Buscando la definición de ‘cibergastro’
La cibergastro es la nueva comunicación gastronómica a través de Internet. Ha democratizado la cocina, nos ha acercado a nuestra cultura culinaria y ha recuperado el interés por la alimentación de forma global.
La semana pasada tuvo lugar en Murcia el ciclo Cocina y Arte Culinario, organizado por la Fundación Caja Murcia. Tuve el honor de ser invitada como ponente para la inauguración del mismo. La periodista Belén Pardo, organizadora y coordinadora del ciclo, fue la encargada de la presentación y consiguió emocionarme con sus palabras. Mi charla llevaba como título La Cibergastro.
Un apasionante tema si además tenemos en cuenta que ni siquiera en Google hay referencias a ello. Creo sin embargo que la cibergastro es la comunicación sobre temas culinarios a través de Internet. Pero dado que apenas hay definiciones al respecto, quise hacer un repaso a los orígenes de la comunicación gastronómica.
De esta manera nos remontamos al París postrevolucionario del siglo XIX. En aquella época la nueva burguesía napoleónica competía por imitar las costumbres imperiales y recibir con su mismo estilo. Sin embargo, desconocían el protocolo y el arte del buen anfitrión. Grimod de la Reyniére era de profesión crítico teatral, pertenecía a la nobleza más próxima al rey guillotinado y tenía una estupenda formación protocolaria y gastronómica. Además de un gran talento y olfato periodístico. Esto fue lo que le impulsó, viendo la demanda y poca oferta sobre cuestiones de protocolo y gastronomía, a publicar textos sobre estos asuntos, alimentos estacionales, el arte de recibir, etc.
De forma simultánea, una serie de cocineros de palacios y casas señoriales que por razones obvias se habían quedado sin trabajo, decidieron montar sus propios restaurantes. Grimod amplió entonces sus escritos con crónicas sobre los mejores restaurantes de París y publicó unos almanaques que serían el origen de nuestras guías gastronómicas.
A España, la comunicación culinaria no llegaría hasta 1976 con la publicación de la revista Club de Gourmets. Hasta entonces la cultura gastronómica no estaba muy desarrollada en nuestro país. Club de Gourmets organizó aquel año la I Mesa Redonda de Gastronomía a la que fueron invitados, entre otros, Subijana y Arzaky como invitado especial, Bocuse, fundador de la nouvelle cuisine francesa. Paul Bocuse invitó después a Arzak y Subijana a su restaurante de Lyon para hacerles partícipes de las nuevas técnicas, puntos de cocción, alimentos de temporada y todo lo que rodeaba a la nueva tendencia gastronómica francesa y que había llevado a Francia a lo más alto del sector.
A su regreso, Arzak y Subijana declararon el nacimiento de la nueva cocina vasca y organizaron un grupo de cocineros para, entre todos, visitar otros lugares de España y hacer partícipes a sus colegas de las nuevas técnicas aprendidas. Entre este grupo de cocineros se encontraba un joven Arguiñano.
Aquel movimiento se hizo eco entre los periodistas gastronómicos más afamados: Ansón, Gonzalo Sol, Víctor de la Serna o García Santos entre otros. Y con su divulgación, la nueva cocina vasca fue poco a poco seguida por el resto de cocineros españoles que comenzaron a recuperar recetas de toda la vida para adaptarlas a las nuevas técnicas de cocina y modernizarlas.
En los años noventa hubo otra gran revolución. Karlos Arguiñano se hace dueño y señor de la televisióny se convierte en el cocinero más mediático de todos los tiempos. De forma clara y divertida nos explicaba sus recetas, sus chistes y su famoso «Rico Rico», le elevaron a lo más alto. Años después, el propio Jose María Arzak diría que «Arguiñano enseñó a cocinar a toda España».
Si a finales del siglo XX la comunicación culinaria se hacía a través de libros, prensa escrita, radio y televisión, a principios del siglo XXI aparecen las primeras ediciones digitales sobre gastronomía. Aquí el pionero fue Rafael García Santos con su blog Lo mejor de la Gastronomía.De forma paralela, los cocineros más conocidos comenzaron también a compartir recetas y consejos a través de sus blogs, los primeros gastroblogs ya eran una realidad. Y poco a poco la participación del lector fue en aumento.
En la última década, Internet ha entrado en nuestros hogares y las búsquedas en las redes son ahora algo habitual. Convivimos con toda normalidad con Internet y las tabletas en la cocina ya no son de chocolate. Consultamos recetas, dietética, nutrición, protocolo y el fascinante mundo de la gastronomía es ahora seguido con interés por una gran mayoría de la población.
Si bien el exceso de información puede liarnos un poco, basta aplicar técnicas de sentido común para no dejarnos avasallar ni, por supuesto, perdamos el tiempo. En este sentido, recomiendo seguir blogs o perfiles favoritos, pero no más de seis, comparar tres o cuatro recetas y elegir aquella que mejor se adapte a nuestro nivel de dificultad o al tiempo del que dispongamos. También recomiendo seguir perfiles de viajantes ya que con ellos también descubriremos lugares increíbles y sus recomendaciones gastronómicas. En caso de duda a la hora de acudir a un restaurante, los comentarios son quienes mandan.
La cibergastro es la nueva comunicación gastronómica a través de Internet. Ha democratizado la cocina, nos ha acercado a nuestra cultura culinaria y ha recuperado el interés por la alimentación de forma global.