Hace años que las cámaras de vídeo y foto pensadas para grabar deportes de acción no son solo para registrar ese tipo de actividades deportivas. Nacieron con ese objetivo, proporcionar planos imposibles y nunca vistos, planos subjetivos de gente haciendo verdaderas proezas, puntos de vista nunca imaginados. Pero la realidad nos dice que no todo el mundo cabalga olas y hace salto BASE cada fin de semana. De hecho, lo normal es no hacer nada de eso pero aún así queremos tener esos planos tan espectaculares de nuestras excursiones a la montaña, un baño en la piscina o un sencillo paseo en bici. Ese es el motivo de su popularización y los diversos modelos de cámaras que hay en el mercado. La compañía Insta 360 ha renovado el modelo más original de su catálogo.
La Insta 360 Go 2 es una pequeñísima cámara de acción que podemos llevar siempre encima para grabar en cualquier situación. Su reducido tamaño hace de ella la cámara ideal para conseguir planos subjetivos, puesto que podemos fijarla en nuestro pecho con un pequeño colgante o sujeta en una gorra como si fuese una pinza. Uno de sus puntos fuertes es la mejorada estabilización de imágenes. Sus algoritmos internos, denominado Flowstate, trabajan para que la imagen permanezca lo más estable posible. Tiene una resolución 3K y toda esa potencia viene dada porque han conseguido meter en su interior un sensor del mismo tamaño que el que usa la GoPro Hero 9. Una verdadera odisea de sus ingenieros.
Mediante su aplicación podemos manejarla de manera remota vía wifi, ver el plano que nos ofrece, comenzar a grabar e incluso editar el material que consigamos desde el mismo móvil, sin necesidad de descargar los archivos. Puede sumergirse en el agua hasta 4 metros. Graba imágenes con Alto Rango Dinámico, es decir HDR, para sacar el máximo partido de los colores. Además, esta nueva versión de la cámara es capaz de mantener siempre el horizonte nivelado por bruscos que sean nuestros movimientos. El estuche donde se guarda también es el lugar en que se carga, teniendo hasta dos horas y media de autonomía. Pero su función no es solo de carga, desde el estuche también podemos manejar la cámara, se convierte en un pequeño trípode para grabar planos con una distancia de 10 metros, grabar desde una mesa o grabar nos a nosotros mismos en modo selfie.
En menos de 27 gramos esta cámara esconde muchas virtudes. Los planos que podemos grabar son tantos y las posibilidades que nos ofrece su reducidísimo tamaño son innumerables. Todo ello por un precio de 329,99 euros. Es una cámara para llevar siempre encima, discreta y con una autonomía considerable. Además, la posibilidad de poder montar lo que hayamos grabado antes de llegar a casa es un aliciente para poder compartir por redes sociales. Desde nuestro móvil podremos seleccionar formatos verticales y cuadrados para subir a la red sin tener que convertir nuestras imágenes dependiendo del destino. Una cámara para darle acción a nuestras grabaciones.
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