Llevamos varias semanas de noticias convulsas. Recientemente dedicaba un artículo al triste fallecimiento de los baloncestistas Kobe Bryant y Robert Archibald a la muy temprana edad de 40 años, al que podríamos añadir la tragedia de la pérdida, a esa misma edad, del periodista David Gistau. Poco más tarde expuse en este mismo medio la grave situación en la que se encuentra la industria del lujo debido a la crisis del Covid-19… Pero hoy me dispongo a relatar algo más alegre. El otro día, cuando mi mujer Irina estaba leyendo el artículo que preparé sobre el coronavirus me comentó: «¿Por qué no escribes sobre Gaultier?», y yo respondí: «¿Sobre Gaultier?». Me contestó que el creador francés había estado bastante tiempo en Rusia, haciendo una serie de entrevistas y presentaciones, y que había podido disfrutar de su amada cultura rusa.
Así es, el prestigioso diseñador francés Jean-Paul Gaultier, que había anunciado oficialmente su retiro de la alta costura organizando un show final en París en enero de este año, viajó a Rusia como parte de la gira de estreno de su Fashion Freak Show. Decidió combinar trabajo y ocio y acudió encantado a ver la última producción de El Lago de los Cisnes en el Teatro Mariinsky.
Este año se cumplen 180 años desde el nacimiento del compositor Pyotr Ilyich Tchaikovsky, quien escribió música para el legendario ballet. Jean-Paul Gaultier siente gran admiración por la cultura y, en concreto, por el ballet ruso. De hecho, y especialmente para el Fashion Freak Show en Rusia, el diseñador agregó varios modelos al espectáculo de la famosa colección Constructivismo ruso de 1986. Fue una de las colecciones más llamativas, reconocibles y, según ha confesado el diseñador de moda, una de sus favoritas.
El constructivismo ruso fue un movimiento artístico muy influyente que floreció en Rusia en el siglo XX y evolucionó cuando los bolcheviques llegaron al poder en la Revolución de octubre de 1917. A través de este movimiento de arte moderno, se expresaron muchos de los avanzados artistas soviéticos que apoyaban los objetivos de la revolución. Algunos tan loables como utópicos y las consecuencias de dicha revolución fueron, en general, catastróficas.
En cuanto al arte, se trataba de un enfoque nuevo para la creación de objetos, aunque tomó ideas del cubismo, suprematismo y el futurismo. En resumen, su objetivo era abolir la preocupación artística tradicional por la composición y reemplazarla por «construcción».
El constructivismo ruso exigía un análisis técnico cuidadoso de los materiales modernos. Esta investigación debía finalmente producir ideas útiles para la producción en masa, al servicio de los fines de una sociedad comunista. No obstante, toda acción vanguardista y utópica fue desechada al alcanzar Stalin el poder en la URSS. Muchos grandes autores vanguardistas tuvieron que huir del país, otros fueron encarcelados y otros obligados a cambiar su estilo hacia el arte oficial, mediocre e hiperrealista.
El movimiento constuctivista había fracasado al tratar de hacer la transición del estudio del artista a la fábrica. Algunos continuaron insistiendo en el valor del trabajo analítico abstracto y el valor del arte en sí. Varios de estos artistas tuvieron un gran impacto en la difusión del constructivismo en toda Europa y su aplicación fue captada por Gaultier para la industria de la moda.
«Allá por 1986, estudiamos con detalle los constructivistas», comentó Gaultier en su estancia por tierras rusas. «Antes de eso, solo había visto algunos carteles, pero me gustaron tanto los colores que dije: ‘¡ahí está!’. Simplemente me entusiasmó. Dibujé muchas letras en el alfabeto cirílico, traté de darles un gráfico en el estilo constructivista, me inspiré en el color, hice una colección masculina y femenina completa en este estilo».
The Jean-Paul Gaultier Fashion Freak Show es una mezcla de desfiles de moda, críticas de danza y, al mismo tiempo, una especie de confesión del diseñador de moda. El estreno mundial del espectáculo tuvo lugar en septiembre de 2018 en el cabaret Paris Faley Berger. Se convirtió en uno de los eventos de más alto perfil, no solo para el París teatral, sino también para la moda mundial. Trabajando con Madonna, Milen Farmer, Kylie Minogue, Almodóvar y Greenaway, todo esto se refleja de alguna manera en el Fashion Freak Show. Más de 200 disfraces están involucrados en el espectáculo, algunos diseñados específicamente para la producción, el resto son los mejores modelos de Gaultier de diferentes años.
El universo completamente loco de Jean-Paul Gaultier se apodera de una recreación del mítico Folies Bergère, recordando a Joséphine Baker, Charlie Chaplin y Zizi Jeanmaire.
Para su espectáculo, Jean Paul Gaultier disecciona los códigos de la revista y lo coloca en primera fila para redescubrir 50 años de cultura pop, a través de su ojo único y excéntrico. Desde sus inicios provocativos, hasta sus desfiles de modas más grandes; desde tardes locas en el palacio, hasta las sulfurosas noches de Londres; el enfant terrible de la moda te muestra todo lo que nunca has visto. Un espectáculo que solo Jean Paul Gaultier puede hacer. Freak es chic!
El creador anima a «pasar una velada con lo esbelto, lo apasionado, lo mal educado, el botox, lo bien criado, lo descarado, lo escotado, el ole-olé…». Y para la ocasión, decenas de nuevas creaciones exclusivas vienen a codearse con piezas de culto de su repertorio, desde el famoso marinero, al icónico corsé cónico de Madonna.
*Foto principal: @JPGFFshow Twitter.
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