Viaje al año cero en Etiopía
El bautismo de Jesús o Timkat se celebra el 19 de enero y se convierte en todo un ritual lleno de elementos sagrados y música de tambores.
El 19 de enero se celebra la Epifanía (bautismo de Jesús en el Jordán) en Etiopía, la fiesta principal de este país ortodoxo. Durante dos días, en todas sus iglesias el ‘Tabot’ -representación del Arca de la Alianza de la que dicen que el original se encuentra en la iglesia de Santa María de Zion en Aksum- sale en procesión envuelta en ricas telas. Los sitios principales de celebración son Lalibelay sobre todo Gondar. Es como un salto de tres mil años en el tiempo.
Desde hace cientos de años es el mismo ritual. A las 4 de la madrugadacientos de personas vestidas de blanco -que parecen fantasmas- se dirigen hacia la piscina sagrada. A las 5 comienzan a sonar los tambores y se cierra el acceso al enorme recinto. Cánticos, rezos y olor a cera. Pasan las horas y van llegando ‘obispos’ con turbantes blancos, incrementándose las oraciones. En la capilla (torre del estanque), sacerdotes con cruces alzan sus bastones al cielo varias veces.
Con las primeras luces, el patriarca se acerca al borde de las aguas e introduce la cruz salpicando con ella a los presentes, para que así se perdonen los pecados. Luego, cientos de jóvenes se despojan de las ropas y se lanzan al estanque sagrado. Es un momento increíble que dura media hora. Cuando todo vuelve a la tranquilidad, se organiza la colorista procesión multitudinaria con las cruces y el ‘tabot’ (llevado por los obispos envuelto en llamativas telas de colores sobre la cabeza) se devuelve al templo.
Etiopía es el tercer país más poblado de África. El único que nunca ha sido colonizado (sólo ocupado por los italianos de 1936 a 1941). Fue el segundo país en adoptar el cristianismo como religión oficial (después de Armenia). La UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad nueve lugares. En la parte norte -la más histórica- hay cuatro: Aksum, Gondar, Lalibela y el Parque Nacional Setien. Es un país que se ha puesto de moda turísticamente. Destacan sus fiestas y sus monasterios ortodoxos con frescos, manuscritos e iglesias que se remontan al siglo VII (en muchos de estos lugares no pueden entrar mujeres).
El arca de la Alianza
De la relación de Salomón y la Reina de Saba (Siglo X a.C.) nació Menelik que, tras visitar a su padre en Jerusalén, volvió a Etiopía llevándose consigo el Arca de la Alianza. Este rey fundó la dinastía etíope que se mantuvo durante tres mil años hasta la caída en 1974 de Halie Selassie. La historia relata que con la destrucción del templo de Jerusalén en el 587 a.C. se perdió el rastro del Arca. Pero para los etíopes se encuentra en el monasterio de Santa María de Zion en Aksum, después de permanecer cerca de 800 años escondida en otro monasterio del Lago Tana.
El arca está simbolizada en todas las iglesias etíopes por el ‘tabot’ (réplica de las Tablas de la Ley) que consiste en maderas decoradas con pinturas que salen en las fiestas de la Epifanía (19 de febrero). Cerca de Aksum hay pequeñas aldeas judías habitadas por los Bete Israel (judíos etíopes) que fabrican piezas de cerámica negra entre las que destacan curiosas cajitas donde se ven a Salomón y la Reina de Saba acostados.