A lo largo de la historia, Europa ha trazado un enorme patrimonio sanador y curativo a través de sus aguas termales. Se cree que los griegos fueron los primeros en darle un sentido práctico y social a tratarse con aguas que brotaban del subsuelo a una temperatura superior a la normal. Pero existe debate y referencias a que el termalismo nació mucho antes. Sea como fuere, generaciones y pueblos posteriores han encontrado siempre en los baños, las termas o las caldas un sinónimo de salud, paz y bienestar.
Algo que en un peculiar paraje asturiano vienen disfrutando desde el XVIII e incluso antes. Se trata de la villa de Las Caldas. Allí, las aguas termales ricas en carbonatos y oligoelementos que brotaban a unos 40 grados fomentaron la construcción de su balneario en 1772. Ventura Rodríguez diseñó el proyecto, que construyó el arquitecto Manuel Reguera al estilo de los grandes balnearios europeos de la época.
Una esencia que aún se puede apreciar cuando se accede al entorno del balneario desde la carretera que lo comunica con el centro de Oviedo en apenas diez minutos. Imágenes que te trasladan a una época bien distinta, pero en la que muy probablemente viajeros y clientes accedían a las instalaciones con los mismos propósitos. Encontrar paz, bienestar, calma, sosiego y recuperarse de múltiples dolencias.
Convertido en Las Caldas Villa Termal y de la mano de la cadena hotelera balear Blau Hotels, el proyecto ha crecido con una oferta de calidad, sin olvidar sus orígenes termales. Aquellos que se acercan a sus instalaciones en busca del poder sanador del agua disponen ahora de 40.000 metros cuadrados de salud y bienestar con dos hoteles donde alojarse.
Por un lado el Gran Hotel Las Caldas, un renovado cinco estrellas repleto del atractivo centenario del balneario original. Y por otro el Hotel Las Caldas, un cuatro estrellas que abrió sus puertas en 2011 y se diferencia de su colindante por ofrecer un ambiente más moderno y funcional.
Ambos comparten el resto de espacios con la armonía propia del entorno asturiano donde se ubican. Primero, con sus centros termales. Entre ellos destaca El Manantial, un espacio que acoge la esencia del balneario original con aguas minero-medicinales y un circuito completo con piscinas, saunas y duchas. Está integrado en lo que ahora se denomina Balneario Real, que ofrece unas instalaciones modernas integradas en el clásico edificio de la mítica Casa de Baños.
En su interior se ubica la exclusiva Sala de columnas, un lugar privado que, bajo reserva, nos adentra en los espacios que pertenecían a la antigua capilla del balneario. Allí se ubica un circuito termal privado en torno a una espectacular piscina de flotación. Con una densidad óptima, la sensación de flotar en un espacio singular se une a las aguas termales y aumenta la experiencia sanadora y exclusiva.
Junto al Hotel Las Caldas está el Aquaxana. Un innovador espacio termal donde se integran agua, naturaleza, deporte y bienestar. Con su cúpula inspirada en el Panteón de Agripa, la piscina activa se convierte en el área más dinámica de todo el balneario.
Chorros y cascadas se funden con una piscina ecotermal al aire libre, climatizada durante todo el año y con múltiples espacios para disfrutar del poder sanador del agua.
Las Caldas Villa Termal, además, posee su propio espacio Wellness. Equipado con 25 cabinas ofrece todo tipo de tratamientos de salud y belleza. Todos ellos utilizan cosmética ecológica y natural, con el agua como principal protagonista.
Tratamientos personalizados, bioenergéticos, bañeras con agua mineromedicinal o duchas vichy se unen al Indiba, los masajes faciales y corporales, las envolturas, los fangos, aceites esenciales y la cosmética 100 % ecológica. Incluso disponen de acupuntura en un entorno sereno, privado y equilibrado.
Y como la salud está unida al deporte y a la alimentación, Blau Hotels ha puesto especial interés en impulsar ambos aspectos. Su centro deportivo reúne todo lo necesario para mantenerse activo y recuperarse en su área cardiovascular, de musculación o flexibilidad siempre bajo la supervisión del equipo de profesionales de Las Caldas Clinic.
Los amantes del ciclismo disponen además de un entorno repleto de rutas, con alquiler y mantenimiento de bicicletas en el propio recinto. Y si lo tuyo es el golf, a pocos minutos dispones de las instalaciones del campo de golf municipal de Las Caldas. Si eres más de pasear, el entorno es perfecto para recorrerlo a pie.
Sorprende para bien y desde el principio el nivel gastronómico de Las Caldas Villa Termal. Desayunar con una completa oferta saludable en el Salón de los Espejos te traslada a otra época y te permite comenzar el día con el ritmo pausado con el que uno debe acudir al balneario.
Además, con la riqueza de la huerta y el campo asturiano se crea una cuidada cocina gourmet, tradicional pero renovada, que se ofrece en sus dos restaurantes: Viator y Scanda. De su propio huerto ecológico, situado en un rincón de sus 8.000 metros cuadrados de jardines, salen una gran mayoría de los productos con los que se crea cada plato. Desde los entrantes a los postres, pasando por una completa bodega, se nota la mano artesana propia de la cocina asturiana.
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