La protección del arte en los III Premios Iberoamericanos de Mecenazgo
"El arte y la cultura salvan a los pueblos", sentenció Mayte Spínola hace dos años cuando recogió su premio Iberoamericano de Mecenazgo.
A finales de la Edad Media, una poderosa burguesía quiso competir con los príncipes europeos, y para ello, nada mejor que invertir en arte. Los mejores pintores, orfebres y escultores de la época comenzaron a recibir encargos y sus nombres sonaban en las cortes más importantes. Fueron los más poderosos quienes quisieron tener cerca a estos artistas y para ello, nada mejor que protegerlos. Así era el mecenazgo al terminar la Edad Media, y su apogeo llegó con el Renacimiento. Si bien la Iglesia continuaba con su considerable labor como mecenas, la dinastía Medici encumbró a quienes ahora son considerados los más grandes artistas del Renacimiento Italiano: Bronzino, Brunelleschi, Donatello, Fra Angélico, Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci…
Desde que el hombre es hombre, el arte ha sido un bien necesario porque nos lleva a nuestro lado más humano. Así lo entiende Carmen Reviriego, quien desde Callia Art, ayuda a sus clientes a dejar tras de sí un mundo mejor a través del arte. Promotora de los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo, quiere con ello mantener vivo el lema de su empresa: ‘Hacer trascender el arte’.
El pasado 20 de febrero se entregaron los III Premios Iberoamericanos de Mecenazgo. Durante la entrega de galardones quedó muy claro que además de lo dicho, el mecenazgo es también una responsabilidad de todos. Valga como ejemplo reciente el momento histórico vivido por el Museo del Prado hace ahora un año cuando, g racias al Gobierno de España, al Museo del Prado y a los Amigos del Museo del Prado, ‘La Virgen de la Granada’ de Fra Angélico, (obra maestra de la pintura florentina del siglo XV), puede verse ya en el museo.
Mecenas es alguien sensible que busca en el arte un refugio donde compartir su sensibilidad y transmitirla al mundo. Y en este sentido continúan trabajando los mecenas de nuestro tiempo, los museos, las instituciones, pero también personas físicas como quienes en los últimos tres años han recibido el prestigioso premio al mecenazgo por su labor de conservación, transmisión y apoyo a artistas.
La ceremonia fue dirigida por la periodista y colaboradora de The Luxonomist, Carme Chaparro y durante la gala se fue sirviendo una cena ideada por Raquel Sáez y elaborada por el chef Esteban González. Un laborioso ejercicio de unión entre arte y gastronomía. El primer plato, ‘Brandada sobre muselina de pil pil con lazada de gamba roja y bordados dorados de maíz’, fue una sorpresa para los asistentes, pero sobre todo para el Duque de Alba ya que trataba de una recreación gastro-artística de uno de sus cuadros favoritos, el retrato que Goya le hiciera a La Duquesa de Alba de Tormes. Fue la propia Raquel Sáez quien explicó esta obra de arte gastronómica: “Una lazada de gamba roja del mare Nostrum se desliza sobre la cremosa brandada y suave muselina, sabores que evocan el discreto ademán de la Duquesa. El suave pil pil recoge lo destellos dorados del caviar de oliva y germinados de maíz, provocando un deleite de finas y crujientes texturas que un día Goya hiciera sobre su paleta”.
No en vano, el Premio al Mecenas de España ha recaído este año en D. Carlos Fitz-James Stuart, XIX Duque de Alba y Presidente de la Fundación Duque de Alba. El Patrimonio de la Casa de Alba es uno de los legados artísticos y culturales más importantes del mundo. El Duque de Alba de Tormes recordó en su intervención la importancia y la responsabilidad que tiene el mecenas, no solo de conservar su patrimonio adquirido durante siglos, sino además de mostrarlo y compartirlo.
Así hizo su madre con Dueñas y él mismo, el pasado año, con el Palacio de Monterrey, joya única del plateresco y Monumento Histórico Nacional que desde mayo de 2016 está abierto al público. D. Carlos Fitz-James Stuart tuvo palabras de agradecimiento a sus padres por su gran labor de conservación y mecenazgo y agradeció también el recibir este premio dados sus esfuerzos en mantener el patrimonio de la Casa de Alba.Recibió el prestigioso galardón de manos del director del Museo del Prado, D. Miguel Zugaza, mientras saboreábamos la fabulosa interpretación culinaria del retrato. Estoy convencida que a la Duquesa de Alba le hubiera fascinado este análisis gastronómico en su honor, dado que fue una mujer moderna y sofisticada.
El Premio Mecenas Latinoamericano de esta tercera edición fue concedido a Dña. Patricia Phelps de Cisneros,fundadora junto a su esposo, Gustavo Cisneros, en los años 70, de la Colección y Fundación Cisneros para promover la diversidad y sofisticación del arte latinoamericano y fomentar el estudio de su cultura desde los más antiguos objetos etnográficos hasta el arte contemporáneo. En su alocución hizo referencia al espíritu común con el Duque de Alba; compartir sus legados:“El mecenazgo es deber, pero también placer. El coleccionista debe compartir su obra, pero también apoyar a las instituciones, porque el arte y la educación estrechan lazos entre las diferentes culturas”.Sus sentidas palabras de agradecimiento fueron para su marido, Gustavo Cisneros, tras recibir el premio de manos de su amigo, Plácido Arango.
Para ella y su cuadro favorito, ‘Fisicromía Nº 500’ de Carlos Cruz-Díez, fue dedicado el segundo plato: ‘Asado negro sobre caseína de patata violeta con trama de alizarina’.Sáez volvió a subir al estrado para explicar en este caso, cómo el movimiento del color y la geometría del cuadro juegan ahora sobre el plato para representar toda una experiencia óptica de la obra y reproducir su efecto fisiocromático.
Una cena gastro sensible que elevó la filosofía de Callia: ‘Hacer trascender el arte’. Desde El Rincón de Carla y The Luxonomist, como testigos exclusivos de esta cita con el arte, queremos felicitar a los premiados, agradecerles la generosa labor que llevan a cabo compartiendo su legado, y a Carmen Reviriego como gran promotora del arte y la cultura Iberoamericana.