco para la salida de las modelos.
En las entrañas de la montaña, Raf Simons fijó los últimos detalles antes que su colección 2016, debutara con ese efecto futurista y espacial, sin perder delicadeza. La perfección en el planchado de las prendas, el estilizado maquillaje y peinado, la organización de las modelos, todo fue dirigido desde la planta baja de la estructura.
“En esta ocasión, queríamos que (la carpa) fuese impactante y, a la vez, tuviese mucho encanto. Y hay veces en que lo fascinante es simple”, dijo Alexandre de Betak al New York Times sobre la elección de los delphiniums.
Desde 2012, cada desfile de Raf Simons ha tenido como sello el mundo floral. Ese abril y con apenas ocho semanas por delante, creó su primera colección para Christian Dior. Su increíble hazaña se puede ver en el documental Dior y yo. Además de los exquisitos vestidos, tapizó una mansión con un millón de flores frescas con el equipo del diseñador de flores Eric Chauvin. Después fue una selva de andamios y flores tropicales. Este año una montaña de delphiniums. Mañana tendremos que estar atentos.
En números: la carpa tuvo 18 metros de altura, la armaron 100 trabajadores, sólo para el andamiaje necesitaron 15 camiones medianos, fueron 1.500 los invitados y se clavaron 300.000 delphiniums, 200 flores por invitado.