Si hace un par de semanas os hablábamos de la existencia de una curiosa playa de arena verde, en esta ocasión vamos a presentaros otra de las playas más especiales que existen. En ella se produce el fenómeno conocido como ‘mar de estrellas‘. Y es que realmente al caer la noche, el agua y la arena se llenan de diminutas luces y destellos azules de manera que el mar parece recoger un sinfín de estrellas caídas del firmamento.
Probablemente el lugar más famoso para ver este mar de estrellas sea la isla Vaadhoo en Maldivas, un islote prácticamente sin civilizar que forma parte del atolón de Raa. No es fácil llegar hasta allí. Se encuentra a unos 180 km al norte de la capital por lo que es necesario llegar en hidroavión o lancha motora con el correspondiente coste económico. Si el resort donde nos alojamos está cerca, puede contratarse un dhoni que es la barca típica y tradicional del país.
Vaadhoo tiene playas paradisíacas como todas las Islas Maldivas, que son un destino de primera para turistas y viajeros que buscan descanso y relax, así como para buceadores que quieran disfrutar de sus fondos marinos. Pero lo que atrae a la mayoría de la gente hasta este remoto confín es este espectáculo único.
Estas luces mágicas son producidas por unos seres unicelulares minúsculos que forman parte del plancton y que pueden producir luz. Es lo que se llama técnicamente bioluminiscencia y se da en diferentes grupos de seres vivos. Las luciérnagas son el ejemplo más conocido y cualquiera que haya visto alguna en directo seguro que se habrá sorprendido de esta capacidad. También hay hongos, peces, moluscos o medusas que emiten luz con distintos objetivos: defensa, comunicación, atracción de presas o búsqueda de pareja. El truco está en una proteína, la luciferina, que al oxidarse por medio de una enzima, produce luz.
Por este motivo, con más cantidad de oxígeno, la luz es más intensa. Cuando el agua rompe contra la orilla mezclándose con el aire, las luces son más fuertes y el movimiento de las olas hace que destellen como si fueran producidas por algún tipo de hada. Para observarlo en todo su esplendor es necesario que la noche sea muy oscura (mejor si hay luna nueva) y que la temperatura durante el día haya sido elevada.
Fenómenos como éste se dan en varios lugares a lo largo y ancho del mundo. En Puerto Rico, México o Colombia también hay playas y lagunas conocidas por presentar estas luces nocturnas en sus aguas. En la bahía japonesa de Toyama, los llamados calamares linterna se acercan por cientos a desovar a su costa. Su nombre es bastante intuitivo y podemos hacernos una idea fácilmente del resultado visual de esta reunión.
En la isla norte de Nueva Zelanda, las Waitomo Glowworm Caves son un laberinto de cavernas increíbles en las que viven cientos de insectos luminosos que se mueven por su techo de piedra en lo que parece un planetario natural. Son las llamadas cuevas de las estrellas.
Visitar destinos y lugares que hacen que estemos en contacto directo con la naturaleza siempre nos proporciona oxígeno y energía para enfrentarnos al día a día e iluminan nuestro espíritu. En este caso, lo hacen literalmente.
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