Cómo cuidar tus zapatos de piel
Una correcta limpieza del calzado es fundamental para que te duren como si fueran nuevos durante más tiempo.
Una correcta limpieza del calzado es fundamental para que te duren como si fueran nuevos durante más tiempo. La piel aporta dos características fundamentales a los zapatos: Por un lado, la durabilidad del calzado y, por otro lado, capacidad de absorción de agua y sudor del pie.
Teniendo en cuenta la edad de los animales, la piel es más o menos flexible. La piel está formada por tres capas: epidermis, dermis y endodermis. En la fabricación se utiliza la dermis, de la cual se obtienen dos capas: capa flor y capa serraje.
Igual de importante es la calidad de la piel y la fabricación del calzado, que el cuidado que des a tus zapatos después de la compra. Un buen zapato no cuidado adecuadamente puede parecer viejo después de pocas puestas. Por ello, siempre os aconsejamos que después de cada uso siempre se proceda a unos cuidados que os vamos a recordar una vez más.
- Si el zapato es de piel, primero quítale el polvo con un trapo húmedo. Después, da crema incolora o del tono del zapato. Posteriormente, deja secar y saca brillo.
- Si el zapato es de serraje, límpialos con un cepillo de cerdas finas. Para hacerlo más en profundidad, frota el zapato con un paño húmedo. Después de secar a temperatura ambiente, peinar hacia el mismo lado.