Hay un hábito que todos aprendemos desde bien pequeños: el de la higiene bucal. Al menos dos lavados de dientes diarios, de unos 2 minutos de duración y cubriendo todas las zonas para mantener nuestra boca limpia y sana. Al tiempo que la inteligencia artificial llega a todos los aspectos de nuestra vida, el lavado de dientes no puede quedarse atrás. En una España donde casi la mitad de la población utiliza un cepillo eléctrico (según un reciente estudio de Sanitas), no es raro que estos evolucionen con más tecnología, sensores, pantallas y luces. Exactamente eso es el nuevo cepillo de dientes inteligente Oral-B iO10.
Es decir, un innovador gadget para el cuidado dental que aprovecha la ayuda de la IA y una app en el móvil para indicarte cuándo, dónde y cómo cepillarte. Y de paso puntuar qué tan bien lo haces. Spoiler: lo hemos estado haciendo mal toda la vida.
Recién sacado de su caja, el nuevo cepillo iO10 destaca por el acabado delgado y consistente. El modelo que he podido probar luce un precioso color negro con motas blancas que simulan un aspecto cósmico, ideal en esta edición especial en la que todos los accesorios van a juego. El protagonismo lo toman sin duda su anillo de luz y una pequeña pantalla controlada mediante dos botones físicos. El manejo es muy sencillo e intuitivo desde el primer momento.
El panel permite seleccionar el modo de limpieza, pues los hay diferentes en función de lo que se pretenda. Limpieza diaria, blanqueante, dientes sensibles… se puede elegir uno que funcione de forma predefinida.
Durante la limpieza la pantalla muestra el temporizador y el anillo de color se ilumina de verde si se hace la presión correcta, o de rojo intenso si debemos aflojar. Al terminar, el cepillo de dientes inteligente te dice qué tal lo has hecho en forma de carita sonriente o triste.
Pero sin duda lo más llamativo es el dispositivo iOSense, la pequeña base que va siempre colocada en el baño y que sirve como guía durante la limpieza. Sus seis barras de luz representan las zonas de la boca y van pasando de azul a blanco según cepillamos. El cepillo utiliza inteligencia artificial para saber en qué zona de la boca estamos y qué nos queda por limpiar.
La experiencia es curiosa, por lo preciso que es y por las vibraciones del cepillo. Estas indican cuándo debemos pasar a la siguiente zona, aunque especialmente en los primeros lavados, llegar a todos los rincones de la boca requiere unos cuantos minutos y algo de paciencia extra.
Los cepillos iO de Oral-B estrenan una nueva tecnología de micro-vibraciones del cabezal cuyo objetivo no es otro que eliminar la placa, ayudar a mantener los dientes más blancos preservando el esmalte y cuidar las encías. En mi experiencia y comparado con mi anterior cepillo eléctrico el iO10 gana muchos puntos. Es más suave y delicado, al mismo tiempo que da la sensación de dejar la boca totalmente limpia.
La posibilidad de conectar el cepillo a la app de Oral-B abre nuevas posibilidades. En mi caso, ha funcionado bien desde el comienzo: solo hace falta coger el cepillo para que este se encienda y se conecte automáticamente. Además de personalizar los ajustes, la app se conecta en tiempo real durante la limpieza y utiliza un mapa bucal en 3D para ayudar a cepillarnos.
Al terminar da una puntuación sobre 100 puntos indicando cómo ha ido y aporta más datos sobre la cobertura de las zonas, la presión aplicada o el sangrado de las encías. Llegar a la excelencia es una cuestión de práctica y yo me mantengo en unos humildes 80/90 puntos.
Sin embargo, lo interesante son los objetivos que planea la aplicación y que ayudan a construir una rutina de limpieza bucal. Se pueden elegir objetivos para luchar contra la placa, blanquear los dientes o cuidar de una ortodoncia (brackets). En función de esto, el cepillo personaliza los modos de limpieza y la app lleva la cuenta de los días que hemos cumplido con un historial de limpiezas siempre disponible. Se conecta además con la app de Salud en el iPhone y vuelca los datos automáticamente.
El iO10 con iOSense es el nuevo protagonista de mi baño. La base con luces de la que os hablaba antes es además el cargador inalámbrico que utiliza un imán para sostener verticalmente el cepillo. No hay más elementos físicos. El soporte es algo débil, así que cualquier golpe en el cepillo de dientes inteligente puede suponer que se caiga de la base con facilidad. Por suerte, es bastante resistente; por desgracia, lo he comprobado en un par de ocasiones.
La batería es más que suficiente para realizar dos limpiezas diarias durante unos 4/5 días sin pasar por el cargador. En cualquier caso, el iO10 incluye en su caja un estuche de viaje donde encajan perfectamente el cepillo y el cabezal. Además de mantenerlos protegidos, permite recargarlo. La conexión es propietaria de Oral-B, quizá para una futura generación sería de agradecer el salto a conector USB-C.
Por último, he de mencionar que toda la experiencia del iO10 está orientada a que el cepillo tenga un único usuario. A diferencia de otros modelos donde ofrecen varios cabezales intercambiables para los miembros de la familia, Oral-B apuesta por este como un producto totalmente personal.
El nuevo cepillo Oral-B iO10 con iOSense está disponible por la friolera de 449,95€. ¿Cuánto estarías dispuesto a gastar para mantener limpios y sanos tus dientes y encías? En todo caso, aunque sea el modelo más top el que ha pasado por mis manos para esta prueba, la serie con tecnología iO tiene opciones desde poco más de 100€.
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