Umberto Eco decía en uno de sus libros: “El péndulo de Foucault está quieto y la tierra gira a sus pies dondequiera que esté instalado. Todo punto del universo es un punto quieto, basta con colgarle el péndulo”.
Sentí que me habían colgado un péndulo y por unos días, el Universo se había parado a mis pies. Pude escucharme así… «No se elude un infinito, huyendo hacia otro infinito. No se elude la revelación de lo idéntico eludiéndose con la posibilidad de encontrarse con lo distinto”.
Así arranca un viaje muy especial a “La Bobadilla” un hotel en plena sierra granadina, un tesoro bajo las estrellas para relajarse y conectar con el entorno. Conectar con el entorno, o conmigo misma, fue el motivo que me llevó hasta ese enclave consciente de que no hay muchos lugares donde te sientas como en casa.
El ahora hotel La Bobadilla, Royal Hideaway Hotel 5 * GL, fue en sus inicios allá por 1985 un cortijo en toda regla. Y el sueño de dos amigos: Rolf Egli, médico suizo, y Rudolf Staab, abogado alemán. Ambos viajaron por toda Andalucía en busca de un lugar para volver al campo, hasta que un día llegaron a la finca y se enamoraron.
En aquella finca había solo un cortijo rodeado de bosques pero enseguida tuvieron la certeza de que allí podían enmarcar el paisaje que soñaban. Ese sueño era construir un restaurante de lujo en mitad de la campiña.
Para ello contrataron al arquitecto granadino Jesús del Valle, que entendió perfectamente aquel sueño y quiso hacer el cortijo más elegante de toda Andalucía. Ubicado entre Granada y Málaga en medio de una impresionante finca rural de 350 hectáreas rodeada de bosques, olivos y viejas encinas, la casa está construida como los antiguos palacios andaluces, con su plaza y sus fuentes. Allí la paz y una belleza rústica y elegante a la vez, lo invaden todo.
Lo que en un principio iba a ser un restaurante de lujo se convirtió en un pequeño hotel de 35 habitaciones. Era 1986 y nacía el ‘Hotel La Bobadilla’ con su propia personalidad y Andalucía en cada poro. El sueño creció y después fueron sesenta habitaciones, luego diez más… hasta las 76 de hoy en día.
Hay personas, pero también lugares, que se graban a fuego en nuestros recuerdos, La Bobadilla es uno de ellos. Este lugar privilegiado es una invitación al Slow Travel, un auténtico refugio para el hedonismo que incita al Carpe Diem más auténtico, al art de vivre. Armonía, quietud, desconexión, vivir despacio… saborear cada pequeño instante.
Como no podía ser de otro modo, allí todo está encalado de blanco y el vestíbulo del hotel hace un guiño a la Mezquita de Córdoba cuyas columnas evocan su estilo. Algunas habitaciones tienen el nombre de personajes históricos como la Suite Boabdil o la de Federico García Lorca.
Aquí ningún detalle es fruto del azar. Atravesar sus patios, escuchar el agua de las fuentes, asomarte a los balcones de madera… Incluso dormir en habitaciones amplias y luminosas que no han perdido el espíritu con el que fueron diseñadas a finales de los 80. Todas distintas y únicas, con techos altos, cuidadosamente reformadas y con cómodos cuartos de baño donde se combinan maderas nobles, mármoles, mobiliario refinado, camas cómodas y sábanas de algodón.
Las paredes son de color crema, los suelos de baldosas rústicas y los emblemáticos tejados, de terracota. Todo hace de este hermoso hotel un alojamiento con personalidad, no solo por la singularidad de sus instalaciones sino también por el trato exquisito a sus huéspedes.
La Bobadilla ofrece diferentes propuestas gastronómicas siempre con la esencia de la gastronomía andaluza: cocina de proximidad y agricultura sostenible.
Por un lado tiene el restaurante La Finca, de alta cocina, calificado con cinco tenedores en la Guía Michelin y considerado uno de los mejores restaurantes Andalucía. Por otro lado El Cortijo, que apuesta por platos locales y tradicionales; y por último El Mirador, con vistas sobre la piscina, donde disfrutar de un buen maridaje.
Los ideólogos del proyecto del Restaurante La Finca son el chef Pablo González-Conejero y su mano derecha, Adrián Costa, ambos murcianos.
Pablo ha sido reconocido con 3 Soles Repsol en su también emblemático ‘Restaurante Cabaña Buenavista’, en Murcia; y Adrián se formó en El Bohío (2 Soles Guía Repsol) y en las casas de Quique Dacosta y Paco Pérez.
Ahora, en La Bobadilla, sorprende a los comensales con un menú degustación llamado Entre dos Tierras haciendo referencia a la ubicación del hotel, entre las provincias Granada y Málaga. Y es que en las fronteras uno trabaja de forma distinta porque puede desplazarse y traspasarlas. Pablo las hace aparecer y desaparecer con una puesta en escena sorprendente convencido de que aquí, una frontera fija no era posible.
En tres actos, Pablo y su equipo sorprenden al comensal con aperitivos como remojón granadino, boquerones del rincón de la Victoria, moraga de sardinas de Motril, sardinas en espeto de El Palo, Olla de San Antón de Monacil y Berza malagueña de Estepona. Todo servido en la iglesia del pueblo, una pequeña capilla con un órgano de 1.595 tubos hecho por artesanos vascos, donde se celebran todo tipo de eventos.
El menú gastronómico sigue con mantequilla ahumada (oda al norte francés), paté de jabalí al vino de Oporto, caviar de Riofrío, una torrija de esturión, tartaleta de tuétana y butifarra de esturión, un caviar ecológico de altísima calidad muchas veces olvidado y que encontramos a pocos kilómetros de la finca; gazpachuelo de quisquillas, arroz de cordero sureño, cochinillo ibérico y manteca colorá.
No faltan tampoco los quesos artesanos de la Ruta Andalusí como el queso azul de Rota, de Grazalema, quesos curados con pimienta negra de Madagascar, con tomillo… Y todavía faltan los postres, donde destacan las lascas de chocolate criollo de Venezuela o de Madagascar cortadas a cincel.
Todo sin olvidar los productos de cercanía como el aceite de Villanueva del Trabuco de la familia de Germán García de 100 Caños, que elabora AOVE de la variedad hojiblanca; o el pan de masa madre de una familia de Antequera.
La cocina de Pablo la reflejan dos palabras: honradez y responsabilidad. Buscando reflejar la autenticidad y la honestidad de cada ingrediente. Su conquista embelesa nuestro paladar y nuestros sentidos con sabores, texturas, colores y una luz que brilla de manera especial. Generosidad e intuición para llegar a encontrar esos ingredientes que roban el corazón, mucho trabajo detrás y el buen hacer de chefs que creen en lo que hacen y se comprometen.
Cristina Domínguez, directora del hotel, habla en primera persona de la sensación que tuvo al llegar a La Bobadilla tratando de comprender aquel indefinible lugar en medio de la nada. Observando la aridez y belleza del lugar, su preocupación era transmitir los valores allí depositados desde los años 80.
Su éxito es hacer que el cliente encuentre aquello que realmente espera. Desde el otro lado, los recibe con amabilidad y una reverencia en la mirada que les hace sentir como en su casa.
Recuerdo de ella su conciliadora y absoluta disponibilidad, y esa mezcla de fragilidad y fortaleza que tienen solo quienes son fieles a sí mismos. Como directora ofrece su hospitalidad a los que forman parte del “mundo Bobadilla”. Todas esas familias que año tras año vuelven a hospedarse con miembros de las tres generaciones, lo cual lleva a pensar que este es un buen lugar para recluirse y detener el tiempo.
La Bobadilla es además un hotel ecológico y comprometido que garantiza un impacto mínimo en el medio ambiente. Por ejemplo, reutilizan huesos de aceituna como fuente de energía para la calefacción y el agua caliente; y lo poco que genera de ceniza se utiliza para el campo.
Por ello ha sido galardonado en la 4ª edición de los Premios ReThink Hotel por la reducción efectiva de emisiones de carbono a través del uso de productos ecológicos como biomasa, luces LED y máquina recuperadora de calor.
No obstante, esta no es la primera vez en la que el establecimiento es premiado por huéspedes y expertos. La Bobadilla Royal Hideaway Hotel (categoría superior de Barceló) fue reconocido por los World Travel Awards, los ‘Oscar’ del turismo, como el Mejor Hotel Boutique de España de 2019.
Además, ha sido reconocido en los premios anuales Travellers’ Choice de TripAdvisor entre los veinticinco mejores hoteles en la categorías de ‘Mejor hotel de lujo de España’ y ha sido considerado por The Times como uno de los mejores escondites de Andalucía de 2019.
La Bobadilla Royal Hideaway sin duda reúne todos los requisitos y exigencias de los visitantes más exquisitos. Dejarse llevar por el entorno, comer, dormir, brindar, observar, respirar… sentir el verdadero lujo en un lugar en el que el tiempo se alarga y se contrae… para ti.
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