Donde el Ebro huele a vino
En el Centro Temático del Vino Villa-Lucia de Laguardia se ha celebrado el X Aniversario del Vino de la Rioja Alavesa con entrega de galardones.
En la Rioja Alavesa todo está relacionado con el vino. Acercarse a este mundo no es sólo visitar bodegas, hay que hablar con los bodegueros, probar la gastronomía local, recorrer los viñedos… o sea, vivir el vino. Son más de 140 establecimientos adheridos con el objetivo común de dar a conocer al viajero paisajes y sensaciones diferentes.
Es una pequeña comarca de apenas trescientos kilómetros cuadrados entre el río Ebro y la Sierra de Cantabria, con un mar de viñas, villas medievales, casas solariegas y numerosas bodegas que sirven de hilo conductor.
Laguardia, su capital -con apenas 1.500 habitantes-, tiene el subsuelo lleno de bodegas y muchas más por los alrededores. Ya a los antiguos este protegido valle les pareció bueno para levantar poblados como La Hoya (primer milenio antes de Cristo) o construir monumentos funerarios como los numerosos dólmenes, entre los que destaca la llamada ‘Chabola de la Hechicera’. Cuando gobernaban por aquí -en el siglo XII- los reyes navarros, el pueblo se llamaba La Guardia de Navarra. Vigilaban al enemigo.
Ahora ya no hace falta pero aún hoy, si uno se queda mirando por la noche desde la muralla, parece que las luces de los pueblos de alrededor son antorchas que se acercan. De esta amurallada villa era Samaniego, el escritor de fábulas de nuestros tiempos de niños. Es famosa, además de por sus monumentos, por una especial gastronomía, y por supuesto, sus vinos. Laguardia muestra orgullosa su iglesia de Santa María, con impresionante pórtico, y la de San Juan, así como palacios y casonas blasonadas.
El suelo arcillo-calcáreo es el que hace posible la mejor calidad de sus vinos. El 95% del viñedo de Rioja Alavesa se apoya en ellos. El otro factor de calidad viene dado por el clima y la altitud. La denominación de origen calificada Rioja, permite siete variedades para elaborar sus vinos.
Tintos: Tempranillo, Garnacha, Graciano, y Mazuelo. Blancos: Viura, Malvasía y Garnacha Blanca. El buen tinto es de Tempranillo, el buen rosado de Garnacha y el buen blanco de Viura. La Tempranillo y la Graciano son autóctonas de Rioja, y el resto del área mediterránea. El vino tinto de Rioja Alavesa se apoya casi en un 75% en la Tempranillo. Y es que no sólo de pan vive el hombre.