La boutique Cartier, con unos 450 metros cuadros en una sola planta, está situada en el número 82 del Paseo de Gracia. En su reforma la filial del grupo Richemont ha intentado rendir homenaje a la cultura de la ciudad Condal a través de un profundo diálogo entre los artesanos locales y el ADN de casa. En la boutique se han imaginado nuevos espacios con claras referencias al estilo modernista de Gaudí, creando un ambiente más contemporáneo que se impregna de la vibrante luz y el espíritu de Barcelona.
La relación de Cartier con la ciudad de Barcelona se remonta a principios del siglo XX. Fue en 1929, cuando en la Exposición Internacional Louis Cartier participó exponiendo un fascinante collar realizado con diamantes pertenecientes al Aga Khan. Hubo que esperar hasta el año 1996 para que la Maison Cartier abriera su primera boutique en Barcelona en los aledaños del Paseo de Gracia, adonde se traslada en 2014 en su actual emplazamiento en el número 82.
Durante las obras de renovación de la boutique, Cartier se trasladó temporalmente a Casa Batlló, obra del insigne arquitecto Antoni Gaudí. “Para la Maison Cartier, Barcelona siempre ha sido un referente a nivel artístico y cultural y por ello queremos rendirle un cálido homenaje en nuestro espacio del Paseo de Gracia que constituirá un punto de encuentro para todos los barceloneses y visitantes de la ciudad”, asegura Nicolas Helly, director de Cartier Iberia.
La nueva fachada acristalada que da la bienvenida a todos los clientes y amigos de la Maison, inunda de luz natural la boutique y permite descubrir las formas orgánicas y geométricas de su interior así como una colorista paleta de colores que encontramos en diferentes vidrieras y mosaicos que jalonan los nuevos espacios.
Esta sutil combinación proporciona una secuencia de formas, inspiradas directamente de la naturaleza y del universo de Gaudí, tal y como se puede apreciar en las características columnas de la boutique que culminan en un jardín interior lleno de luminosidad. Con claras referencias mediterráneas, este jardín sorprende gracias a una impresionante vidriera en su cúpula que se inspira directamente en los invernaderos del parque de la Ciutadella y en la arquitectura del Palau de la Música.
Cartier ha trabajado con colaboradores locales para la concepción del diseño de esta nueva boutique como el estudio de arquitectura G4 group. Las vidrieras han sido creadas por el artesano barcelonés de adopción, Jorge Aragone, que ha participado en la restauración de importantes edificios modernistas en Barcelona como la Casa Batlló y la Casa Lleó i Morera.
Al fondo de la boutique, los visitantes podrán disfrutar y relajarse en el amplio y luminoso jardín interior coronado por la vidriera creada por Aragone. Por otro lado, las singulares vidrieras de la entrada de la boutique rememoran la joyería de la Maison, tomando como
referencia un broche creado por Louis Cartier a principios del siglo XX.
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