En la gama más alta hay pocos teléfonos que puedan plantarle cara al iPhone. Y mientras Samsung o Xiaomi tratan de hacerse un hueco hinchando la tabla de especificaciones con cámaras de 100 megapíxeles (MP) o decenas de gigabites de memoria RAM. El enfoque de Google y sus nuevos modelos es totalmente diferente, apostando por la inteligencia artificial (IA) para perfilar la experiencia que reciben los usuarios. Y es aquí donde hablamos del Pixel 8 Pro de Google.
Desde 2017 hasta aquí, los Pixel, como se llama la familia de gadgets de la marca americana, han presumido de tener una experiencia muy fluida. Además de una cámara realmente buena (sí, a la altura del iPhone) y muchas funciones inteligentes para el día a día, como el reconocimiento de música automático.
Hay que tener en cuenta que además Android, el sistema operativo para móviles de Google y el que usan todos los fabricantes excepto Apple, se diseña mano a mano a los Pixel. Es una combinación perfecta que, junto a un diseño característico y mucha simplicidad, ofrece la experiencia más cercana a un iPhone que existe más allá de las manzanas.
He estado estos últimos días probando el nuevo Pixel 8 Pro, la octava generación de los teléfonos de Google que llega con nuevas funciones de cámara, mejores pantallas, más potencia y alguna que otra función curiosa más. Esta ha sido mi experiencia.
Aunque Google es conocida por el famoso buscador, la realidad es que su nuevo negocio gira en torno a aplicar la IA al día a día. Esto es además el punto fuerte de sus dispositivos como los altavoces inteligentes con el Asistente de Google y más recientemente, los teléfonos Pixel.
El Pixel 8 Pro es un terminal que sobre la hoja de especificaciones no tiene nada diferencial o superior a otros teléfonos del mercado. Pero que al probarlo deja claras sus intenciones de mezclar su potencia con la IA para superar a sus rivales más directos.
En su corazón tiene un procesador creado por Google específicamente para este teléfono y capaz de mover todos los algoritmos y procesos. El Tensor G3, nombre que recibe el chip, es potente en las tareas cotidianas y apenas se calienta a diferencia de las gamas más altas de otros fabricantes.
En términos de batería el Pixel 8 Pro ha cumplido con mis expectativas. De hecho llega sin problemas al final del día aun haciendo fotos, usando Google Maps o escuchando música.
El Tensor G3 habilita funciones inteligentes como la traducción en tiempo real a través de la cámara, muy útiles para menús en restaurantes o para señales en grandes ciudades. También el Asistente de Google que es capaz de mostrar en la pantalla de bloqueo información relevante que necesitas. Es el caso de próximas citas del calendario, el horario del tren que coges normalmente o alertas de tráfico.
La filosofía del iPhone siempre ha sido capturar recuerdos de la forma más realista posible. La de Google, que tengas en tu galería la foto que siempre deseaste. Parece lo mismo, pero en realidad no lo es.
Mientras Apple hace esfuerzos por capturar el máximo realismo, el Pixel utiliza el procesado de las imágenes y la IA. Todo para que puedas no solo disparar la foto que querías si no también editarla para que quede exactamente como pensabas.
El nuevo Pixel 8 Pro tiene un sistema de tres cámaras. Incluye un sensor gran angular de 50MP, un ultra-gran angular de 125º de amplitud y un teleobjetivo para hacer zoom de 5 aumentos sin perder detalle (este último me ha sorprendido, funciona realmente bien).
Todos los nuevos sensores son más grandes y luminosos respecto al Pixel 7 Pro, y eso se traduce generalmente en mejores fotos. Cuando disparas, un conglomerado de algoritmos con IA se encarga de procesar las fotos y vídeos para mejorar el resultado. La pega es que la captura no está disponible de inmediato en la galería y hay que esperar unos segundos.
Os dejo unas cuantas fotos de ejemplo en esta galería, tomadas con los diferentes modos del Pixel 8 Pro.
Ojo porque Google sigue al iPhone muy de carca, y es el único capaz de plantearle cara.
Una vez la foto o el vídeo aparece en la galería, no son pocas las opciones para editarlos y mejorarlos. Son lo que Google llama “Funciones mágicas”. Yo tengo tres favoritas.
La más chula es Mejor Versión. Cuando hace una foto de grupo siempre hay alguien que sale mal o con los ojos cerrados. Entonces Google mezcla todas las capturas similares para que puedas elegir qué cara quieres que tenga cada persona y que todos salgan bien. Las caras graciosas de mis amigos nunca fueron así en esa foto, solo activé la función y elegí qué cara quería que tuviese cada uno.
Después están Borrador mágico de audio que básicamente elimina todo el ruido o sonidos que no quieres que salgan en un vídeo. He sido exigente probándolo con una persona hablando y un montón de música de fondo. El Pixel consigue quitar la música y dejar solo la voz de la persona, es bestial.
Y la tercera y última, el Editor Mágico que borra a la gente que se te cuela de fondo y te permite mover objetos o personas en una imagen. Digno de probar.
Como os contaba en mi primer vistazo al Pixel 8 Pro la semana pasada, en tecnología es difícil sorprenderse. Especialmente cuando los fabricantes diseñan sus nuevos teléfonos siguiendo las tendencias del mercado, que cada cierto tiempo suele ir marcando Apple con los iPhone.
Google es ajeno a esto y ha dejado evolucionar un aspecto atractivo y controvertido a partes iguales: o lo amas o lo odias. Yo soy más del primer equipo, me parece diferente, y eso siempre es atractivo.
Como veis en las imágenes el terminal cuenta con un acabado de aluminio pulido y cristal mate. El primero para los contornos y una gran franja en la parte trasera que alberga las cámaras. El segundo da vida al color Porcelana que es sin duda mi favorito de esta generación.
En la mano se siente desde el primer segundo el esfuerzo en diseño industrial que Google ha hecho. Es un teléfono que sienta bien a la mano, no da sensación de fragilidad y es cómodo de utilizar.
En la parte frontal, una gran pantalla de 6,7 pulgadas alardea de dos cuestiones. La primera, estética, que es que es totalmente plana y simétrica en todos sus bordes. Mientras, otros fabricantes suelen dejar una barbilla inferior bastante más ancha.
La segunda, que es más nítida, brillante y fluida que la de la anterior generación – se ve realmente bien y el táctil es una delicia, pues refresca la imagen 120 veces cada minuto (120Hz). En la parte superior un pequeño agujero alberga la cámara frontal que Google utiliza además como reconocimiento facial, y bajo ella está el sensor de huellas dactilares.
El iPhone es un teléfono difícil de superar y contra el que los fabricantes no paran de rivalizar. Es inevitable compararlo con el nuevo Pixel 8 Pro por un motivo evidente. Y es que ambos juegan a ofrecer la mejor experiencia sin hinchar innecesariamente la hoja de especificaciones. Y ambos lo consiguen, cada uno a su modo.
El Pixel 8 Pro es un teléfono bonito, potente, con una cámara espectacular y repleto de funciones inteligentes que en conjunto superan sin duda a cualquier otro Android del mercado. Y sin duda un digno rival del nuevo iPhone 15 Pro. ¿Y si mañana no existiese el iPhone? Bueno, entonces el móvil que me compraría sería este sin ninguna duda.
¿Cuánto cuesta? Se vende en España desde 1.099€. Junto a él llega el reloj inteligente de Google, el Pixel Watch 2, y los auriculares inalámbricos Pixel Buds Pro, al más puro estilo AirPods.
Como veis, todo un ecosistema para los que prefieran elegir lo mejor de Android. De ellos os hablaré más pronto que tarde en The Luxonomist.
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