Breitling Superocean II: Para submarinistas del asfalto

• Pros: Precio contenido con respecto a sus competidores. Legibilidad a prueba de bombas incluso en condiciones de iluminación y refracción adversas. Durabilidad y fiabilidad.
• Contras: Los modelos “submarine” de las distintas marcas son demasiado similares y con pocas opciones para el día a día en el asfalto. Todos priman la estanqueidad, el diseño orientado a la visibilidad bajo el agua y la usabilidad por encima del diseño.

Desde que iniciara su andadura, allá por 1884, Breitling se ha caracterizado por ofrecer relojes robustos y resistentes. Lo suyo no son las cajas finas —con la salvedad de los modelos de la gama Transocean— sino aquellas que ofrecen al portador cierta seguridad. En este marco se encuadran los nuevos Superocean II, una evolución dentro de la serie, nacida en 1957, y que supone un interesante salto de calidad en cuanto a diseño en una saga que, para mi gusto, tenía modelos algo “bastos”.

Me explico. No seré yo quien ponga una pega a la maquinaria de los relojes Breitling. Es excelente. Pero sí creo que otras marcas han resuelto mejor la estética de sus modelos más deportivos. En el caso de aquellos orientados al submarinismo, me quedo con la forma en la que Omega resuelve la apariencia de sus esferas.

Sin embargo, aquí Breitling creo que ha hecho un buen trabajo a la hora de fusionar diseño, legibilidad y, por supuesto, resistencia y durabilidad. La gama Superocean II —disponible en diámetros que van desde los 36 hasta los 44 milímetros— es muy atractiva. Tanto si elegimos la variante en color negro como si nos decantamos por la esfera en azul, tendremos en nuestra muñeca una máquina preciosa.

No olvidemos que estamos ante un reloj de buceo. Y eso, aunque muchos lo ignoren y decidan su compra basándose únicamente en la marca o la estética, hace que Breitling configure el reloj de una forma y no de otra. No busquemos en el Superocean II un modelo con mil funciones distintas (aunque ofrece calendario que muestra el día). Ha sido diseñado para bucear con él y poder descender hasta 500 metros sin preocuparse por su integridad. Para descender y mirar la hora de un vistazo en condiciones difíciles de visibilidad. Poco más. Poco menos.

¿Qué usted nunca va a descender tanto? Ya. Ni yo tampoco. Y, a decir verdad, tampoco necesito saber la hora durante los 15 segundos que estoy bajo el agua pero, ¿y lo que nos gusta decir a nuestro compañero que nuestro reloj resiste 100 metros más de profundidad que el suyo? Como si los relojes fueran a saltar solos a bucear, sin sus dueños. Bromas aparte, el Superocean II 42 monta un calibre 17 y es mecánico/automático, con una reserva de marcha en torno a las 40 horas. La caja es de acero y la tapa trasera está atornillada, al igual que la corona, que ha sido montada utilizando un sistema de doble junta para asegurar la estanqueidad.

El cristal es de zafiro, antirreflejo por ambas caras, lo que nos asegura una buena visibilidad bajo el agua. No es un reloj fino, tal y como hemos comentado al principio, y su grosor (13,3 milímetros) no lo convierte precisamente en un elemento que podamos ignorar en nuestra muñeca. Pero, ¿quién ignoraría un Breitling? El bisel de la caja es acanalado y se mueve solo en una dirección. Al igual que ocurre con los números en la esfera, aquí también se han diseñado con un tamaño muy agradable a la vista. Prima la legibilidad. En el caso de las pulseras, podemos elegir entre acero inoxidable o goma. La combinación con esfera y correa azules es muy atractiva. Por si acaso, Breitling ha puesto a disposición de este modelo más de 10 tipos de correas distintas en diferentes materiales.

Sus rivales
El Breitling presenta una batalla interesante a sus posibles rivales. En fiabilidad pocos podrán hacerle sombra —y no me refiero a quienes se compran el reloj para llevarlo mientras están sentados en la oficina o en una cena— y en precio tampoco porque es competitivo. La gama Superocean II no es precisamente cara, así que podemos elegir un modelo muy atractivo (esfera de 42 mm azul y correa de acero inoxidable) por algo más de 3.500€.

Si tuviera que elegir un competidor, ciñéndome exclusivamente a las características de resistencia subacuática, me iría a la gama Aquaracer de Tag Heuer. Primero iría al modelo base, el Aquareacer “a secas”. Tiene bisel cerámico (más resistente que el acero), una visibilidad excelente bajo el agua y también es resistente hasta los 500 metros. Se puede encontrar en su modelo básico por unos 1.800€. Y si queremos irnos algo más arriba en precio, tenemos el Aquaracer 500M. Casi idéntico en características al Superocean II y casi por el mismo precio (unos 3.400€).

En Omega tendríamos la gama Seamaster (curiosamente, nacida también en 1957) y en Rolex nos iríamos a la Submariner. Difícil decidirse en este caso porque se trata de cronógrafos de una altísima calidad y durabilidad con precios que parten de los 3.500€ en el caso de Omega, y de 6.750€ para el modelo de Rolex.