Dormir en una suite ¡en el circo!
Celebramos en los hoteles la búsqueda de una identidad propia, captar la atención del viajero e ir más allá de lo habitual: sorprender, convencer y emocionar.
La familia Raluy, promotora desde 1911 del circo que lleva su nombre y que ha extendido por cuatro continentes la calidez del espectáculo circense en su versión más clásica (butacas de terciopelo, saltimbanquis, acróbatas, payasos y la preceptiva carpa), ha adosado a su caravana… ¡un carromato-hotel!
Conscientes de que the show must go on y más en estos tiempos de incertidumbre por la explosión lúdica de lo virtual, los integrantes del Circo Raluy han adaptado un carromato de 1939 acompañante de su circo como una suite de hotel.
Si la condición principal de un circo es provocar emociones, nada más experiencial que un abono completo a la función circense con sus noches a la luz de las estrellas, los ensayos de la tropa, la recepción del público y, por supuesto, un sitio privilegiado durante el espectáculo. ¿Qué mejor idea para un circo que hacerse acompañar por su público y, de paso, incrementar sus ingresos sin recurrir al subsidio legal de la propiedad intelectual, como otros colectivos aprovechados?
El carromato suite dispone de cama doble, una alcoba con dos literas, un salón de estar con televisión y minibar, baño completo, calefacción y aire acondicionado. Mantienen su estructura de madera, la chimenea y unas lámparas de aceite de la época decorativas. ¿El precio? 200 euros la noche. El Circo Raluy fue Premio Nacional de Circo en 1997, concedido por el Gobierno, y Creu de Sant Jordi en 2006, concedida por la Generalitat.