La imagen más campestre de Harry Styles (24) se la acaba de facilitar Gucci. La marca italiana por excelencia le ha colocado sus mejores galas y le ha rodeado de animales de granja, corderos, ovejas y cerdos, eso sí, en tamaño doméstico, no fuera que se asustase la estrella de la canción. Styles es un ex componente del grupo One Direction creado por el cerebro de Simon Cowell con cinco finalistas de alguno de sus concursos de talentos que no llegaron a la final.
Cowell los hizo estrellas y acabado el filón (hits a medida, etc.), ya por separado, han ido prolongando sus carreras con el mismo método. Estos ídolos del prét-à-porter tienen vidas limitadas y centradas siempre en operaciones paralelas a la música. Igual sirven para una balada que para un posado con animales. Ya ven, todo estriba en ser joven, guapo y famoso. No importa el orden de los factores si el producto satisface al personal.
La historia de este granjero de luxe se sostiene en base a los amores o amoríos. En el caso que nos ocupa, primero se dijo de él que era homosexual o bisexual, relacionándolo con otro de sus compañeros del grupo, Louis Tomlinson, que no se había pronunciado al respecto. No lo hizo hasta que un noviazgo de última hora le obligó a declarar que antes le divertían estos comentarios, pero que tenía novia formal, Eleanor Calder, una estudiante de la Universidad de Manchester. De Styles se escribió que mantenía un romance con Taylor Swift, idilio que acabó al comenzar una de las giras del chico, pero que ayudó mucho en la venta anticipada de sus conciertos.
Y volviendo a la campaña de los animales domésticos, fue fotografiada por Glen Luchford en Villa Lane, una finca en las afueras de Roma, bajo la dirección de arte de Christopher Simmonds. El estilista le ha colocado al jovenzuelo buena parte del muestrario de la colección Crucero 2019, que arropa los diseños de Alessandro Michele, jefe del Gucci Tailoring, un diseño a medida que en italiano suena a japonés, su misura.
Como se aprecia en las imágenes, bichos aparte, la ropa de Styles es sencilla, de apariencia suave y distendida, en colores pastel, lavanda de preferencia. Dado que ahora todos llevamos (algunos hasta el abuso) el pantalón pitillo cual juglares del medioevo, los camales llegan enormes, como los cuellos de las camisas, muy setenteros, como robadas del ropero de Tony Manero, aunque son de patronaje enorme para fomentar la producción y la industria y no podamos aprovechar las que pudiéramos tener de fondo de armario. Las chaquetas y trajes suelen ser de cuadro grande o estampados con solapa en contraste. Amebas y otras especies del Edén en gran formato magnifican los estampados, que suelen presidir las prendas pero no rematarlas, que siempre hacen en colores enteros. Styles pasó un día en la granja y ustedes que lo disfruten.
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