Comprar un abrigo a -30 grados, lo más novedoso de Canada Goose
En las tiendas de Toronto, Canada Goose pone a prueba sus abrigos en neveras o salas de frío que alcanzan los -30 grados.
La experiencia de la compra. No hay nada como la experiencia de la compra y Canada Goose lo tiene claro. Frente a las redes sociales, la venta online y las influencias (que se usan), el mejor trato al cliente lo recibe el que se acerca a una tienda física para ver ‘in situ’ lo que compra. Eso es así. Y más cuando se trata de comprar un abrigo de marca.
El mercado de la ropa de invierno de lujo está básicamente tomado por tres grandes compañías. La canadiense Canada Goose, la italiana Moncler y la última en llegar (pero muy activa), la también canadiense Moose Knuckles (de la que hablaremos otro día).
La sala de frío de Canada Goose
Gastarse más de 1.000 euros en un abrigo para el invierno no es una decisión fácil (salvo que te sobre el dinero). Sin embargo, en algunos países es una decisión estratégica necesaria para enfrentarse durante largos meses a temperaturas que oscilan entre los 10 y los 30 grados bajo cero. Es el caso de los países del hemisferio norte donde el frío cada vez es más extremo.
La inflación, la subida de los precios de las materias primas, la subida de los salarios… al final todo ha repercutido en los fabricantes de moda. También en los de alta gama. Y quizá para compensar o para convencer más y mejor, las grandes marcas han ideado una estrategia para dar el mejor servicio y la mejor experiencia a sus clientes.
Por ejemplo, Canada Goose ha hecho una remodelación total en sus tiendas de Toronto para incluir en ellas neveras gigantes. Unos habitáculos en los que caben hasta 10 personas y que están a -30 grados centígrados. Esa temperatura es la que garantizan que sus prendas aguantan el calor a quien las lleva durante, al menos 8 horas.
Una experiencia única
El espacio está decorado como si entraras en una cueva helada en la que incluso hay nieve real. Pintada de gris y fabricada en hormigón, es una nevera en la que todo está pensado para vender sus productos: abrigos, botas, guantes, gorros…
Y efectivamente, llegas a cualquiera de las tiendas -que están en centros comerciales- y como parte del servicio personalizado a cada posible comprador, el vendedor te ofrece la posibilidad de probar, una vez que llevas sus prendas puestas, la efectividad contra el frío. ¡Una idea magnífica y una experiencia que no puedes perderte si viajas a Toronto!