El origen del bolso de mano
Ahora es un accesorio habitual en nuestro día a día, pero hace unos años nadie los usaba.
El origen del bolso de mano tal y como lo conocemos en la actualidad surgió del incremento de los viajes durante el siglo XIX. Con el advenimiento de las locomotoras de vapor hacia 1850, ciertas firmas ya existentes, como Hermès (conocida por sus sillas de montar y sus alforjas) y Louis Vuitton (fabricaba los baúles de cabina de Nalopeón III) cambiaron la orientación de su negocio hacia los artículos de viaje de lujo. Además de baúles y maletas corrientes, desarrollaron bolsos de cuero con armazones de madera o metal. Estos bolsos, que las personas llevaban consigo en lugar de ser almacenados en el portaequipajes, se denominaban bolsos de mano, a fin de diferenciarlos del resto del equipaje.
Con la aparición del automóvil a principios del siglo XX, Gucci y Prada iniciaron un negocio similar en Italia, dedicado a los artículos de viaje de lujo. Parte del encanto del bolso de mano reside aún en su funcionalidad: en los años 30, Schiaparelli inventó el bolso con una lámpara incorporada, que permitía encontrar el agujero de la cerradura por la noche. Y en esa misma década, Coco Chanel fue la primera en diseñar unos útiles bolsillos y espejos para sus bolsos, que permitían almacenar los diversos objetos en su interior de manera ordenada.
Hoy en día, todos los bolsos poseen un bolsillo especial para guardar el móvil. Todas las mujeres son conscientes de que su bolso posee dos dimensiones opuestas: el interior es íntimo, y la mujer preferiría no revelar qué objetos personales alberga en él, aunque, al mismo tiempo, desea de manera vehemente exhibir su cara externa.
El Plume de Hermès fue creado originalmente para guardar la mantilla del caballo en 1930. Sin embargo, Hermès modificó el diseño hasta convertirlo en un práctico bolso, ya que el Plume fue el primer bolso que podía ser usado al mismo tiempo de manera cotidiana y como bolso de fin de semana.
La primera versión del Kelly de Hermès fue diseñada en 1892 para guardar la silla de montar y se denominaba Haut à Courroies, debido a su forma alta y sus largas cinchas. En 1930, el diseño fue adaptado para convertirlo en un artículo de viaje y, en 1956, se hizo mundialmente famoso cuando Grace Kelly posó con él para la portada de la revista Life. Desde entonces, el modelo se denomina Kelly. Es fabricado de principio a fin por un único artesano, que trabaja en él durante unas 17 horas y aplica el famoso doble pespunte guarnicionero, que perfora el cuero por ambos lados.
El bolso 2.55 de Chanel toma su nombre del mes y año en el que fue lanzado al mercado, febrero de 1955. De forma cuadrangular, estaba acolchado y tenía un asa de cadena. Se fabricaba en los colores favoritos de la propia Coco Chanel (beis, azul marino, negro y marrón) y en dos materiales diferentes (cuero y punto de jersey). En los años 80, Karl Lagerfeld convirtió el bolso en un clásico, al aumentar el grosor de la cadena, ubicar en la parte frontal un enorme logo con las dos C entrecruzadas y lanzarlo en todo tipo de medidas.
¿Sabías que…? El voluminoso bolso Birkin fue especialmente diseñado por Hermès para la actriz y cantante Jane Birkin en 1984 después de que ésta coincidiese durante un vuelo con el presidente de la compañía, Jean-Louis Dumas-Hermès. Tras su lanzamiento al mercado, se hizo cada vez más popular y se formó una lista de espera increíblemente larga, con lo que se convirtió en un fenómeno.