Boeing puede presumir de resultados. Sus ganancias netas en el último año se han incrementado casi un 25 %. 10.460 millones de dólares de beneficios cimentados gracias al buen comportamiento de los pedidos y a un incremento de la facturación del 8 % superando con amplitud los cien mil millones de dólares. Pero más allá de las cantidades, que son para estar muy orgulloso, Boeing tiene sobre la mesa una estrategia marcada por un mercado que reclama cada vez más vuelos privados de alta clase.
Por mucho que se renueve, la Clase Business en las aerolíneas comerciales comienza a quedarse corta para ciertos clientes que quieren volar rápido, seguros, en cualquier momento, a cualquier destino y con las comodidades propias de un hotel de cinco estrellas. Un mercado que, si vemos las cifras y los comentarios de los gestores del fabricante estadounidense, no para de crecer en pedidos. La gama de aeronaves que integran la división Business Jets de Boeing alcanza ya cuatro modelos. Son aviones amplios, confortables y lujosos. Con tecnología punta y equipamiento propio de un exclusivo hotel.
El último en aparecer es el 777X del que esperan realizar su primera entrega en 2020, según ha confirmado el Presidente Ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenburg: «El programa 777X logró varios hitos clave el año pasado, ya que lanzamos el avión de prueba estática y avanzamos en la producción de los aviones para prueba en vuelo. Recientemente hemos completado la última combinación de cuerpos que integrarán el primer avión de prueba para vuelo. Esperamos comenzar a volar con él este año y realizar la primera entrega a lo largo del año que viene».
Desde Boeing se muestran realmente sorprendidos por el número de pedidos que han recibido en esta división de aviones privados. Además, los clientes han apostado claramente por el citado 777X, un avión que por sus características podría tener un mercado menor, pero que no es así. No es un jet al uso, ligero, pequeño y fácil de gestionar. Se trata, como cuenta el propio Dennis Muilenburg «del jet de negocios con mayor alcance de la historia, que puede conectar prácticamente dos ciudades del planeta. Y tenemos una base sólida de 340 pedidos y compromisos sólo para el 777X».
Una vez que el avión esté en el aire, probado y con luz verde para su ensamblaje, el Presidente Ejecutivo de Boeing cree que podrán entregar algo más de tres modelos del 777X por mes y elevar dicha tasa paulatinamente desde 2020. La demanda de este tipo de aviones seguirá aumentando, en gran medida por la necesidad de renovar la flota de aeronaves, que van cumpliendo años y no cumplen tecnológicamente con los requisitos que los clientes demandan.
Sacar un 777X del hangar de Boeing ronda los 300 millones de dólares. Una inversión que no está al alcance de todos los bolsillos, pero que con un uso continuado puede rentabilizarse al máximo. «El 777X ha traído una propuesta de valor al mercado que es atractiva y por ello nos vamos a enfocar cada vez más en las campañas de apoyo hacia este modelo durante el próximo año», asegura Dennis Muilenburg. Con un aumento exponencial de millonarios en mercados como el asiático o el árabe, con ganas de viajar por todo el planeta en busca de experiencias de todo tipo, las cuentas salen. Una tendencia que también podría marcar el destino de la tradicional Clase Business comercial.
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