La fiesta portuguesa más espectacular

Sucede cada cuatro años en Tomar. Hablamos de la Festa dos Tabuleiros. ¿Te la vas a perder?

César Justel. 08/07/2015
La fiesta se celebra cada cuatro años. Foto: visitportugal

El más famoso festejo de Portugal es el que tiene lugar en Tomar -conocido como «Festa dos Tabuleiros»– llamado “la madre de todas las fiestas”. Una impresionante acción de gracias al Espíritu Santo con procesión de cientos de mujeres que desfilan vestidas de blanco -como símbolo de virginidad- con «tabuleiros» en la cabeza (altos cestos con ofrendas de pan, adornadas con flores de papel y espigas de trigo). Se celebra cada cuatro años a principios de julio. Este año de 2015, toca.

Aunque se han perdido algunos rituales, la mayor parte de las antiguas tradiciones se conservan: cortejo, bendición del pan, pendones, coronas del Espíritu Santo y lo más peculiar: los tableros («tabuleiros») que las jóvenes portan en difícil equilibrio sobre la cabeza, coronados con la Cruz de Cristo y la paloma del Espíritu Santo. Las fiestas duran una semana, siendo el día 9 cuando se abren la calles adornadas totalmente con flores y los días siguientes hay cortejos parciales y exposición de «tabuleiros».

Festa Tabuleiros. Foto: José Maria
Festa Tabuleiros. Foto: José Matias/tabulerios

El domingo dia 12 es el gran desfile con alrededor de 500 participantes. El motivo antiguo de la fiesta, que se remonta a la época roma­na, era dar gracias por la cosecha. Por eso la ofrenda se compone de una cesta de castaño y cañas que lleva 30 panes (cada uno de ellos pesa 300 gramos), flores y espigas. La fiesta, que en sus orígenes fue pagana, se ha cristia­nizado.

Las «raparigas» van vestidas de blanco con cintas de vivos colores sujetas a la cintura y recorren durante cinco horas parques y calles de la ciudad mientras desde las ventanas les arro­jan pétalos de flor. Cada una lleva a su lado un joven que se encarga de bajar la ofrenda, que tiene que ser de la misma altura que quien la lleva. Tras el cortejo desfilan carros de bueyes con coronas de panes sobre el lomo. Los animales serán sacrificados al terminar la fiesta y su carne repartida entre la gente necesitada. La ofrenda semeja una columna de estilo manuelino como las que adornan el monasterio de Tomar.

Salida de la corona, Festa dos Tabuleiros. Foto: tabuleiros.org
Salida de la corona, Festa dos Tabuleiros. Foto: tabuleiros.org

Un poco de historia 
Tomar es la ciudad más famosa de toda la región de Ribatejo. Aquí se encuentra el Castillo de los Templarios y el Convento de Cristo cuya orden e ideas inspiraron la epopeya de los Descubrimientos portugueses y sirvieron así para alargar el mundo. La historia de Tomar comienza con Gualdim Pais, primer maestre templario, quien mandó levantar murallas en 1160. A principios del XIII el rey D.Dinis disolvió la Orden que fue sustituida por la Orden de Cristo.

Pero fue el Infante D.Henrique el mejor impulsor de Tomar y cuando el rey D.Manuel subió al trono, en la época de los grandes descubrimientos, amplió el edificio. Joäo III, llamado el piadoso, convirtió de nuevo el castillo en monasterio y mandó construir la mayor parte del convento de Cristo. La extinción de las Órdenes religiosas en 1834 supuso en parte el abandono del Monasterio. En 1844 Tomar consiguió el titulo de ciudad.

Patrimonio mundial
El Monasterio –patrimonio mundial de la Unesco- tiene siete claustros (del XII al XVII). En él destacan la torre del Homenaje, la Casa do Capítulo, la fachada de los Paços do Infante, el templo octogonal y la réplica del Santo Sepulcro cuyo altar es el símbolo de los caballeros de la Orden del Templo. La joya de los labrados manuelinos es la ventana (Janela do Capítulo).

La ciudad tiene un casco antiguo con casas que parecen palacios, acueductos monumentales, capillas, iglesias como la de S.Joäo Baptista en la Praça da República (centro de la fiesta), y la de Santa Maria del Olival (panteón de los maestres templarios). También numerosas capillas y jardines encantadores como los parques del Mouchäo y el de Mata Nacional dos Sete Montes a cuya entrada se alza la estatua del Infante D. Henrique.

Localidad de Tomar. Foto: visitportugal
Localidad de Tomar. Foto: visitportugal

No hay que olvidar la sinagoga del siglo XV con museo judío. Hacia el sur queda el río Zëzere que ha sido convertido en el gran embalse color azul de Castelo de Bode –el más grande de todo el país-, con bosques de pinos y eucaliptus, pequeñas islas, y playas donde se pueden practicar deportes náuticos o dar paseos en barco, siendo especialmente bellos sus atardeceres.

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