Oda al dormitorio adolescente

Para un adolescente, su habitación es su santuario.

idealista. 03/04/2015
Disturbia con Shia Labeouf
American Pie (1999)
Jim Levenstein en American Pie (1999)

Artículo por Hoja de Router (colaborador de idealista news).
Para un adolescente, su habitación es su santuario. No sólo porque sea el único lugar de la casa donde pueda evadirse de los gritos de su madre, también por la personalidad incipiente que puede expresar a través de la decoración. Pósters de cantantes, actores y deportistas ocultan el tono pastel algo anticuado de las paredes. fotos de amigos, fiestas y viajes pueblan el escritorio y las mesillas de noche. El armario suele estar desordenado y el vestuario, acorde a las modas, es la pesadilla de cualquier padre.

Estos santuarios de la moda juvenil han sido protagonistas de numerosas escenas en la pequeña y la gran pantalla. Son habitaciones de cine, como demuestra el crítico de cine estadounidense Luke Goodsell en un blog de Tumblr que se ha convertido en una oda al dormitorio adolescente.

Disturbia con Shia Labeouf
Disturbia con Shia Labeouf

En ‘teenage bedrooms on screen’, el norteamericano viene recopilando desde 2011 fotogramas de los cuartos más famosos de Hollywood. Una afición que le ha ayudado a explorar los enigmas de los personajes juveniles del cine y a determinar, incluso, en qué época se ambientan o inspiran ciertas tramas. “En muchas películas, la habitación de los adolescentes proporciona más conocimiento social de ese período que el argumento y los personajes”, argumenta el crítico.

Tuvo la idea viendo la película ‘Disturbia’, protagonizada por un joven Shia Labeouf. Para aquellos que no la hayan visto, narra la historia de Kale, un adolescente que tiene que quedarse en casa bajo arresto judicial y decide entretenerse en su habitación espiando a sus vecinos. Observando el santuario de Kale, Goodsell se dio cuenta de que había muchos carteles de ‘Ramones’ y ‘The Clash’, algo que parecía intencionado, previsto para enviar algún mensaje al espectador. “Eso me hizo preguntarme quién diseñó esas cosas, cómo han cambiado con el tiempo y qué cosas permanecen constantes”, afirma el crítico estadounidense.

Los típicos carteles de “No molestar” o “Lárgate”, las fotos que comparten espacio con los pósters de bandas en las paredes y los reproductores de música forman parte de esas cosas que no cambian, de acuerdo con Goodsell. Elementos decorativos que aparecen en los dormitorios de ‘Lola’, en ‘Quiero ser superfamosa’, en ‘Verena’ o en ‘Strike!’, donde una joven Kirsten Dunst aparece bailando.

Kim Basinger en 'Mi novia es una extraterrestre'
Kim Basinger en ‘Mi novia es una extraterrestre’

La mayor parte de las escenas que recoge ‘Teenage bedrooms on screen’ proceden de películas de los años ochenta y noventa. Sirvan como ejemplos la visita de Kim Basinger al cuarto de Alyson Hannigan en ‘Mi novia es una extraterrestre’ (1988); la habitación donde los protagonistas de ‘La mujer explosiva’ (1985) crean a la fémina de sus sueños o el dormitorio de Jim Levenstein en ‘American pie’ (1999).

En aquella época estaba de moda pintar las paredes de las habitaciones con colores oscuros y decorarlas con muebles de intensidades parecidas. El ordenador empezaba a formar parte de los dormitorios de los protagonistas y tener un teléfono en la habitación resultaba casi imprescindible. Sin embargo, en la colección también podemos encontrar dormitorios de films de la década de los cincuenta como el de Natalie Wood en ‘Rebelde sin causa’ o el de Mildred Pierce en ‘Alma en suplicio’. Aquí, el dormitorio contaba con muebles de formas redondeadas y las paredes presentaban tonos pastel, para los adolescentes más tradicionales, o algo más oscuros para los rebeldes.

adolescentes
Mildred Pierce en ‘Alma en Suplicio’

También se encuentran en la recopilación imágenes recientes como el dormitorio de Hannah Montana o el cuarto de Viola en ‘Ella es el chico’. Habitaciones con muebles más clásicos o más modernos que dependen de la personalidad del protagonista.

A pesar de las grandes diferencias que se introducen a lo largo del tiempo, Goodsell siempre ve el mismo patrón. “Como escondites y santuarios para su ego, las habitaciones de los cincuenta y de las de ahora tienen las mismas cosas” porque “siempre han existido como un universo paralelo a la familia y es el único lugar en el que tienes el completo control”.

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