España es uno de los principales emisores de visitantes al País de la Sonrisa. Por este motivo llevamos dos años esperando esta gran noticia. Tailandia acaba de eliminar el requisito de presentar el Thailand Pass y la póliza de seguro médico de 10.000 dólares. Dos medidas que junto con la necesidad de presentar pruebas PCR negativas, hacía que viajar a Tailandia resultara complicado y costoso.
Desde ahora la normalidad regresa y las personas vacunadas solo tendrán que presentar el certificado de vacunación. Los viajeros no vacunados o no totalmente vacunados tendrán que mostrar el resultado negativo de una prueba RT-PCR o ATK profesional. Vuelve a ser el anhelo turístico para los españoles y se confía que en pocos meses se estén recuperando las cifras de visitantes de 2019.
Para celebrar esta gran noticia os traigo una ruta circular y única por su extraordinaria belleza. Viajaremos hasta la gran isla de Phuket, tan fascinante como variada; para desde ahí navegar hacia las famosas e idílicas islas Phi Phi; continuar por Krabi y terminar de nuevo en Phuket.
Patrimonio, cultura y gastronomía se abrazan en un perfecto menage a trois en la isla de Phuket, por algo llamada la perla de Andamán. En cuanto a gastronomía, la vieja ciudad de Phuket fue declarada por la UNESCO Ciudad Gastronómica. Este merecido reconocimiento aplaude una cultura culinaria que supo preservar, conservar y elevar a lo más alto, la mezcla gastronómica de todos los colonos, habitantes e inmigrantes que durante siglos llegaron a Phuket atraídos por sus bondades.
La diversidad de los habitantes de la isla se aúna en su cocina, con recetas tailandesas, chinas, malayas, musulmanas, europeas e incluso indias. Esta mezcla apasionante de recetas y sabores del mundo es la aplaudida cocina phuketiana tradicional. No nos equivocamos si la probamos en el restaurante casa museo Baan Ar Jor, reconocido como Bib Gourmand por Michelin; o ya con una estrella en toda la regla, en el restaurante Tu Kab Khao, ubicado en el centro de la ciudad vieja de Phuket.
A principios del siglo XVI los colonos portugueses desembarcaron en la isla y la capital construyeron sus casas fieles al estilo portugués de la época. Sin embargo, no pudieron evitar que los arquitectos, obreros y constructores, casi todos chinos, dejaran también su impronta. El estilo colonial portugués fue customizado por los chinos y así fue como surgió el pintoresco estilo sino-portugués. Una arquitectura alegre, colorida, original y muy curiosa que puede verse en muy pocos lugares de Asia.
Podremos disfrutar de sus innumerables templos, budistas y chinos. Los más conocidos y venerados por los tailandeses son los santuarios chinos de Jui Tui y Pudjó, en el centro de la Ciudad Antigua de Phuket. A lo largo de la historia de Phuket, los inmigrantes chinos llegaron hasta aquí en busca de trabajo y prosperidad y dejaron bastantes templos como legado cultural.
En el santuario de Jui Tui Shrine se celebra una vez al año el famoso Festival Vegetariano de Phuket. Durante 9 días se viven momentos de meditación y otros más impactantes como los rituales que llevan a cabo los masongs, caminar sobre brasas o atravesar sus mejillas con cuchillas. Se trata de invocar a los dioses y conseguir la limpieza espiritual.
También muy conocido y venerado es el templo budista de Phra Tong, donde se adora a Prah Pud, el Bhuda que emerge de la tierra. Cuentan que en 1685 este buda estaba completamente enterrado bajo tierra, probablemente para esconderlo, y un niño paró a descansar con su búfalo y lo ató en un pequeño trozo que asomaba de la tierra.
El niño y el búfalo murieron pues los budas son sagrados. Así fue como descubrieron que el pequeño había atado a su búfalo en el tope de la cabeza de un buda escondido. Lo desenterraron hasta el torso y construyeron su templo.
Otra leyenda dice que cuando en 1785 Thalang fue invadida por los birmanos, quisieron desenterrarlo y llevarlo a su país. Pero cada vez que lo intentaban millones de avispas les atacaban, y el buda permaneció aquí. Poco a poco lo fueron cubriendo de ofrendas de oro y sigue siendo muy querido y venerado.
También en Phuket se encuentra Wat Chalong, el templo donde se veneran las imágenes de los tres monjes fundadores que lucharon contra las rebeliones chinas; y gracias a sus conocimientos en plantas medicinales, curaron a muchos heridos. Es del siglo XIX, el más grande de la isla y se encuentra entre un inmenso y bellísimo jardín.
En el chedi se encuentra una astilla de hueso de Buda, una reliquia que trajeron desde Sri Lanka y muy importante para los budistas.
No podemos abandonar Phuket sin subir a la colina de Nakkard. Allí quedaremos sorprendidos por la inmensidad del Gran Buda. A 520 metros sobre las playas de Karon y Kata, ideales por cierto para familias con niños y para practicar deportes acuáticos, se comenzó a construir en el año 2002 esta gigantesca figura de Buda, que ahora domina el sur de la isla. Se terminó en 2017, esta todo recubierto de un deslumbrante mármol blanco. Su tamaño, 25 metros de ancho y 45 de altura resulta imponente, sin embargo, da paz.
Antes de abandonar la isla debería el visitante darse un garbeo por las noches de Patong y comprobar así la variedad cultural y social de la que hace gala Phuket.
Donde dormir en Phuket:
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