Hurtan, los coches clásicos españoles, comienzan su expansión fuera de España
Hurtan celebra tres décadas fabricando coches artesanales con el objetivo de crecer a nivel internacional tras el gran interés despertado en la prestigiosa feria Techno Classica.
La firma de coches clásicos Hurtan celebra tres décadas de trabajo artesanal creando coches exclusivos. Este carrocero atelier afincado en Granada sigue manteniendo en su fabricación la excelencia en cada detalle como lo hiciera su fundador, el almeriense Juan Hurtado González. Allá por 1992 se inspiró en los modelos icónicos de los años 50 y 60, convirtiendo su sueño en realidad al fabricar el Hurtan T2. Un automóvil biplaza deportivo que supuso un éxito inmediato.
Fieles siempre a su personalidad, Hurtan ha continuado fabricando de forma artesanal coches únicos, cuidando hasta el más mínimo detalle. No hay dos Hurtan iguales y esa exclusividad es otro de los logros de esta empresa familiar que exporta sus coches a todo el mundo. A día de hoy, al frente de la marca se encuentran los hijos de Juan Hurtado: Juan, Francisco y Rosa.
Hurtan ha evolucionado su negocio en los últimos años
«Cuando empezamos, fabricábamos coches desde cero. Comprábamos mecánicas de Renault o Ford pero nos daban muchos problemas en cuanto a homologaciones. Poco a poco hemos ido evolucionando hasta darnos cuenta de que lo mejor es utilizar la base de un coche que ahora mismo esté en el mercado«, nos dice Juan Ignacio Hurtado, hijo del fundador.
«Utilizamos todos los elementos mecánicos que están ya instalados en el coche. Así que con el paso del tiempo nos estamos especializando en hacernos carroceros. Nuestro último modelo está hecho sobre la base de un Mazda MX5. El coche mantiene la garantía de Mazda, con sus revisiones correspondientes, pero la estética es Hurtan. El encanto y la filosofía del coche sigue siendo Hurtan«, afirma Juan Ignacio.
Un carrocero atelier que trabaja directamente con el cliente
Así, Hurtan trabaja directamente con el cliente y adapta el modelo escogido a sus preferencias y gustos. «La gran mayoría de los clientes escogen entre las carrocerías que les ofrecemos, pero podemos trabajar con algunas modificaciones puntuales si así nos lo indican. Lo pueden definir como quieran. Es como el que va al sastre. Sobre la base del coche, el cliente puede definirlo como quiera», asegura Juan Ignacio.
Desde que reciben un encargo, los empleados de la casa tardan unos cuatro meses en elaborar el modelo. Un proceso que sin embargo en estas fechas, tan próximas al verano, puede acelerarse. «En esta época y dado que el cliente suele querer el coche para el verano, llegamos a acabar vehículos incluso en mes y medio», asegura Hurtado.
La casa granadina ha cosechado gran interés internacional
Los directivos de Hurtan acaban de llegar de la prestigiosa feria Techno Classica que tiene lugar en la ciudad alemana de Essen. Allí se han reunido cerca de 200.000 personas de más de 40 países de todo el mundo, amantes todos ellos de los vehículos clásicos y de colección. «Nuestro concepto de coche clásico no está muy extendido aquí en Europa. En países como Japón o Estados Unidos sí está más extendida la idea de crear un coche clásico desde un coche moderno. Así que en esta feria de Essen nuestro concepto ha llamado mucho la atención. Hemos conseguido buenos contactos y mucha gente se ha interesado en la distribución del mismo», dice Juan Ignacio.
Reconoce por ejemplo que Estados Unidos es un mercado interesante. «De hecho tenemos coches allí. Clientes que nos han conocido a través de Internet y que nos han encargado coches. Se los hemos fabricado y se los hemos enviado». Un interés que ha despertado la búsqueda de distribuidores internacionales, principalmente «concesionarios pequeños especializados en coches clásicos y exclusivos. Hace un par de semanas vinieron unos directivos de Japón interesándose. Estamos abiertos a todos los mercados».
Sus clientes buscan coches que se queden en la familia para toda la vida
Juan Ignacio Hurtado reconoce que sus modelos tienen una clientela especial, amante de los coches clásicos y que sueña desde hace tiempo con tener uno de ellos. «Tenemos muchos clientes de 50 o 60 años. Quieren coches muy específicos, con unos colores y tapicerías determinadas. Son clientes que compran los coches porque los quieren para ellos. El coche entra en la familia y prácticamente se queda en la familia para toda la vida».
Hurtado reconoce también que en los últimos tiempos han encontrado más receptividad con las marcas asiáticas. Las europeas tienen más recelos a la hora de prestarse a una personalización de sus vehículos. «La búsqueda de la base mecánica siempre empieza sobre la idea de coche que queremos hacer. Luego hacemos un estudio de los coches que hay en el mercado, qué base podemos utilizar para hacer el coche. El Mazda MX5 era perfecto para poder hacerlo como base del Grand Albaycín. Es la evolución del coche que fabricábamos nosotros con mecánica Renault hace unos 15 años».