Los hombres de Savile Row

Uno de los miles de atractivos que tiene Londres es la magia que encierra esta pequeña calle de Mayfair. Algunos «a la ligera» califican la ropa hecha aquí de clásica como sinónimo de inmovilista, atemporal, por decir fuera de estos tiempos. Nada más lejos de los auténticos significados de ambas palabras y mucho menos, de la realidad.

En Savile Row se crea la moda masculina, se ha venido haciendo así desde hace varios siglos. De hecho, la mayoría de las piezas del armario masculino han nacido aquí como la dinner jacket o tuxedo -chaqueta de esmoquin-, el traje de tres piezas, los zapatos «brogues», las corbatas estampadas o la gabardina.

Henry Poole fue el primer sastre que se estableció en Savile Row. Su éxito fue tal que le llevó a abrir sucursales en varias ciudades de Europa, lo que tuvo un efecto llamada para otros sastres que abrieron también en la misma calle. Fue el creador de la Dinner Jacket para el príncipe de Gales en ese momento  -1866-, que más tarde reinó como Eduardo VII.

Pero no sólo han nacido en Savile Row infinidad de prendas, sino que también se han formado allí afamados sastres y creadores incuestionables como Alexander Mc Queen o John Galliano.

En esta calle se han vestido y se visten los hombres más poderosos del mundo e incluso algunas mujeres. Aunque las firmas tienen muy claro que su principal línea de negocio es la moda masculina, muchas de ellas tienen una segunda línea de bespoke para señoras.

Hoy día algunas de las firmas pertenecen a grupos empresariales asiáticos como Gieves & Hawkes (de cuyos talleres salió el uniforme con el que se casó el príncipe Carlos con Lady Diana) o Hardy Amies, ambos propiedad de la familia Fung de Hong Kong.

Si los grupos empresariales de esta envergadura se interesan tan a fondo en las firmas de Savile Row no es simplemente por una idea romántica, estética o snob, sino porque realmente es una empresa muy rentable que además esta en un estupendo momento de crecimiento.

El precio de un traje hecho en Savile Row cuesta una media de 2.500,00 libras esterlinas, pero si consideras que el Príncipe Felipe de Edimburgo todavía utiliza impecablemente muchos de los que le hicieron cuando tenía 36 años, te saldría más que rentable la inversión. Las cifras de facturación de Savile Row han aumentado incluso durante los años más duros de la dichosa crisis. Sólo en 2011 facturaron un 10% más que los años anteriores y que los previos a la crisis.

Tommy Nutter, Roy Chittleborough y Joe Morgan, junto con Edward Sexton, fueron quienes dieron vida a las creaciones gloriosas de Tommy Nutter. Cuando en 1969, la adaptación y el mundo de la moda cambiaron para siempre, Tommy llevó una nueva energía revolucionaria a Savile Row. Con sus particulares hombros, las amplias solapas, los pantalones apretados sin bolsillos, etc. fueron los encargados de hacer los locos trajes de los 70 para clientes como Elton John, Mick y Bianca Jagger. Con ellos cruzaron la famosa calle Abbey Road, John Lennon y el resto de The Beatles.

Las manos expertas de Nutters, Roy Chittleborough y Joe Morgan, ahora tejen su magia a medida en su propia empresa en el No.12 de Savile Row. Estos dos Nutters todavía están creando trajes históricos. El estilo de la casa tiene ahora un aspecto más elegante, más tranquilo, pero todavía conservan esa energía inconfundible de la historia de Savile Row.

Más calmada es la opción del Príncipe Carlos de Inglaterra, que suele elegir para sus trajes Norton and Sons o Anderson Sheppard. Desde sus tiendas, dando un pequeño paseo, puedes llegar hasta Jermyn Street donde están Turnull and Asser y Budd (en Picadilly Arcade), sus camiseros favoritos. Otra firma, Huntsman, es toda una institución. Hace excelentes chaqués y fracs bespoke, e incluso cuenta con un equipo de polo que compite en Abu Dhabi y Sotogrande. Entre sus clientes históricos está el elegantísimo Eduardo VIII.  Sea de la firma que sea, el bespoke sigue siendo la enseña de estos negocios.

Algunos de ellos tienen líneas más accesibles, como Hardy Amies, con las que llegan a más público y amplían sus ventas. Hardy Amies fue el encargado de fabricar todo el vestuario de Isabel II después de la II Guerra Mundial, justo cuando llegó al trono. Diseñó entonces un vestuario de aspecto sobrio y poderoso, por los materiales y la confección, con aires muy femeninos y basado en un estilo que la Reina conserva y que, sin saberlo, imitan miles de mujeres. Hardy Amies es otro de los sastres favoritos de su hijo Carlos.

Muchas de ellas tienen en su página web una sección de venta online de complementos e incluso de prendas «ready to wear» y no quiere decir que la alta costura se esté rindiendo al prêt-à-porter, sino que las casas amplían sus líneas y con ello su volumen de negocio.

La llegada de Richard James y Ozwald Boateng a Savile Row, con estilos muy diferentes, ha atraido a un público más joven interesado en moda de alto nivel que se ha quedado fielmente al descubrir las mil y una maravillas del tradicional british style con una imagen actual. Si es que alguna vez no lo tuvo puesto, que para mí simplemente es una apreciación que se queda en la superficie y no profundiza realmente en la parte creadora, el trabajo artesanal elevado al máximo, la innovación y la anticipación incluso a los nuevos tiempos en cada momento e incluso la adaptación a los mismos sin perder la esencia. ¿Hay algo más de moda que la Alta Costura?