Cementerios con encanto

La mejor forma de conocer a los vivos es ver cómo tratan a sus muertos.

César Justel. 28/10/2015

Las fiestas de Todos los Santos (1 de noviembre) y Difuntos (2 de noviembre) han sido de siempre fechas para recordar a los que se fueron. Hay lugares para ello grandiosos como el Monjuic barcelonés con obras de escultores famosos o el sevillano de San Fernando con mausoleos de conocidos toreros. Pero son los pequeños cementerios los que tienen más encanto. Ya quisieran algunos vivos tener un sitio para residir como el de algunos difuntos. Situados en lugares privilegidos, desde patios de castillos abandonados a parajes tenidos como mágicos y con maravillosas vistas. Muchos suelen estar más altos que la propia población. Estos son algunos «cinco estrellas».

Cementerio de Goiriz (Lugo)
Cementerio de Goiriz (Lugo)

Cementerios con encanto en la costa cantábrica

1. LUARCA (Asturias). Seguramente el que tiene un lugar más privilegiado es el de Luarca en la costa asturiana. La belleza del lugar hace que no se relacione con la idea que se suele tener de la muerte. Es una mezcla de paseo romántico y observatorio costero donde las visitantes más asiduas son las gaviotas. El sabor marino de la sal se une al olor de los cercanos pinares, mientras abajo golpea incansable el oleaje contra los acantilados.

2. GOIRIZ (Lugo). En la provincia de Lugo -cercanías de Villalba- se sitúan algunos de los más interesantes de toda Galicia. Son los llamados cementerios barrocos, una auténtica artesanía en granito. Desde lejos, pináculos y cruces anuncian los camposantos. En su interior, figuras de piedra -santos o vírgenes- situados bajo pequeños arcos con aspecto de deidades paganas. Destaca sobre todo el de Goiriz.

Cementerio de Cuacos (Cáceres)
Cementerio de Cuacos (Cáceres)

Camposantos llamativos… de interior

3. CUACOS (Cáceres). Entre el pueblo de Cuacos y el monasterio de Yuste se encuentra un sorprendente cementerio alemán. A la entrada, una placa señala el origen de los que allí descansan: «26 soldados de la primera guerra mundial y 154 de la segunda. Pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y navíos de la armada hundidos». Cada tumba muestra el nombre del soldado, fecha de su muerte y graduación. El motivo de haberse elegido este lugar es que en Yuste pasó sus últimos días el emperador Carlos I de España y V de Alemania.

4. A GUDIÑA (Orense). En pequeños cementerios rurales gallegos se pueden contemplar todavía -medio borradas por el tiempo- frases, refranes o citas bíblicas con lo que los vivos expresaban su pesar por el familiar ido. Ejemplo puede ser el de A Gudiña (Orense) en cuyas lápidas se leen despedidas como: «Tu amante esposo, por ti ruega noche y día». Algunas tumbas son del siglo XIX pero se les siguen colocando flores el Día de Difuntos.

Cementerio de Benadalid (Málaga)
Cementerio de Benadalid (Málaga)

Dos cementerios con encanto en Málaga

5. MÁLAGA. Conocido como el ‘Cementerio inglés’ porque lo creó en 1830 el entonces cónsul británico William Mark (hoy reposa también en él). Era jardín botánico y se trajeron para adornarlo geranios de Gibraltar y árboles exóticos (hay 50 especies diferentes). Fue, asimismo, el primer vivero de Málaga donde se vendían todo tipo de plantas.

6. BENADALID (Málaga). Muchos de los castillos abandonados se utilizaron durante un tiempo como camposantos. En la región andaluza hay ejemplos, en su mayor parte clausurados, pero quedan algunos como el de Benadalid de origen árabe, el cual muestra su patio de armas, lleno a rebosar de blancas lápidas y cruces.

Tumbas de Noia y cementerio de
Tumbas de Noia (Pontevedra) y cementerio de Echalar (Navarra)

En mitcemenad de la naturaleza

7. NOIA (Pontevedra). La iglesia de Santa María de Noia es monumento histórico artístico y está en medio de un curioso cementerio que, se dice, fue hecho con tierra traída de Palestina. El primitivo era medieval y de él provienen lápidas gremiales donde, en vez de nombres, están los instrumentos del oficio de los allí enterrados: tijeras para el sastre, hacha para el que fue leñador o sandalia que señala al zapatero… y que ahora ha sido convertido en museo con más de 200 lápidas colocadas en el interior de la iglesia.

8. ECHALAR (Navarra). En medio de un valle rodeado de montañas se encuentra esta pequeña localidad navarra y su iglesia rodeada de un romántico jardín y un cementerio con estelas funerarias vascas discoidales, algunas del siglo XVI. Son pequeños monumentos en piedra formados por un disco la mayor parte con motivos de la mitología vasca- que se colocaba sobre la tumba para recordar al difunto. Suele aparecer algún dibujo: animal, sol o cruces.

Cementerio de Ibiza
Cementerio de San Lorenzo (Ibiza)

9. SAN LORENZO (Ibiza). Es un pueblo de la Ibiza profunda lejos del turismo de playa. La iglesia se alza solitaria, sin casi núcleo urbano, con paredes encaladas y porche, que sigue sirviendo de punto de reunión. Su camposanto, pequeño y recoleto con todas sus sepulturas adornadas con flores: sencillas margaritas del campo, bungavillas, crisantemos, lirios…

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