El restyling del Volkswagen Passat trae consigo mejoras en el equipamiento tecnológico y más sistemas de ayuda a la conducción y seguridad. Probamos su variante R-Line Performance con motor gasolina de 272 CV, presentado en una edición limitada de la que tan solo 60 modelos llegarán a nuestro país.
Volkswagen es de esas marcas que prefieren caminar sobre terreno seguro, evitando riesgos innecesarios y cambios drásticos que puedan desordenar sus planes. Más aún si hablamos de segmentos como el de las berlinas, que parecen diluirse en la amalgama de opciones del mercado actual. Por ese motivo, no nos extraña que el último restyling del Volkswagen Passat Variant apenas pueda diferenciarse del modelo anterior.
Esta actualización llegó para mejorar algunos aspectos de la octava generación del Passat (2014), como los sistemas de ayuda a la conducción, seguridad y conectividad. Para esta prueba, contamos con una unidad equipada con el paquete R-Line junto al bloque gasolina 2.0 TSI de 272 CV y cambio automático DSG. Una combinación que no solo es un acierto visual, también mejora su confort en marcha.
Estamos ante la marca alemana por excelencia y, evitando generalizar, la evolución de sus vehículos más característicos suelen ser procesos muy meditados. Diferenciar ambas añadas es bastante complicado, pero no imposible.
El Volkswagen Passat Variant 2019 mantiene las mismas cotas: 4,77 metros de largo por 1,83 m de ancho y 1, 43 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,78 metros. Son dimensiones considerables sí, pero más compactas que otros rivales menos versátiles para la movilidad urbana, sin que eso afecte a su habitabilidad interior. Antes de pasar a descubriros cómo identificar al nuevo Passat, recordar que tiene uno de los mejores maleteros del segmento con 650 litros de capacidad en la carrocería Variant.
Escoger el Volkswagen Passat Variant como vehículo familiar es siempre un acierto. Su diseño minimalista, sofisticado y clásico conseguirá superar los estragos del tiempo, sin llegar a verse desfasado en ningún momento. Por ese motivo, cuatro retoques han sido suficientes para justificar una nueva hornada de este familiar.
La parrilla es más ancha y los grupos ópticos ofrecen una nueva firma lumínica LED de serie que, opcionalmente, pueden ser de tecnología Matrix LED. Las líneas de tensión están más marcadas, tanto en el capó como en los laterales, y nuestra unidad contaba con llantas de aleación ligera opcionales Pretoria de 19 pulgadas.
El equipamiento R-Line es casi una obligación estética a nuestro parecer, como lo son los tonos oscuros y elegantes de la paleta ofrecida por Volkswagen. Nuestra unidad luce un Gris Manganeso metalizado, un tono sensacional para combinar con el parachoques ensanchado, las molduras cromadas de las ventanillas, las taloneras diseño R y los embellecedores del paragolpes trasero.
La zaga también es fácil de identificar, empezando por sus grupos ópticos. Son más afilados y, al ser LED, podemos ver el diseño interno de los diodos en forma de C invertida. Además, el nombre pasa a recorrer todo el ancho del portón cuando en el modelo anterior se relegaba al lateral inferior.
Estamos ante un modelo premium y, como tal, basa sus argumentos en la calidad de rodadura, materiales de primera y un equipamiento tecnológico superior. Todo ello debe traducirse en un habitáculo que transmita esa superioridad desde el primer momento, y lo consigue.
En el Volkswagen Passat Variant 2019 menos, es más. La distribución de los elementos es pulcra y prioriza la sensación de amplitud, integrando la pantalla justo por debajo de los aireadores. La unidad probada (R-Line) monta el sistema multimedia Discover Pro de 9,2 pulgadas, compatible con Apple CarPlay, Android Auto y Mirror Link.
Esta elección, que deja un campo de visión más libre al conductor, empeora la gestión de dicha pantalla, dado que obliga a bajar la vista demasiado. Para compensar esa distracción, contamos con el alabado Volkswagen Digital Cockpit de 11,7 pulgadas, sustituto de la tradicional instrumentación de aguja. Los modelos Passat anteriores, y tope de gama, ya contaban con esta innovación, pero era más grande (12,3 pulgadas) y de peor calidad visual.
Los asientos del equipamiento R-Line no solo son más bonitos y deportivos, también ofrecen una ergonomía superior. Tienen mejor sujeción lateral y, gracias a la regulación eléctrica, encontrar la posición de conducción ideal es coser y cantar. Además, son calefactables y pueden tener función de masaje y ventilación de manera opcional.
El Passat Variant es uno de esos vehículos para hacer kilómetros, tanto en las plazas delanteras como traseras. El único pero que se le puede achacar es la anchura. Tres personas de gran tamaño no podrían realizar un trayecto muy largo en la banqueta posterior y llegar frescos como rosas. A cambio, lo compensa con un espacio más que suficiente para las piernas y la altura al techo, superior en la versión Variant.
La unidad probada incluía bastantes paquetes de seguridad y confort, uno de los aspectos en los que más novedades incorpora este nuevo Passat. El Pack Hola Confort nos permite modificar la luz ambiente en hasta 30 tonos y tener techo panorámico pero lo más interesante reside en sus mejoras dinámicas. Gracias a él, contamos con el tren de rodaje deportivo que reduce la altura respecto al suelo en 15 milímetros, además de incorporar el bloque electrónico del diferencial y añadir la dirección progresiva. Estas mejoras hacen del Passat un modelo más sensorial y placentero de conducir, con un control mayor en el paso por curva y una estabilidad que nos permitirá pasarlo bien en cualquier circunstancia.
Eso sí, el Passat Variant es un coche de familia. Como tal, deberemos priorizar la seguridad y los sistemas de ayuda que nos pueda ofrecer. Para ello contamos con el paquete Hola Seguridad, necesario para incorporar los faros Matrix LED, la cámara para aparcar junto al sistema Park Assist, el portón eléctrico y la selección y perfiles de conducción. Tampoco falta el asistente de cambio de carril involuntario, programador de velocidad activo, aviso de tráfico cruzado o los sistemas Front Assist y Side Assist, que preparan al vehículo ante un posible impacto.
El hábitat natural del Passat 2019 son las vías rápidas, gracias a su propulsor de cuatro cilindros 2.0 TSI que rinde 272CV CV entre las 5.500 y las 6.200 revoluciones, entregando su par máximo de 350 Nm entre las 2.000 y 5.400 rpm. Estos datos nos dan una idea del comportamiento de su entrega de potencia, que se traduce en un empuje lleno desde bajas vueltas, pero con una zona alta algo vacía. Por suerte, contamos con el cambio automático DSG de siete velocidades, un as bajo la manga para el uso habitual. Las levas tras el volante se agradecen en los momentos de mayor exigencia, pero, por lo general, la reacción de es ágil y muy liviana en casi todas las circunstancias.
El Passat Variant con este motor alcanza los 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y tiene una velocidad punta de 250 km/h. Dato al que no deberíamos llegar nunca en nuestro país. Volvemos a recordar que estamos ante un modelo familiar así que otros aspectos, como el consumo, deben ser más importantes. La firma asegura que puedes circular con una media de 8,9 litros a los cien si mantienes una velocidad normal, dato que subiría hasta los 8,7 l/100 km si fuéramos más rápidos. Nosotros, durante la circulación por vías rápidas hemos conseguido mantenernos por debajo de los 7,1 l/100 pero en el puerto de montaña ha subido hasta pasados los 9,8 l/100 km.
La suspensión adaptativa DCC (opcional) modifica el tarado de la amortiguación en función de los modos de conducción, Comfort, Normal y Sport; pero también puedes jugar con su dureza de manera independiente. Sin ser el mejor modelo en cuanto a confort de rodadura que hemos probado, conseguiría un notable sin apenas pestañear.
Como bien comentábamos al principio, la compra de un Volkswagen Passat siempre será una buena decisión. Ya sea en su variante berlina o familiar, estamos ante un modelo equilibrado, tecnológico y de conducción agradable. A no ser que los gustos europeos cambien, de repente, su diseño estará a la moda de aquí unos años, por lo que no se verá un coche anticuado o desfasado. Menos aún con el equipamiento R-Line de la unidad probada.
Un aspecto para tener en cuenta, frente a sus rivales, es su precio. Estamos ante un modelo de pretensiones premium, con equipamiento superior y la utilización de materiales de primera calidad. Esto se traduce, automáticamente, en un coste elevado. Esa diferencia en euros no se justifica en la conducción o el aspecto dinámico del vehículo, sino en el lado más emocional e irracional de la compra. Es fácil que el Volkswagen Passat Variant 2019 se nos dispare a los 49.770 euros si tenemos en cuenta paquetes seleccionados, los opcionales de la unidad probada y algún que otro extra, que eleva su precio base más de 9.280 euros.
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