Así es el Algonquin, el hotel de los intelectuales neoyorquinos
El hotel Algoquin, en el corazón de New York, vio como William Faulkner escribía en 1950 su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura.
My Fair Lady se rodó en sus elegantes salones victorianos, a un paso de la Quinta Avenida y la Avenida de las Américas, el huesecillo más aburguesado de la Gran Manzana. Inaugurado en 1902, el hotel Algonquin -en recuerdo de los indios algonquinos que poblaban Manhattan- ha concitado desde sus inicios la atención del Gotha cinematográfico y literario de la ciudad. Orson Welles, Sinclair Lewis, William Faulkner, Douglas Fairbanks y otros relevantes personajes de la escena buscaron refugio en sus habitaciones.
Durante varias décadas, novelistas y sus críticos como Dorothy Parker, Harpo Marx, Robert Sherwood y un joven Lawrence Olivier pudieron despacharse a gusto en las tertulias. Se organizaban en torno a su Oak Room (salón de roble), conocidas como la Tabla Redonda, en homenaje a la mitología artúrica. A este poderoso reclamo publicitario hay que unirle un dato más: el número cero de la revista Vanity Fair se diseño en una de las lujosas suites del hotel.
El tiempo pasa en el hotel Algonquin
El tiempo no pasa gratuitamente por nadie, ni tampoco por las instalaciones del viejo edificio. Confieso que después de muchas visitas al cabo de los años. Me prometí no volver a sentarme en la mesa de Gertrude Stein ante el temor de que se cayera desvencijada a mis pies. Nadie se ocupaba ya de su mantenimiento. Ni el concerniente a las viejas glorias, ni siquiera al sustento arquitectónico del lugar.
En 2012, la propiedad echó el cerrojo durante cinco meses y se propuso acometer una reforma concienzuda en varias fases. La primera ha concluido con un sucinto maquillaje de las zonas nobles. Otra más profunda le espera en años venideros. Este año he regresado para degustar su nueva cocina. Y, si bien no da para escribir un tratado gastronómico, la atmósfera te retrotrae a la época más inspirada de la literatura neoyorquina.