La inmensa mayoría de las fotos que hacemos ya las realizamos con nuestro teléfono móvil. Es rápido, cómodo y siempre lo tenemos a mano. Pero aún hay cámaras fotográficas, por supuesto, y también hay buenas ideas como la que plantea Fujifilm con su cámara Instax mini Evo. Hemos podido disparar fotos con ella, ponerla a prueba y disfrutar viendo cómo a las cámaras de este tipo aún les queda mucho carrete.
La Instax mini Evo es la nueva, y vitaminada, versión de la popular cámara de Fujifilm. Llega con multitud de posibilidades para hacer que el instante en el que pulsamos el botón para realizar una foto sea único. Las distintas opciones para obtener un resultado distinto en cada momento llegan al centenar. Estas múltiples combinaciones se consiguen alternando los 10 modos de su objetivo con los 10 efectos que podemos añadir sobre la imagen.
El resultado es fascinante puesto que cada imagen puede cambiar radicalmente dependiendo de la opción visual por la que optemos. Viñeteados, difuminados, ojo de pez o fuga de luz mezclados con matices monocromos, pálidos, sepia o retro, entre otros. Hacer una foto es mucho más. Es disfrutar del proceso desde antes de enfocar a nuestro objetivo. La Instax mini Evo consigue que la fotografía sea divertida, creativa y original de un modo muy sencillo y para todos los públicos. La fotografía como lo que siempre fue, una forma de expresión.
Su diseño retro es un verdadero homenaje a las cámaras clásicas pero eso no supone un impedimento para esconder en su interior tecnología de última generación. Esta cámara nos invita a hacer fotos e imprimirlas sin necesidad de recurrir a terceros dispositivos. Es todo en uno. Hacemos la foto, se puede almacenar en su memoria interna o en una tarjeta micro SD, y después de ver en su pantalla LCD de 3 pulgadas que todo está correcto tiramos de su palanca superior derecha y comenzará a imprimirse nuestra instantánea. Cada cartucho de película de impresión viene preparado para revelar 10 fotografías. Fácil, sencillo y en tan solo unos segundos.
Se trata de un dispositivo muy amigable, no hay errores, todo es práctico y sin complicaciones. La Instax mini Evo es una cámara y una reveladora e impresora de fotos, pero no se queda ahí. Mediante su aplicación podemos disparar en remoto desde nuestro teléfono móvil, pasar las fotos a nuestro smartphone e incluso emprender el camino de vuelta. Es decir, las fotos que hemos hecho en nuestro teléfono podemos enviarlas a la cámara e imprimirlas desde allí. Caminos en todas las direcciones.
Podemos hacer todo tipo de fotografías, incluso cuenta con un modo macro para destacar detalles de aquello que queramos retratar. Jugar con sus diferentes filtros y posibilidades es eso, todo un juego. Podemos hacer fotos y hacerlas únicas sin tener que utilizar programas de edición. El precio de la cámara es de 195 euros y los cartuchos se pueden adquirir en sets de 2 paquetes de 10 fotos por unos 15 euros aproximadamente.
Con la Instax mini Evo tenemos la esencia de la creación fotográfica, podemos capturar el momento, detener para siempre un instante y además hacerlo eterno imprimiendo esa imagen. Es la mejor forma de volver a revivir ese segundo sin tener que buscarlo entre las miles de fotos que hacemos, guardamos y no volvemos a ver.
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