Foto: @pradamate Twitter.
El bolso es el accesorio de la mujer por excelencia. Un simple complemento a primera vista tras el que, sin embargo, se esconden muchas historias. La reina Isabel II, por ejemplo, lo utiliza como medio de comunicación con su equipo y seguridad cuando está en algún acto oficial. Los hace a mano la firma Launer, cuestan 2.100 euros y siempre los cuelga del brazo izquierdo. Después de lucirlos durante más de 50 años, son absolutamente bolsos icónicos.
Al igual que los suyos, otros bolsos han pasado y pasarán a la historia, no solo por su diseño, sino por la mujer que lo llevaba de su mano o lo colgaba de su hombro. Hablamos de bolsos de lujo de coleccionista y que miles de mujeres y hombres buscan hoy en todo el mundo.
En 1995 la por entonces primera dama de Francia, Bernadette Chirac, decidía regalarle a la princesa Diana un bolso de Dior como agradecimiento por su visita al país galo. Un pequeño detalle que entonces pasó desapercibido, pero que escribió la primera página de una larga historia de amor entre Lady Di y la firma francesa.
Se trata de un modelo que la casa de moda creó y diseñó en exclusiva para la princesa. El bolso está confeccionado a partir de 130 piezas de piel cortadas y cosidas a mano. Cuenta con un significativo adorno de charms como homenaje a los amuletos de suerte del propio Christian Dior, y un acabado acolchado inspirado en las sillas Napoleón III que el señor Dior utilizó en su primer desfile en 1947.
Lady Di lució este bolso por primera vez en la inauguración de una exposición de Paul Cezanne en el Grand Palais de París patrocinada por LVMH y Christian Dior. Desde entonces, la princesa no dejó de ponérselo y lo encargó en diferentes colores y versiones convirtiendose en uno de los bolsos icónicos de la casa. Tal fue su éxito, que la firma decidió comercializarlo y bautizarlo como Lady Dior en honor a Diana de Gales.
El bolso más emblemático de Hermès nació en la década de los 30 de la mano del diseñador Robert Dumas, el yerno de Émile Hermès. Su forma trapezoidal, acabado en cuero y su tamaño más grande de lo habitual rompió las normas establecidas y conquistó a la mujeres de la época que buscaban un bolso cómodo y funcional.
A pesar de que el bolso ya gozaba de un gran éxito entre el público femenino, el modelo pasó a la historia gracias a Grace Kelly. Por entonces era una de las actrices más prometedoras y famosas de Hollywood.
La primera vez que la actriz vio el Hermès fue en el rodaje de la película Atrapa a un ladrón en 1954, donde el bolso formaba parte del decorado. En ese momento Grace Kelly se enamoró de este emblemático modelo y desde entonces no se lo quitó. Sin embargo, el bolso pasaría a la historia cuando dos años más tarde ella misma lo utilizaría para esconder su tripa de embarazada. A partir de entonces el bolso pasaría a ser conocido como el Kelly de Hermès.
Amor a primera vista es lo que sintió Audrey Hepburn por el Speedy de Louis Vuitton. Este bolso confeccionado en lona tratada, flexible e impermeable con detalles en cuero y con el logo de LV era el mejor compañero de viaje de la actriz.
Aunque Audrey Hepburn estaba encantada con el Speedy, pensó que una versión más pequeña sería más cómoda y fácil de llevar. Así se lo expresó personalmente a Henri-Louis Vuitton, dando lugar al Speedy 25, uno de los bolsos icónicos de la casa de moda y favorito de numerosas celebrities.
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