Apuesta por el British Style en tus trajes

Nos hemos acostumbrado al traje de dos piezas (chaqueta y pantalón) para las ocasiones especiales pero señores, no se duerman en los laureles, para ir elegantes de verdad no deben olvidar el chaleco. Y es que el traje con chaleco, es decir, tres piezas iguales, se estableció hace dos siglos de la mano de Luis XIV. Hasta la II Guerra Mundial era impensable separar las tres piezas. Hoy en día, este modelo de traje es calificado como el grado máxima de la elegancia y relegado su uso a ocasiones muy formales. Es poco probable verlo en el día a día, lo recomendado es usarlo en bodas, bautizos o comuniones.

El chaleco suele tener cuatro o cinco botones y el último siempre debe ir desabrochado. Indicado para resaltar los complementos, por ejemplo, corbata o pajarita. Esto es debido a que la camisa pierde protagonismo al quedar debajo del chaleco y poder mostrar su belleza. Este traje es también muy indicado para usar tirantes en lugar de cinturón.

Hoy el traje ha perdido formalidad, quedando reducido a la mínima expresión, donde desde finales del siglo pasado se usa hasta sin corbata. Hábito que como ya os hemos dicho en muchas ocasiones, no compartimos y no defendemos, todo lo contrario. No nos cansaremos de repetir desde The Luxonomist que para vestir informal o casual hay otras prendas. El traje siempre será visto desde aquí como una expresión de máxima elegancia y, como tal, hay que usarlo.

Las chaquetas de una sola fila pueden tener entre uno y cuatro botones, aunque hoy lo más visto son dos o tres. Lo tradicional es su confección en lana, pero en época estival lo puedes encontrar en algodón. El zapato requiere igualmente su máxima expresión de elegancia, por lo que te recomendamos el uso del modelo Oxford de cordones, y a ser posible, color negro.