El minucioso trabajo de orfebrería del logotipo de Bugatti
Bugatti encarga sus logotipos desde su fundación a la compañía alemana Poellath, especializada en la elaboración de marcas e insignias con metales preciosos.
El logotipo de la marca Bugatti probablemente no es uno de los más llamativos en el mundo de los coches de alta gama. Pero encierra tantos matices que le convierten en uno de los más fieles al diseño, la artesanía y la vanguardia de sus vehículos.
El diseño, el comienzo de todo
Ettore Bugatti nació en Milán el 15 de septiembre de 1881. El arte y el diseño en su familia era lo que les daba de comer. Así que no es de extrañar que el joven acabara siendo un grandioso diseñador de coches.
Fue el propio Bugatti el que modeló la insignia que deberían llevar los coches que saldrían de la fábrica que instaló en 1909 en la localidad francesa de Molsheim (Alsacia). Por aquel entonces, los fabricantes eran muy partidarios de utilizar figuras de todo tipo sobre el radiador de los vehículos. Algo que a Ettore Bugatti no le convencía.
Ettore Bugatti diseñó un logotipo que se fabrica de forma artesanal
El empresario y diseñador encontró una enorme fuente de inspiración en los carteles y logotipos propios del Art Nouveau de la época. Además, tenía claro que su apellido debería aparecer en el emblema como elemento diferenciador dentro de un sector que aglutinaba decenas de marcas incipientes.
El nombre aparece en letras blancas sobre un fondo rojo dentro de un espacio ovalado. Una forma que otras marcas, como Ford, asumirían también.
Pasión, excelencia y artesanía
Bugatti escogió el rojo como símbolo de la pasión. Sobre él, las iniciales de Ettore Bugatti unidas en color negro, como símbolo de la excelencia. En el borde exterior se sitúan sesenta puntos de color rojo. Algunos dicen que son perlas y otros aseguran que son piezas mecánicas.
La elaboración de cada una de las insignias se realiza de forma artesanal en Poellath. Se trata de una empresa familiar de Baviera con más de 240 años de historia en la elaboración de marcas e insignias con metales preciosos. Los emblemas son de plata, se pintan a mano y unos veinte operarios tardan unas 10 horas en tenerlos listos para ensamblar en la parrilla de cada coche.