Los bolsos españoles de Elle Macpherson
Se hacen a mano en Madrid con tejidos naturales como el algodón y la lana producida en la Sierra de Grazalema.
También la princesa Charlene de Mónaco y Carolina Herrena son clientas de All We Love. Sus fundadoras sonInés Desentmenat Vila y Paloma Tey de Salvador, dos buenas amigas que ya fueron socias con anterioridad en su época de diseñadoras de ropa infantil con encanto para Zara. Pero vieron que eso no era un negocio para ellas, que querían trabajar con mimo y detalle sus prendas (y esto es imposible con filosofía low cost). Mientras, por hobby, hacían bolsos para su entorno más cercano pero sus piezas no dejaban indiferente. Entonces sus amigos y familias les animaron a convertir esa afición en negocio.
De eso ha pasado más de un año. Este invierno, All We Love ha lanzado su segunda colección de invierno con mucho éxito. De hecho, cuando entrevisto a Paloma e Inés están eufóricas porque acaban de volver de una venta solidaria de París (de la mano de una fundación que ayuda a mujeres embarazadas sin recursos) y han visto in situ cómo en pocas horas su medio centenar de bolsos eran vendidos a mujeres parisinas elegantes y con personalidad. Mujeres que valoran el producto artesano (se confeccionan por cierto, en un taller de Madrid) y exigen buenos remates y los mejores materiales.
En invierno la protagonista es la lana. Pero no vale cualquiera. Sólo se utiliza la de merino que se fabrica como hace 200 años en Grazalema, Granada. Aún hoy en día se realiza el mismo proceso ancestral de lavado: primero se limpia en agua a más de 60 grados y posteriormente se enjuaga en fría y la jornada posterior se tiende al sol. Una vez seca, comienza el proceso de hilado.
Sus piezas, sencillas pero sofisticadas al mismo tiempo, cuando se ponen llaman la atención porque consiguen lucir perfectamente. «Todo está estudiado para que cada bolso quede bonito y práctico sin necesidad de realizar movimientos incómodos cada vez que tienes que coger algo de su interior» me reiteran las dos socias. «El largo del asa es de 40 cm porque tras varias pruebas vimos que era la mejor elección teniendo en cuenta la altura del codo, el largo del brazo… No hay nada al azar».
En verano, la lana se sustituye por tejidos como el lino o el algodón de gran calidad. En esta época reciben muchos pedidos para barcos (con el nombre de la embarcación o un logo). Y es que la posibilidad de personalizar cada una de las piezas es algo que su clientela valora positivamente.
Las cremalleras y una pequeña etiqueta en colores flúor son su seña de identidad. Algunas piezas son reversibles. En ese caso el interior no lleva forro.
Otro de sus modelos, como su primer neceser ahora convertido en bolso de mano o de bandolera, lo usan muchas golfistas como accesorio perfecto, porque es ligero, muy práctico a la vez que bonito. Quizás lo tengaBlanca Suelves, otra de las clientas conocidas de All We Love.
*Fotografías: All We Love *Portada: Foto del Instagram de Elle Mcpherson con un bolso blanco de All We Love el verano pasado.