Siri, Alexa, Google… Los asistentes virtuales nos rodean cada día. Cada vez es más frecuente encontrarlos en nuestras casas, y cada vez suman más funciones para hacer tareas y solucionar pequeños problemas. Responden preguntas, nos ponen música, nos sirven para jugar o para controlar hogares que cada vez son más inteligentes. Las posibilidades no hacen más que crecer con cada nueva generación. Las nuevas funciones llegan con naturalidad y es muy sencillo adaptarse a ellas.
Algunos de estos asistentes virtuales han comenzado a contar con una pequeña pantalla capaz de ofrecernos más información. Para llegar más lejos de lo que los comandos de voz son capaces de hacer. Hemos podido probar uno de estos ayudantes con pantalla incorporada, la segunda generación del asistente de Google, el Nest Hub.
El Nest Hub es un pequeño centro multimedia en toda regla. En su interior se encuentra toda la potencia de Google, todo al alcance de nuestra voz. La gran diferencia es su pantalla. Una pantalla que nos hace girar la cabeza y dirigir la mirada hacia él para disfrutar de lo que puede ofrecernos. Podemos pedirle lo que queramos mediante nuestra voz y el Nest Hub se encargará de respondernos de la manera más adecuada.
Podemos configurar Netflix para ver películas, series o podemos ver vídeos de YouTube, la pantalla es la gran protagonista de este dispositivo. Todo sucede a través de ella. Podemos acceder a la información del tiempo, a nuestro calendario, eventos o recordatorios. Se sincroniza con la información que tengamos en nuestro móvil para tener acceso a todos nuestros datos de forma sencilla y funcional.
Esta segunda generación del Nest Hub nos trae un interesante sensor de sueño. Si lo dejamos en nuestra mesilla de noche, a través del movimiento y el sonido es capaz de analizar cómo hemos dormido y es tan sencillo como preguntárselo a la mañana siguiente. Podemos conocer nuestra frecuencia respiratoria, tos o ronquidos. Sincronizado con la aplicación Google Fit es fácil consultar nuestro datos y nos ayudará a mejorar u optimizar hábitos para que nuestro descanso sea más placentero.
No tiene cámara, posee un sensor de movimiento y un micrófono. Si en algún momento no queremos que nos escuche el micrófono se puede bloquear para preservar nuestra intimidad.
Si lo situamos en la cocina es muy práctico para ayudarnos a seguir recetas. No importa que tengamos las manos manchadas de harina mientras cocinamos, no es necesario tocar el Nest Hub. Con nuestra voz o con gestos podemos controlarlo sin necesidad de manchar nada gracias a su sensor de movimiento. Hemos echado en falta poder hacer búsquedas específicas directamente con un teclado virtual en el dispositivo. Las búsquedas con la voz suelen dar buen resultado, pero ir más allá no es tan sencillo. Aunque, este problema se solventa haciendo la búsqueda en nuestro móvil y con tan solo pulsar un botón el Nest Hub continuará con la reproducción en su pantalla.
¿Y mientras no lo usamos qué hace? Algo tan práctico como encadenar los recuerdos que tenemos almacenados en nuestra cuenta de Google Fotos. Siempre que necesitemos interactuar con él recibiremos una agradable respuesta visual. No se trata de un asistente con forma de altavoz inteligente, se trata de un asistente con forma de pantalla inteligente.
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