Mucho antes de lo que creemos, sobre todo porque el tiempo pasa volando, nos veremos organizando los eventos navideños. En El Rincón de Carla queremos ser previsores y adelantarnos con las mejores propuestas para que podáis reservar con antelación en uno de los mejores hoteles de Madrid y uno de los referentes gastronómicos gracias a su chef Javier Librero.
Hoy nos sentamos a la mesa del Hotel Wellington para descubrir en primicia los platos que compondrán los exclusivos menús para las próximas fiestas navideñas. En concreto, el establecimiento se centró durante la presentación en el menú para Nochevieja ya que se trata de la cita que mayor expectación levanta, y en la que las familias prefieren huir de casa para celebrar la entrada del nuevo año por todo lo alto (y sin manchar ningún ‘cacharro’).
Así pues, el salón Cibeles del Wellington se vistió de rojo y oro para adelantar lo que será una fabulosa Nochevieja 2018 con un menú valorado en 450 euros. La impecable y elegante mesa se estrenó con los aperitivos, servidos en un único plato: ‘ostra thai con espuma cítrica’, ‘delicia crujiente de carabineros’ y ‘cuajada de foie de pato al Armagnac’. Los tres estaban deliciosos y desde luego, cumplían su misión de abrir el apetito, pero la cuajada de foie fue para mí el ganador por su suave textura y armónico sabor.
Las ‘vieiras asadas con caviar y zanahorias Vichy’ fueron el comienzo del menú principal. Las zanahorias Vichy no son un tipo de apiácea, sino que deben su nombre a la forma de cocinarse, con agua de Vichy, ligeramente gaseosa y mineralizada. Las vieiras, de generoso tamaño, estaban en su perfecto punto de cocción y me resultaron sabrosas y con una excelente textura.
Tras este buen y potente comienzo, la cena continuó con un ‘lomo de besugo con cítricos, patatas y compota de chalotas’, de intenso sabor y muy bien maridado con la chalota (el besugo es uno de mis pescados favoritos). Para cambiar los sabores antes de dar paso a la carne, se sirvió un refrescante ‘sorbete de sanguina’ que me resultó muy apetecible.
El ‘solomillo con salsa de trufa’, estaba sencillamente de diez. Así lo escribí en mi molesquine. Perfecto el punto, crudo como debe ser cuando la carne es buena, y muy sabroso. A quien la carne le guste más cocinada no tendrá ningún problema para que se la hagan más.
La ‘Nougatine de frutos secos con cítricos y helado de gianduja’ me resultó agradable y bastante más ligero de lo que podía aparentar. La gianduja es la abuela de esa crema de chocolate que tanto gusta a niños y mayores que se hace con «leche, cacao, avellanas y azúcar…» Se “inventó” por casualidad como tantas cosas en gastronomía, cuando en 1806 los habitantes del Piamonte sufrían escasez por el bloqueo económico al que les sometió Napoleón. Para hacer sus cremas de chocolate, los pasteleros agudizaron el ingenio y sustituyeron el cacao por la avellana y a la pasta resultante le pusieron el nombre de una famosa marioneta de sus carnavales, Gianduia.
Si el menú me resultó fino, elegante, muy rico y no demasiado pesado, como a veces sucede en estas fiestas, los vinos no se quedaron cortos. El Champagne de bienvenida y aperitivos fue un Taittinger Brut Reserve A.O.C Champagne; y para los primeros platos, el siempre apetecible Albariño de las Rías Baixas, Pazo San Mauro. El solomillo se acompañó de un exquisito y elegante Château Courlat-Cuvée Jean Baptiste perteneciente a la Denominación de Origen francesa Lussac Saint-Emilion.
Si bien este menú tan especial es solo para Nochevieja, el resto de las fiestas navideñas irán acompañadas por otros menús no menos interesantes. En Nochebuena el Hotel Wellington ofrecerá como aperitivos ‘cerveza negra trufada’, ‘angula ahumada con pico de gallo’ y ‘croqueta cremosa’ y como parte del menú un ‘suquet de cigalas con puré de boniato y verduras de mar’, ‘lomo de lubina salvaje al horno con ajo negro y pisto de clorofila’. Para cambiar los sabores el ‘sorbete de limón verde con jengibre confitado’ y para continuar el ‘rulo de cordero lechal asado y parmentier de oloroso con tierra de boletus y trompetas’ a los que pondrá el broche una ‘Charlota de frambuesa con su crujiente, helado de piñones y miel’.
Y para los días 25 de diciembre y 1 de enero habrá también un gran Buffet de Navidad y para terminar las fiestas, otro Almuerzo Buffet el día de Reyes.
Desde 1952 el Hotel Wellington se viste de Navidad para que quien lo visite pueda disfrutar plenamente de la Experiencia Wellington y de lo mejor de su afamada gastronomía. *Más información y reservas: comercial@hotel-wellington.com
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