La reina francesa María Antonieta ha situado una de sus joyas dentro del selecto grupo de perlas más caras del mundo. Sotheby’s ha certificado en subasta el precio de 36 millones de dólares para un colgante de diamantes y perlas que perteneció a la monarca y que fue bautizado como la «Perla de la reina María Antonieta». Una joya que la prestigiosa casa ha colocado dentro de una subasta que aglutinaba reliquias y joyas que se han mantenido en la dinastía Bourbon-Parma durante generaciones. Algunas de ellas no se habían visto en público desde hace más de doscientos años.
El colgante en cuestión salió a subasta por menos de dos millones de dólares, pero en cuestión de minutos la puja se acabó cerrando en los 32 millones de dólares, sin comisiones. El nombre del comprador no ha sido revelado. Sin duda que esta puja sirvió para cerrar una noche fantástica en Sotheby’s y vender todos los lotes relacionados con María Antonieta por casi 43 millones de dólares.
La esposa del rey Luis XVI, que fue ejecutada en el fervor revolucionario de Francia en 1793, acumuló en vida un enorme patrimonio. Unas joyas que, cuando la revolución puso a la monarquía cerca de la guillotina, fueron sacadas del país de forma secreta con la ayuda de amigos y familiares. Expertos en arte y joyería aprecian sensiblemente todos los productos relacionados con María Antonieta porque están vinculados a la Revolución Francesa y las casas de subastas son conscientes de que son lotes que casi siempre superan ampliamente los precios de salida.
Cuentan que ante la magnitud de los acontecimientos, fue la propia María Antonieta la que envolvió ciudadosamente todas sus joyas en algodón antes de ser apresada y las acabó depositando en una caja de madera con destino a Bruselas. Desde allí viajaron a Viena, donde el emperador, su sobrino, las custodió hasta que la hija de María Antonieta, Madame Royale, las reclamó en 1795. Suyo era también el espectacular collar con tres hileras de perlas que desató una de las pujas más interesantes de la noche. Se acabó vendiendo por casi 2,3 millones de dólares.
La extraordinaria colección también incluía espléndidas joyas pertenecientes a generaciones posteriores de la familia Bourbon-Parma, que a lo largo de los años estableció vínculos con las familias reales de Francia, Italia, España y Austria. La tiara de diamantes, hecha por el joyero austriaco Hübner para María Anna de Austria en 1912, era otra de las piezas destacadas de la subasta y acabó vendiéndose por casi un millón de dólares.
*Foto principal: Sotheby’s
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