La fotografía nació en el primer tercio del siglo XIX, vivió un desarrollo exponencial durante todo el siglo XX y casi 200 años después de su invención, en pleno siglo XXI, la fotografía móvil lo cambió todo. Hacemos fotos casi todos los días de nuestra vida, artísticas, de aquello que comemos o hasta para recordar cosas sin tener que apuntarlas. Es más que probable que leyendas como Robert Capa, Henri Cartier-Bresson o Vivian Maier nunca llegaran a imaginar la presencia tan constante que tiene la fotografía en nuestras vidas.
Es cierto que el móvil se ha convertido en la cámara más utilizada pero no por ello la fotografía tradicional ha desaparecido. De hecho vive uno de sus mejores momentos. Marcas clásicas como Leica así lo atestiguan. Los resultados obtenidos a través de la lente es la meta de cualquier fotógrafo, pero la herramienta, el aparato que utilizamos para conseguir ese instante también es muy importante. Y si hablamos de cuerpos de cámara con nombre propio Leica se encuentra en el podio de la Historia.
La Leica Q2 007 es la apuesta de la marca alemana para unir su nombre al de otra leyenda llamada Bond, James Bond. Se trata de una cámara fotográfica de edición limitada que saldrá a la venta con el estreno de la nueva película de la saga, No time to die, la número 25. El agente secreto al servicio de su Majestad contará con una herramienta para la captación de imágenes realmente única. Tan solo saldrán a la venta 250 unidades. Portará un cuerpo de elegante color negro con cuero teñido en verde inglés. Su sensor será capaz de capturar imágenes con una resolución de 47,3 megapíxeles y podrá grabar vídeo en 4K.
El cuerpo lleva serigrafiado el mítico logo del agente con licencia para matar. La Leica Q2 007 edición limitada vendrá, como no podía ser de otra forma, dentro de un maletín digno de cualquiera de las aventuras del ínclito agente secreto. Por el momento no se ha filtrado mucha más información técnica acerca de las bondades de esta preciosidad.
Sabemos dos cosas, Q estaría orgulloso de la creación y parece claro que las pocas unidades que se fabricarán y saldrán al mercado tendrán un precio que rondará los 7.000 euros. Los amantes de la fotografía y fieles seguidores de las aventuras de James Bond están de enhorabuena con la unión de dos de sus pasiones. Bien es cierto que será complicado hacerse con una de estas joyas de precisión pero al menos la espera de la nueva película se hará más amena. Pocas cosas tan asociadas al lujo y el poder como los entornos en los que normalmente desarrolla su actividad el personaje de Ian Fleming. Si James Bond decidiera crear un álbum con los malvados que captura nunca olvidaría la cámara que lleva su nombre. Además de soltar, con socarronería, un: sonría por favor.
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