No te pierdas las mejores hogueras de San Juan

Miles de personas se juntan en la playa para celebrar el solsticio de verano durante la noche del 24 de junio. Quizá las empresas cerveceras, que nos deleitan desde hace algunas temporadas con anuncios veraniegos muy atractivos, se inspiraron en estas fiestas donde reina el buen rollo a la luz de la luna y al lado del mar Mediterráneo.

En Alicante, la música, el olor a salitre y pólvora se funden durante los próximos días en una ciudad que se convierte en un museo al aire libre con sus más de doscientas figuras satíricas realizadas en cartón piedra que se queman en la noche de San Juan. Previamente, a las doce de la noche, se anuncia la cremá con el lanzamiento de una monumental palmera de fuegos artificiales (que tiene su origen en 1932). La hoguera oficial se instala en la plaza del Ayuntamiento y su «apagado», gracias al trabajo de los bomberos y sus mangueras, se conoce como Banyà («bañada»).

Visitar la ciudad en esta época del año significa no dejar de probar su famosa «Coca amb Tonyna». Antaño se regalaba como tentempié a los voluntarios que ayudaban a montar el monumento. Esta especie de empanada rellena de ventresca de atún, cebolla frita y piñones se suele acompañar de brevas procedentes de la primera cosecha de la higuera.

La costumbre también alaba cenar en racós y barracas donde seguir degustando otras viandas locales como el esmorzaret alacantí (sardina en salazón, pimientos y tomates secos y huevos fritos). Pero sin duda, el plato estrella es el arroz y sus numerosas maneras de prepararlo. En el restaurante Monastrell, especializado en la cocina con azafrán y con una estrella Michelin, su chef María José San Román utiliza la variedad «senia» para el arroz negro con sashimi de bogavante, el «albufera» para cocinar sus granos con setas, gamba roja y trufa negra y el tipo «bomba» para degustarlo con almeja fina y plancton.

Otro sitio recomendable para comer es la barra del restaurante Nou Manolín o en la terraza de La Maja, situada en la dársena pesquera. En Alicante tampoco hay que olvidarse de sus vinos con Denominación de Origen propia, los helados y el turrón. Por algo Ferran Adriá considera que «Alicante es sin duda la provincia de España donde mejor se come. Tiene algo especial. Tiene un duende que se adueña de sus productos y se cuela en las cocinas…».

Desde el puerto de Alicante y a tan solo una hora de duración del paseo marítimo se encuentra la única isla habitada de la Comunidad Valenciana: Tabarca. No alcanza los dos kilómetros de longitud y una anchura de 400 metros. Suficientes para los numerosos piratas que ansiaban pisar su tierra. Por eso, en el siglo XVIII, Carlos III mandó fortificarla y poblarla con pescadores de una isla tunecina que estaban presos del sultán de Argel. En este islote ya no se vive de la pesca pero sus platos típicos rinden tributo al mar: caldero tabarquino, la caldereta de langosta, gazpacho marinero o el calamar de potera.

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